sábado, 27 de agosto de 2011

No existes

...he llegado a la conclucion de que no existes, eres imposible,  ilegible, eterea, volatil, impalpable, sublime, ficticia, imaginaria, utopica, virtual, falsa, quimerica, fantastica, ilusoria, irreal, y lo afirmo porque definitivamente no puedo creer que tu existencia quepa en mi, que tu grandeza eclipse tanto mi universo, que tu belleza destruya mis conceptos de flor, de cielo estrellado, de rojo atardecer, de la belleza en si, no puedo creer que tu voz necesite un pentagrama y tus palabras un libro de poemas, no puedo aceptar tu luz atravezandome el alma, tus caricias golpeandome el corazon, tu silencio ensordeciendo mis oídos, refuto este cardumen de sentimientos, niego este alfabeto de simbolos entre tu y yo y me deslindo de la idea de creer que realmente existes, pero porfavor apaga la luz que ya es hora de dormir...



Tal vez esta noche no es noche,
debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa.
¡Qué sé yo! Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!


¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Si sólo me fuera dado palpar
las sombras, oír pasos,
decir "buenas noches" a cualquiera
que pasease a su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia tropezaría
con piedras al azar, como se hace.


Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
que corre por mis venas.
¡Quiero salir! Cancerbero del alma.
¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
¡Pudiera ser tan feliz esta noche!


Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces
¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida, Señor!
¿Para qué tanta vida?


Noche
Alejandra Pizarnik

viernes, 26 de agosto de 2011

29

...hoy aquí que me encuentro,
tan cerca de mi y de lo que vive dentro,
un destino, un sol, una hoja al viento,
un ir y venir dentro del tiempo,
hoy aquí que llego lento,
del pasado al presente que hoy ha muerto,
con menos cosas pero mas completo,
digamos que ahora soy mas que esto.
un día normal como los son los otros,
que pasan en silencio sin decir nada
y aunque el tiempo pase sobre nosotros,
hay cosas eternas como una mirada.
un día mas que completa el año,
de lo que ya paso y no hizo daño
el ultimo dos en mi docenario,
un réquiem y un adiós estacionario...




A medianoche, a punto de terminar agosto, pienso con tristeza en las hojas que caen de los calendarios incesantemente. Me siento el árbol de los calendarios.

Cada día, hijo mío, que se va para siempre, me deja preguntándome: si es huérfano el que pierde un padre, si es viudo el que ha perdido la esposa, ¿cómo se llama el que pierde un hijo?, ¿cómo, el que pierde el tiempo? Y si yo mismo soy el tiempo, ¿cómo he de llamarme, si me pierdo a mí mismo?

El día y la noche, no el lunes ni el martes, ni agosto ni septiembre; el día y la noche son la única medida de nuestra duración. Existir es durar, abrir los ojos y cerrarlos.

A estas horas, todas las noches, para siempre, yo soy el que ha perdido el día. (Aunque sienta que, igual que sube la fruta por las ramas del durazno, está subiendo, en el corazón de estas horas, el amanecer.)




sábado, 20 de agosto de 2011

De vuelta en tu mirada (The Beatles X)

...el calor de una lagrima atravesó mi rostro o quizás mi alma completa hasta tocar el suelo, eras tú, la mujer, el amor, la tristeza, el vacio, el abismo, la oscuridad, eras tú sin ti, como una muda de piel en el desierto, como una libélula sin alas o un caparazón a la deriva de un mar desolado, y yo frente a ti sin ti y sin mí, avanzando lentamente hacia el precipicio, al filo del vértigo de extraviarme por completo en la miseria de un sueño que no me pertenecía, pero en el cual estaba atrapado porque te amaba, y porque cuando alguien ama es capaz de arrojarse a cualquier abismo, y decidí arrojarme junto contigo y te llame por tu nombre, ese nombre que avanzaba lentamente por mi garganta y que quemaba la punta de la lengua, Eleonor, y entonces levantaste la mirada como escapando de las tinieblas y ahí estaba yo de vuelta en tu mirada, como el reflejo de un fantasma a punto de volver a morir, como si de pronto me fuera a desvanecer en pequeños fragmentos, quizás cenizas, o tal vez hojas al final de un otoño, y tu mirada poco a poco se introdujo en mi junto con la sensación de verte ahí sentada en aquella banca donde tú no estabas y donde el tiempo se balanceaba en las copas de los arboles que daban sombra a aquel lugar, pero no hay eclipses eternos y poco a poco la luz fue regresando a tus ojos, las nubes a los cielos, el tiempo a los relojes, las aves a sus nidos, y mi alma a mi cuerpo, y de pronto dijiste mi nombre, que sonó como el eco de una gota de agua dentro de una cueva oscura, y el silencio escapo de aquel lugar, mas no había mas palabras en ese momento que nuestros nombres retumbando en nuestros adentros, y aquel momento se convirtió en un abrazo, mis brazos abarcando tu existencia, tu frio saciándose con mi calor y tu corazón muy cerca del mío, latiendo como un verso en el poema de un desesperado que pide ayuda...



Miseria


El mundo me trata mal, qué desgracia.
Soy de esa clase de tipos
que no acostumbraba a llorar.
Pero ahora el mundo me trata mal, que desgracia.
La he perdido con toda seguridad
y no la veré más;
mi vida va a ser una cárcel, una desgracia.
Me acordare de todas las pequeñas cosas que hemos hecho.
¿No comprende que se quedara completamente sola?
Haced que vuelva a mi,
porque todos pueden ver
que seré desgraciado sin ella.
Me acordare de todas las pequeñas cosas que hemos hecho, ella
también recordara
y se sentirá sola, muy sola.
Haced que vuelva a mi,
porque todos pueden ver
que sin ella seré desgraciado.




Ayuda


¡Socorro! necesito a alguien
¡Socorro! no a cualquiera
¡Socorro! sabes que necesito a alguien
¡Socorro!
Cuando era más joven, mucho más joven que ahora
Nunca necesitaba la ayuda de nadie
Pero esos días ya pasaron y ahora no estoy. tan seguro de mí mismo
Veo que mis ideas han cambiado
He abierto las puertas
Ayúdame si puedes, me siento deprimido
Y apreciaría tu compañía
Ayúdame a poner los pies en el suelo
Por favor, por favor, ¿no me ayudarás?
Ahora mi vida ha cambiado tanto
Mi independencia parece desvanecerse en una neblina
A veces me siento tan inseguro
Sé que te necesito
Como nunca antes te había necesitado
Ayúdame si puedes, me siento deprimido
Y apreciaría tu compañía
Ayúdame a poner los pies en el suelo
Por favor, por favor, ¿no me ayudarás?
Cuando era más joven, mucho más joven que ahora
Nunca necesitaba la ayuda de nadie
Pero esos días ya pasaron y ahora no estoy tan seguro de mí mismo
Veo que mis ideas han cambiado
He abierto las puertas
Ayúdame si puedes, me siento deprimido
Y apreciaría tu compañía
Ayúdame a poner los pies en el suelo
Por favor, por favor, ¿no me ayudarás?
Ayúdame, ayúdame.




De mi para ti


Si hay algo que quieras
Si hay algo que yo pueda hacer
Sólo tienes que pedírmelo y te lo enviaré
Con amor, de mí para ti
Tengo todo lo que quieras
Como un corazón que es, oh, tan fiel
Sólo tienes que pedírmelo y te lo enviaré
Con amor, de mí para ti
Tengo unos brazos que anhelan abrazarte
Y tenerte a mi lado
Tengo unos labios que anhelan besarte
Y tenerte contenta
Si hay algo que quieras
Si hay algo que yo pueda hacer
Sólo tienes que pedírmelo y te lo enviaré
Con amor, de mí para ti
Tengo unos brazos que anhelan abrazarte
Y tenerte a mi lado
Tengo unos labios que anhelan besarte
Y tenerte contenta
Si hay algo que quieras
Si hay algo que yo pueda hacer
Sólo tienes que pedírmelo y te lo enviaré
Con amor, de mí para ti

The beatles

viernes, 19 de agosto de 2011

El reloj cangrejo (I)

...el tiempo había avanzado en su rostro, dejando todo tipo de cicatrices, líneas desdobladas que simulaban cordilleras de años desorientados, su mirada cansada como agotada de haber visto tanto, como perdida en la añoranza de las cosas que dejan de ser, sus recuerdos apenas llegaban a ser imágenes intermitentes que habían perdido su color real, los sueños ya no existían pues estos se alimentan de futuro, y el futuro ya no era más que el esbozo de un paso al final del camino, su cuerpo atormentado, templo de todo tipo de dolores y padecimientos, caricias que se convirtieron en llagas, besos ya evaporados y espasmos congelados, su cabeza despoblada, vacía de ideas, seca de pensamientos, postrado en un órgano metálico con ruedas que no le correspondían, que parecía una parte de su cuerpo a la que nunca llegaba la sangre, pero sobre todo solo, en la contemplación de un atardecer, donde los ocasos ya se pueden contar, y esto ya tiene un sentido, el final, ochenta y nueve inviernos, y un corazón que había intentado suicidarse muchas veces, un sol tímido escondiéndose en el horizonte, quemando el frio de algún lugar lejano, pero dentro de él un deseo extraño, el de seguir viviendo, de alguna manera pensaba que la vida no le había sido suficiente, que merecía otra oportunidad, pero las oportunidades en su vida habían muerto hacía tiempo atrás, de forma prematura, cuando el pájaro de la esperanza dejo de cantar en su ventana, y los días grises se volvieron realidad, el sol se había sumergido por completo en el horizonte, y la luna no había asistido a aquella noche, el silencio rebotaba en la nieve, agudizando la sensación de soledad, esta soledad que como un gas inerte lo asfixiaba lentamente.

Avanzo lentamente hacia el sótano impulsado por el movimiento de sus manos transmitido a las ruedas de una silla, encendió una lámpara de petróleo que dotaba de poca luz a aquel sótano y una extraña melancolía se apodero de su conciencia, la misma que lo había postrado frente a un gran baúl de madera pintado con polvo, saco una llave de uno de sus bolcillos y abrió el candado oxidado que mantenía cerrado aquel baúl, levanto la tapa con gran esfuerzo y una nube gris acompaño aquel acto, su respiración se acelero, y unas gotas de sudor corrieron por su frente, encendió una vela que se erguía sobre un plato de bronce, y empezó a hurgar dentro del baúl, entre papeles de color amarillento, y objetos antiguos como una pipa, un tintero, una brújula, retratos en color sepia, soldaditos de plomo y cara triste, monedas olvidadas, y otras cosas de otros tiempos, hasta que encontró lo que al parecer buscaba con tanto ahincó, un antiguo reloj de bolsillo, en la tapa se podía leer la inscripción en latín «Omnia quod perimit sic temporis amputo partes» y la imagen de un cangrejo grabada en la parte de atrás, abrió la tapa para descubrir que las manecillas del reloj no avanzaban, y entonces recordó la historia que el abuelo le conto antes de morir y precisamente cuando este le obsequio aquel reloj que nunca había visto funcionar.
En otros tiempos donde las cosas no eran tan viejas y donde la vida apenas gateaba por la tierra existió un gran relojero, a ciencia cierta era el primer relojero de todos los tiempos, y que precisamente soñaba con ese concepto el tiempo, ya antes de él los seres humanos habían aprendido a distinguir el paso del tiempo a través de las cosas, entendieron los tiempos para sembrar y cosechar, las migraciones de las aves, el movimiento de los astros en el cielo, y sabían que estos no eran parte de una casualidad, sino mas bien que cumplían fielmente con un periodicidad, entendían como constante la llegada de la noche, y distinguieron las primaveras de los inviernos, y otros incluso aprendieron a medirlo, algunos con recipientes rellenos de arena o de agua, o con la interpretación de las sombras según el sol, pero nadie antes había distinguido entre el paso de un segundo y otro, en un reloj de arena correspondería al paso de algunos granos de arena, y en una sombra al movimiento con respecto al sol, pero nadie había sido capaz de contenerlo de tal forma que este fuera fragmentado en pedazos pequeños del mismo tamaño, pero este relojero que en esos tiempos aun no era relojero, se había propuesto realizar tal hazaña, así que ideo varias cosas, relojes de arena más sofisticados donde los granos podían ser contados después de mucho esmero, relojes de sol que avanzaban sobre reglas minuciosamente graduadas, pero ninguno de estas ideas le convencía del todo, hasta que una vez sentado contemplando un molino del cual se extraía agua, observo como el agua salía siempre al mismo punto donde el engrane que era movido por las hélices del molino daba una giro completo, esto con tal exactitud que parecía entonar una canción de un solo ritmo, fue entonces como empezó a trabajar con los engranes, estudio cuantos dientes tenía que tener un engrane para contener lo que el suponía como la parte más pequeña del tiempo, el segundo, y de ahí nació el segundero, después observo que el movimiento de un engrane pequeño acoplado a otra de mayor tamaño podía corresponder a la suma de varios segundos y nació el minutero, y otro de mayor tamaño las horas, y entonces unió todos estos engranes y los encerró en un circulo ubicando tres bracitos al centro y cada uno caminaría en circulo apuntando hacia números que corresponderían la posición en el espacio ocupada por el tiempo, la hora.
Y entonces dese ese momento el tiempo pudo contenerse en un recipiente, al que todos llamaron reloj, y estos empezaron a multiplicarse, y el tiempo que andaba libre todo el tiempo fue domesticado, y los ricos mandaron a hacer relojes enormes para adornar sus casas, los pueblos los alzaban sobre sus edificios más altos, los pobres admiraban los relojes de otros, y el tic tac se convirtió en un sonido tan común en el ambiente, y la gente empezó a cambiar su forma de vivir, los encuentros casuales empezaron a escasear ahora todos se citaban a una hora, comían a una hora, tomaban el té a otra hora, y la mayoría de las cosas podían ser planeadas, algunos relojes emitían sonidos a determinadas horas en la mayoría de los pueblos sonaban campanas al cambio de una hora a otra, y otros relojes sirvieron para despertar a determinada hora pareciendo esto una inminente jubilación para los gallos, pero algo raro paso, la gente ahora siempre tenía prisa, ya que a parecían ser perseguidos por el tiempo, el tiempo ahora se perdía, se acababa, llegaba, se iba, pero lo que el relojero sabia es que este nunca regresaba, siempre iba hacia adelante como una línea recta que cambiaba su dirección pero siempre hacia enfrente hacia lo que aun no existía, peo nunca hacia lo que existió, y esto a él le causo una gran frustración, todos sus relojes solo avanzaban hacia adelante, y ninguno hacia atrás e invirtió la posición de los engranes de sus relojes, para que las manecillas avanzaran hacia atrás, pero el tiempo parecía ignorar tal cosa y seguía avanzando hacia enfrente, y entendió que el tiempo era incontenible y que nada podía detenerlo.


Un día un hombre extraño toco la puerta de la casa del relojero, portaba un traje oscuro, sobrero de copa, un bastón un tanto extraños y unas gafas oscuras escondían sus ojos, el relojero abrió la puerta y se encontró con este hombre, y sin alguna especie de saludo el hombre le pidió al relojero que le fabricara un reloj, este le pregunto el nombre pero el hombre solo guardo silencio y saco una bolsa de su saco con monedas de oro y se le dio. El relojero no pudo negarse ya que este oro era más de lo que cualquiera le había pagado en toda su vida por el encargo de un reloj. Entonces el relojero acepto, a lo que el hombre añadió que regresaría al siguiente día con el material para que este hiciera el reloj, todos sabían que el relojero era un artesano que elaboraba una a una cada pieza de la maquinaria del reloj, razón por la cual gente muy poderosa había acudido a él para encargarle un reloj, pero este hombre era diferente, la mayoría de los relojes encargados eran de oro y plata, pero este hombre prometía volver al siguiente día con el material para fabricar el reloj.
Al siguiente día como había dicho el hombre extraño regreso al taller del relojero, este lo recibió de forma amable pero el hombre sin ninguna expresión saco de un maletín una piedra grisácea y le pidió estrictamente que la fundiera y que de este material le hiciera el reloj, sin utilizar algún otro, a simple vista solo parecía una roca, pero al rayarla un poco descubrió que era una pepita de algún extraño metal que jamás había visto en la vida, este accedió dudando de las técnicas para fundir aquel material, el relojero le dijo al hombre que necesitaría un mes para construirlo por lo que el hombre estuvo de acuerdo y se fue.
Entonces el relojero comenzó la fabricación de aquel reloj, coloco la piedra en un crisol de piedra pómez que el mismo había elaborado y la fundió con las mismas técnicas que hacía para fundir la plata, aunque necesito un poco mas de calor y evito el uso de otros materiales para no contaminar a aquel material como le había pedido aquel hombre extraño, el material era blando y muy maleable por lo que resultaba fácil al relojero trabajar con él, removió la escoria resultante de la fundición, y empezó una a una a fabricar cada pieza del reloj.

Empezó primero por el motor, que es propiamente el corazón del reloj, el que le da vida, a este aparato mecánico, con esmero fabrico el muelle real y el rochete, después siguió con el rodaje y sus tres ruedas la rueda minutera, la más grande; la rueda primera; y la rueda segunda o de segundos, después elaboro el sistema de escape, que con su rueda y su ancora controlan la cantidad de energía, ya que gracias a su especial composición deja pasar la energía a las ruedas en pequeños toques, con el conocido tic-tac de cualquier reloj del mundo. Continuo después con el órgano regulador utilizo un molde que antes había utilizado para elaborar el volante de otro reloj y preparo el hilo del espiral el cual realiza numerosas idas y venidas dentro de su propio mundo, estirándose y encogiéndose sobre sí mismo. Una a una elaboro cada pieza para después armar el rompecabezas que constituía un reloj mecánico, fabricar la maquinaria por completo le llevo casi el mes ya solo le faltaban la esfera y las manecillas, la esfera la elaboro también del mismo material solo que con diferente técnica de laminación, pero no sabía que ornamentos poner ya que este no le especifico nada de esto, después de horas y horas en el taller el reloj estaba casi listo, al siguiente día y faltando un día para que el hombre pasara a recoger su reloj el relojero recibió una carta con la figura de lo que parecía ser un cangrejo muy extraño y la frase en latin «Omnia quod perimit sic temporis amputo partes», para mi reloj terminaba diciendo la carta lo cual el relojero intuyo que se trataba de aquel hombre y grabo la imagen en la lamina de la esfera del reloj así como también la frase en latín. Al ver su obra el mismo artista quedo maravillado, nunca había puesto tanto empeño en un encargo desde su primer reloj pero este reloj tenía algo especial, que incluso le dio pesar el tener que entregárselo a su dueño.




Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche (y Tomás sacó una mano fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo.

sábado, 6 de agosto de 2011

Alúd

...viene cayendo del cielo al infierno un monstruo gigante que desconoce el suelo, muy cara es la deuda que cobra el invierno, del demonio varado en el umbral de la suerte, una mentira mas del que mejor miente, ahora sabrás lo que se siente, estar en las garras de un Dios silente, que ha devorado a tantos sin darles muerte, que los mantiene vivos para seguir saboreando, las delicias del pobre que nunca crece, al que todo le afecta, el que todo padece, ahora es el tiempo en donde la verdad carece, de verdaderos culpables que nunca aparecen, el alud se acerca a los pies del hastió, llevándose todo lo que esta en el camino, figuras que emergen a la luz del vecino, que con sus migajas destruye a los que llama amigos, pequeños y grandes abrojos y pinos todos arrastrados hacia el mismo destino, tiembla la esfera figura celeste que rueda en la avalancha de lo que ahora acontece, tu deuda es mas grande de lo que parece, porque el miedo es la mejor arma del que siempre apetece...



Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana. Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.


Libro con grabados de José Guadalupe Posada en la editorial Siglo XXI.


Fragmento …


Educando con el ejemplo


La escuela del mundo al revés es la más democrática de las instituciones educativas. No exige examen de admisión, no cobra matrícula y gratuitamente dicta sus cursos a todos y en todas partes, así en la tierra como en el cielo: por algo es hija del sistema que ha conquistado, por primera vez en toda la historia de la humanidad, el poder universal.


En la escuela del mundo al revés, el plomo aprende a flotar y el corcho, a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes aprenden a arrastrarse por los caminos.


Los modelos del éxito


El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian a la naturaleza: la injusticia, dicen, es ley natural. Milton Friedman, uno de los miembros más prestigiosos del cuerpo docente, habla de «la tasa natural de desempleo». Por ley natural, comprueban Richard Herrnstein y Charles Murray, los negros están en los más bajos peldaños de la escala social. Para explicar el éxito de sus negocios, John D. Rockefeller solía decir que la naturaleza recompensa a los más aptos y castiga a los inútiles; y más de un siglo después, muchos dueños del mundo siguen creyendo que Charles Darwin escribió sus libros para anunciarles la gloria.


¿Supervivencia de los más aptos? La aptitud más útil para abrirse paso y sobrevivir, el killing instinct, el instinto asesino, es virtud humana cuando sirve para que las empresas grandes hagan la digestión de las empresas chicas y para que los países fuertes devoren a los países débiles, pero es prueba de bestialidad cuando cualquier pobre tipo sin trabajo sale a buscar comida con un cuchillo en la mano. Los enfermos de la patología antisocial, locura y peligro que cada pobre contiene, se inspiran en los modelos de buena salud del éxito social. Los delincuentes de morondanga aprenden lo que saben elevando la mirada, desde abajo, hacia las cumbres; estudian el ejemplo de los triunfadores y mal que bien hacen lo que pueden para imitarles los méritos. Pero «los jodidos siempre estarán jodidos», como solía decir don Emilio Azcárraga, que fue amo y señor de la televisión mexicana. Las posibilidades de que un banquero que vacía un banco pueda disfrutar, en paz, del fruto de sus afanes son directamente proporcionales a las posibilidades de que un ladrón que roba un banco vaya a parar a la cárcel o al cementerio.


Cuando un delincuente mata por alguna deuda impaga, la ejecución se llama ajuste de cuentas; y se llama plan de ajuste la ejecución de un país endeudado, cuando la tecnocracia internacional decide liquidarlo. El malevaje financiero secuestra países y los cocina si no pagan el rescate: si se compara, cualquier hampón resulta más inofensivo que Drácula bajo el sol. La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el comercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas.


El arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento. En los suburbios del mundo, los jefes de Estado venden los saldos y retazos de sus países, a precio de liquidación por fin de temporada, como en los suburbios de las ciudades los delincuentes venden, a precio vil, el botín de sus asaltos.


Los pistoleros que se alquilan para matar realizan, en plan minorista, la misma tarea que cumplen, en gran escala, los generales condecorados por crímenes que se elevan a la categoría de glorias militares. Los asaltantes, al acecho en las esquinas, pegan zarpazos que son la versión artesanal de los golpes de fortuna asestados por los grandes especuladores que desvalijan multitudes por computadora. Los violadores que más ferozmente violan la naturaleza y los derechos humanos, jamás van presos. Ellos tienen las llaves de las cárceles. En el mundo tal cual es, mundo al revés, los países que custodian la paz universal son los que más armas fabrican y los que más armas venden a los demás países; los bancos más prestigiosos son los que más narcodólares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que más envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan. Son dignos de impunidad y felicitación quienes matan la mayor cantidad de gente en el menor tiempo, quienes ganan la mayor cantidad de dinero con el menor trabajo y quienes exterminan la mayor cantidad de naturaleza al menor costo.


Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia.


¿Será esta libertad, la libertad de elegir entre esas desdichas amenazadas, nuestra única libertad posible? El mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo: así practica el crimen, y así lo recomienda. En su escuela, escuela del crimen, son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Pero está visto que no hay desgracia sin gracia, ni cara que no tenga su contracara, ni desaliento que no busque su aliento. Ni tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.




Eduardo Galeano: Patas arriba. La escuela del mundo al revés



Cómo entender la crisis económica
En el mundo al revés, parafraseando a Eduardo Galeano, el mundo produce más de lo que consume; este problema aparentemente sencillo, quita el sueño a economistas y políticos de todos lados. Hasta ahora, Estados Unidos funcionó como locomotora de la economía mundial a través de su consumo, pero esto se hizo sobre la base de su endeudamiento, cuyo montó llega casi a los 15 billones de dólares, y necesita ampliarse más para generar nuevo consumo”, sostuvo a AIM el coordinador del proyecto de extensión Por una Nueva Economía Humana y Sustentable, Luis Lafferriere.
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