jueves, 27 de febrero de 2014

Noches de sueño

...un anciano observa el cielo mientras la luna mengua, en una noche donde las luciérnagas quieren ser estrellas, las sombras estelas, y los párpados eternos, es la noche del insomnio, donde todos pueden soñar a ojos abiertos, donde ilusión es otro estado de la materia, en donde cada anhelo encuentra su cielo, donde hay un muelle para cada deseo y un faro para toda fe, la luna se transfigura en sol, la noche poco a poco se cubre de día, la neblina se ha marchado con la brisa, y aquel anciano ahora es un viejo roble...



Yo soñé con aviones
que nublaban el día,
justo cuando la gente
más cantaba y reía,
más cantaba y reía.

Yo soñé con aviones
que entre sí se mataban
destruyendo la gracia
de la clara mañana
de la clara mañana.

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Anoche tuve un sueño
y anoche era verano
oh verano terrible
para un sueño malvado,
para un sueño malvado.

Anoche tuve un sueño
que nadie merecía
¿Cuánto de pesadilla
quedará todavía,
quedará todavía?

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Yo soñé un agujero
bajo tierra y con gente
que se estremecía
al compás de la muerte,
al compás de la muerte.

Yo soñé un agujero
bajo tierra y oscuro
y espero que mi sueño
no sea mi futuro,
no sea mi futuro.

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Sueño de una noche de verano
Silvio Rodriguez

lunes, 17 de febrero de 2014

En las nubes

…se escapo de un sueño a plena luz del día, sin saber a donde ir corrió entre coches, computadoras, edificios, caras fijas, menesteres de lo cotidiano, sin saber a donde ir, entre paraguas y taxis, entre calles y semáforos, entre lluvia y nubes, entre cielo y corazón, escapando de eso de todos los días, de lo que siempre es lo mismo, de lo que nunca cambia, del murmullo sin fin, de los sueños ajenos, de la falta de tiempo para vivir, del pragma aparente, del sentimiento barato, del monótono deseo de no existir, se escapo de si mismo, de aquel que no quería ser, se escapo a plena luz del día, pocos los vieron correr, nadie tuvo tiempo para preguntar que le pasaba a aquel loco, las alas en esos tiempos ya no estaban de moda, las raíces eran lo de hoy, y él ya las había perdió, después de todo, se necesita altura para volar, y en sus sueños siempre andaba en las nubes...


“Era como si mientras el engaño sucedía en silencio y monótonamente, todos nosotros hubiéramos aceptado ser engañados, favoreciéndolo con nuestra inconsciencia o puede que cobardía, pues toda la gente es cobarde y prefiere de un modo natural cometer una traición, ya que ésta tiene un aspecto cómodo.”


“Recordaba que mi padre solía decir que la razón para vivir era prepararse para estar muerto durante mucho tiempo. Y cuanto tenía que verlos día tras día, cada cual con sus pensamientos egoístas y secretos, cada cual con su sangre distinta a la de los demás y a la mía, y pensaba que al parecer era mi único modo de prepararme para estar muerta, odiaba a mi padre por haberme engendrado. Solía estar deseando que cometieran alguna falta, para así poder zurrarles. Cuando la vara caía, podía sentirla en mi propia carne; cuando les levantaba cardenales y verdugones, era mi sangre la que corría, y a cada golpe de vara pensaba: ¡Ahora vais a saber quién soy! Ahora soy alguien en vuestras vidas secretas y egoístas, soy quien ha marcado para siempre vuestra sangre con la mía."



“Mientras agonizo”

William Faulkner

miércoles, 5 de febrero de 2014

Amnesia matutina

...apareció de repente en su memoria a la edad de 31 años, naciendo con conciencia pero desconociendo que había existido, su vida aparente le remontaba al no mas lejano momento de aquel instante, en donde de ojos abiertos y sabiendo de todo menos de el mismo, mientras la oscuridad dejaba de ser en su espíritu, el roció de una brisa matutina le conectaba con su ser, ¿Donde había estado? no había en el ningún recuerdo, ni siquiera un esbozo de si mismo, un réquiem a destiempo, un amanecer con luna, y un frió tenue que rosaba sus mejillas, la gente lo veía como a cualquier otro, sin nada nuevo, sin nada extraordinario, pero el no se reconocía y ya nada sabia de si.

Una noche anterior, a la luz de una vela y algo de viento que se colaba por la ventana, un silencio y una soledad o dos formas distintas de decir lo mismo, algunas lagrimas sin fuerza de derrame, una tristeza material, que se escapaba de las leyes de la física, que podía tocarse, que olía algo así como a alquitrán, un reparo de sollozos, un llanto alegórico, un preludio amenazante y una decisión, la de irse de si mismo la de dejarla ir, la de extirparla de si,  de su memoria, de su historia misma, costara lo que costara, bajo los riesgos, síntomas y efectos secundarios que le pudieran venir, le era necesario, porque la tristeza ya no le cabía, porque las noches, el tiempo, las lunas, el espacio, los rincones, las banquetas, las primaveras, las estaciones, los puertos, y un sin fin de cosas habían perdido su lugar o quizás mejor dicho su razón de ser, entonces se apretó el corazón, la dibujo con su memoria por ultima vez, silueta por silueta hasta crearla tan perfecta incluso mas de lo que solía ser, cerro los ojos y se la arranco...

y apareció de repente en su memoria a la edad de 31 años...



No tomes muy en serio
lo que te dice la memoria.

A lo mejor no hubo esa tarde.
Quizá todo fue autoengaño.
La gran pasión
sólo existió en tu deseo.

Quién te dice que no te está contando ficciones
para alargar la prórroga del fin
y sugerir que todo esto
tuvo al menos algún sentido.

Memorias
José Emilio Pacheco
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