...me pasa que el silencio se ha hecho memoria, que los días ya son ayeres, que el atardecer es mi mañana, me pasa que a veces no se donde estoy aunque todo me parezca tan cotidiano, tan imprescindible, se que me encuentro diluido en recuerdos tenues, pasajeros, difusos de este tiempo que ya no encaja en mi reloj, la neblina se vuelve cada vez mas espesa, distante del candor de aquellos días triviales, los colores cambian de lugar y los rostros aparecen y desaparecen de mi mente, estoy disperso, confundido, un día todo es diferente, no reconozco nada ni a nadie, incluso a mi mismo, camino por el valle del insomnio, pensando en aquellos que pasan y me sonríen, de aquellos que me llaman por nombres distintos, que nunca recuerdo, ¿Que soy? ¿Que fui? sobre la banqueta veo pasar la vida de los otros pero aun sigo aquí esperando ver pasar la mía...
Cada vez que nos dan clases de
amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de
amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros
en mi región hay calvarios de
ausencia
muñones de porvenir / arrabales
de duelo
pero también candores de
mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde
sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo
de otoño
sentimientos insoportablemente
actuales
que se niegan a morir allá en lo
oscuro
el olvido está lleno de memoria
que a veces no caben las
remembranzas
y hay que tirar rencores por la
borda
en el fondo el olvido es un gran
simulacro
nadie sabe ni puede / aunque
quiera / olvidar
un gran simulacro repleto de
fantasmas
esos romeros que peregrinan por
el olvido
como si fuese el camino de
santiago
el día o la noche en que el olvido
estalle
salte en pedazos o crepite /
los recuerdos atroces y de
maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por
el mundo
y esa verdad será que no hay
olvido
Ese gran simulacro
Mario Benedetti