martes, 23 de julio de 2019

Triste melancolía


...y llega la hora en que todo se detiene, donde las aves ya no regresan a tu ventana, donde los vientos suenan lejanos y las lunas llenas escasean, llega el momento en donde el silencio se vuelve ruido, donde las noches se vuelven tenues y las mañanas amanecen sin sol, llega el tiempo en que nada tiene sentido y todo parece lo mismo, donde la verdad parece mentira y la mentira se vuelve verdad, y llega de pronto la vida a decirte que ese no fue el camino, que los sueños del pasado eran distintos, que lo que se ha cumplido no era necesariamente lo que se planeo, y entonces de repente baja la neblina hasta el alma y las miradas se nublan y los fuegos se apagan junto con los suspiros y el corazón solloza y los recuerdos expiran, y los anhelos se vuelven cicatrices, y los errores llagas, y las lagrimas hielo, y la melancolía deseo de llegar a aquellas horas, momentos, tiempos, vida en que los días desbordaban de alegría, triste melancolía...




"El futuro", Julio Cortázar

Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.

lunes, 4 de marzo de 2019

¿y si fuéramos pasado?

...¿y si fuéramos pasado? ¿y si el tiempo no nos dejó ver para atrás? paso a paso y en reversa, empezando siempre por el final, del ruido al silencio, de la luz a la oscuridad, de un tequiero y un momento y un después que ya no está, de la vida que se acorta, del futuro y el delirio, de un preludio y un suspiro, de un requiem para el que sueña, de una oda para el que se va, mar de sufijos a la deriva, premisas y deseos que no supieron flotar, que se ahogaron en la inmensidad del poco tiempo que dura la verdad, montón de derivas apiladas una tras otra, siluetas que han dejado de titilar, ¿y si tal vez fuéramos pasado? y nuestra existencia mera casualidad, y asi quizas nunca existimos o tal vez mejor nunca existirás...


Fue sueño ayer, mañana será tierra:
poco antes nada, y poco después humo;
y destino ambiciones y presumo,
apenas punto al cerco que me cierra.

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa soy peligro sumo:
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer, mañana no ha llegado,
hoy pasa y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento,
que a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.

Fue sueño ayer, mañana será tierra
Francisco de Quevedo




miércoles, 27 de febrero de 2019

Arrojadas al mar

...un día descubres,
Que las olas no siempre llegan a la orilla,
Que los silencios tocan sus propias melodias,
Que el adios no siempre sabe a eternidad,
Que hay mañanas que no amanecen,
Que hay noches que nunca oscurecen,
Que el frío no se hizo para extrañar...

Un dia te das cuenta
Que los recuerdos se van decolorando,
Que los momentos se van extinguiendo,
que la verdad se disfraza de mentira,
que una estrella no hace al cielo,
que la vida no siempre dura poco,
que el problema no es la guerra y ni la paz.

un día de pronto.
los caminos se volvieron estelas,
los amores siluetas pasajeras,
los problemas lunas y mareas,
los sueños historias que contar,
somos botellas arrojadas al mar...


“Era entonces la ocasión de pararme a recordar que, como mi padre solía decir, la finalidad de la vida no es otra sino la de aprestarse a estar mucho tiempo muerto. Y al recapacitar que tenía que ver día tras día a cada uno de ellos y de ellas, y todos con sus respectivas vergüenzas y egoísmos personales, y que tal era, a lo que parecía, la única manera de disponerme a bien morir, no podía menos de maldecir a mi padre por habérsele ocurrido engendrarme. Siempre estaba acechando la ocasión de cogerlos en falta, para darles de latigazos. Y cuando el látigo caía sobre sus carnes, sentía yo su escozor sobre las mías; y cuando les levantaba verdugones y ronchas en la piel, era mi sangre la que corría, y a cada nuevo golpe que les asestaba, me decía a mí misma: «Ahora soy algo en vuestras vidas vergonzosas y egoístas, yo, que he marcado mi sangre en la vuestra para toda la eternidad».”




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