
Ay mi pueblo no lo olvides, Que el olvidar es ofensa, Y entre silencio y olvido, Te ahogaría la vergüenza. La sangre de Tlatelolco, Mancho las barbas de Dios, Salpico las alas libres, Y el ave se desplomo. Malditos sean los días, Y las hordas criminales, Maldito el encubridor, Malditos los Generales. Ay mi pueblo no lo olvides, Que el olvidar es ofensa, Y entre silencio y olvido, Te ahogaría la vergüenza. Los ojos desorbitados, Las espaldas destrozadas, Luceros acribillados, De estrellas que se apagaban. Y un silencio conveniente, De cómplices sucesores, Con conciencia decadente, Y frívolos redactores. Ay mi pueblo no lo olvides, Que el olvidar es ofensa, Y entre silencio y olvido, Te ahogaría la vergüenza. Y El Chacal sigue viviendo, Y raptan los diputados, Y croan los senadores, Y se arrastran los soldados. Los ojos desorbitados, Las espaldas destrozadas, Luceros acribillados, De estrellas que se apagaban. Ay mi pueblo no lo olvides, Que el olvidar es ofensa, Y entre silencio y olvido, Te ahogaría la vergüenza. Jose de Molina
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