lunes, 19 de diciembre de 2011

El brillo de mis ojos

...tú dices ver un brillo en mis ojos, pero no lo es y te lo voy a explicar, si por algún momento en una de esas pasadas a través de tu mirada logras captar esas dos pequeñas esferas que suspenden entre mis parpados y si por casualidad notas un brillo similar al de un reflejo de sol en un unos pequeños espejos entiende que no es un brillo, si no un ocaso, si como lo oyes un ocaso que se estaciono un día de primavera cuando precisamente gotas de lluvia se separaban de unas nubes que cubrían sigilosamente la totalidad de un puerto en donde los barcos yo no desembarcan porque el cielo se ha quedado en las olas que escupen una espuma blanca a las arenas suaves de las playas vacías de palmeras pero tupidas de pinos que sueñan con hogueras y piensan en el faro que por las noches les guiñe un ojo a través de la neblina que se besa con las brisas que son suspiradas desde una isla donde nacen todas las brisas y quizás también los sueños, esos sueños que se esfuman con la propia vida de un soñador que andando por una calle empedrada en los suburbios de aquel puerto con las manos en los bolsillos ha pateado una piedra que ha caído en los pliegues de una banqueta que avanza en sentido contrario hacia la eternidad del tiempo que se dibuja en el reloj de la catedral donde el motivo del sueño se une con otro sueño trazando mentiras que vuelan junto a las palomas que se abalanzan sobre la lluvia de arroz que cae sobre el limosnero que hace tiempo dejo de soñar y que ahora solo cree en esas monedas a las que llaman dinero mientras su pierna hinchada se pudre causándole un dolor que se convierte en nausea de los que pasan tratando de no inclinar el cuello para olvidar a los que deben de ser olvidados en las afueras de las iglesias que apuñalan el cielo con sus cruces afiladas y que estremecen con sus ruidosas campanas el duelo de una viuda que mira por la ventana como a media docena de niños que corren detrás de una pelota que horas antes solo era un puñado de papeles y cinta adhesiva mientras un niño cojo los observa y deja caer una lagrima sobre el suelo de aquel vecindario de niños flacos que olvidan el hambre jugando y cuando precisamente en ese instante pasa un tren que acaricia con el cristal de una de sus ventanas el rostro de una mujer que invoca el recuerdo de su padre empujándola en un columpio que se sostenía de un árbol que dejo de dar sombra la tarde de un invierno que le asesino sin remordimientos una tarde en el que el cielo no pudo contener su llanto en un instante en que un rayo de sol distraido se cruzo con una de sus lagrimas, convirtiéndose en eso que tu crees que es un brillo...




Estaban tan juntos, que mientras se movía la aguja que marcaba los minutos, aguja que él no veía ya, sabían que nada podía pasarle a uno sin que le pasara a otro; que no podría pasarles nada si no eso; que eso era todo y siempre, el pasado, el presente y ese futuro desconocido. Lo que no ibana tener nunca lo tenían. Lo tenía ahora y antes y ahora, ahora y ahora. O ahora, ahora, ahora; este ahora único, este ahora por encima de todo; este ahora como no hubo otro, sino este ahora y ahora es tu profeta. Ahora y por siempre jamás. Ven ahora, ahora, porque no hay otro ahora más que ahora. Sí, ahora. Ahora por favor, ahora; el único ahora. Nada más que ahora. ¿Y donde estás tú? ¿ Y donde estoy yo? ¿ Y donde está el otro? Y ya no hay por qué; ya no habrá nunca por qué; sólo hay este ahora. Ni habrá nunca por qué, sólo este presente, y de ahora en adelante sólo habrá ahora, siempre ahora, desde ahora solo un ahora; desde ahora sólo hay uno, no hay otro más que uno;uno, uno, uno. Todavía uno, todavía uno, uno que desciende, uno suavemente, uno ansiadamente, uno gentilmente, uno felizmente; uno en la bondad, uno en la ternura, uno sobre la tierra (...)

Por quien doblan las campanas
Ernest Heminway

2 comentarios:

Rimes dijo...

Pedro...es muy hermoso, gracias por compartirlo.
"Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella."
Jose Angel Buesa

Pedro Daniel dijo...

Gracias... que bueno que me sigues leyendo... te envio saludos donde quiera que andes... y gracias por los versos compartidos... que las palabras nos rediman del olvido...

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails