miércoles, 25 de junio de 2014

Fuimos

...difuminado el silencio, agotadas las horas, ya cumplido el preludio y en este cese al fuego, donde las palabras no arden, ni tu ausencia envenena, ya sin miedo a voltear al pasado, sin temor de encontrarte en el espejo, en mis cicatrices, en la memoria, en las letras de esta historia que termino hace algunos puntos quizás suspensivos, quizás finales, ahora que la luz alumbra y que los colores han vuelto, que el tiempo ha regresado a los relojes y las dulzuras a las colmenas, ahora que mis palabras han retoñado en pleno invierno, quiero escribir en las lineas de este culmen, un testimonio, limpio, diáfano y contundente, de lo que fuiste, hablando en términos de mi existencia, fuiste no solo la belleza si no mas bien reedificaste esos monumentos tan mal acomodados en mi conciencia, la belleza no como palabra, ni como sustantivo, se transfiguraba en días comunes y se engalanaba en sueños, fuiste palabra de dos vías, tus oídos y tus labios sabían bien acomodarse, a la hora de esos discursos laborales, y de esas penas cotidianas, húmedas y frías, palabra dulce y tierna, lacerante e irremediable, fuiste suspiros que tal vez se pudieron haber confundido con tu belleza, pero que van mas allá de eso, suspiros de presencia y ausencia, de materia, espacio y tiempo o mejor dicho de no tocarte, de no verte, y de no tenerte, fuiste pasión, pero no de esas que se malbaratan debajo de las sabanas o que se mantienen expectantes, detrás de un pantalón o una falda, mas bien me refiero a ese sentimiento casi etéreo y divino, que fulminaba en un instante mis ganas de tocarte hasta el alma, de vaciarme en tu mirada,  de perderme en cada uno de tus pliegues, de introducirme en cada uno de tus poros, pero también fuiste morada, lecho fragante, cálido y sensible que apaciguaba mis menesteres, que purificaba mis aguas y alejaba mis demonios, ese lugar a donde llegar, con el que todos los viajeros sueñan, pero sobre todo fuiste amor, con el temor de menospreciar esta palabra tan sobre valorada, pero que no ha encontrado mejores silabas para alojarse, fuiste amor, convexo, radiante, fugaz y eterno, amor cargado de amor, tierno, contundente, bello, sincero, pero también soberbio, doloroso y egoísta, amor que se le acabo el amor, amor que no fue amor, y ese amor que fuiste, que fuimos y que no fue, y que ahora somos, aprendimos a andar como dos pequeños seres mutilados, que preferimos andar presumiendo por la vida ese trozo de amor que nos hace falta...



Porque entre el lunes y el martes,
me sobra tiempo para necesitarte
Porque me miento si digo,
que tu mirada no fue mi mejor testigo
Porque aunque ya no me duelas,
a veces busco tu nombre en mi chistera
Porque aún no vino el olvido,
para llevarse el último de tus abrigos

Por los besos que aún nos quedan en la boca
por los miles de homenajes que nos dimos
por nadar y no guardar nunca la ropa
por los dedos juguetones del destino
porque fuimos lo que fuimos, porque fuimos lo que fuimos...

Porque puesto a confesarte,
aún le tengo miedo a tenerte delante
Porque en cuanto me descuido,
me atropella algún recuerdo en el pasillo
Porque no puedo negarte,
que te quise sin querer y más que a nadie
Porque mi doctor previno,
que para este corazón estás prohibido


Fuimos lo que fuimos
Jorge Drexler

2 comentarios:

••• Jade ••• dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rimes dijo...

Ay Pedro, no quiero que deje de ser, es como si me hubiese acostumbrado a ese dolor que ya no duele si no mas bien acompaña, lo único que va quedando de aquel intento desesperado de ser, de sobrevivir, ambos, juntos, como uno sólo, un sueño del que cada dia recuerdo menos, pero no puedo dejar de soñar...

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