...de la luz que nace rosando el rostro de una mañana, al suspirar el viento convirtiéndose en neblina, que acaricia el tiempo y a la vez nos reclama, que hay que voltear mas seguido al cielo, que la noche aveces esta llena de estrellas, que el silencio y el sonido viajan por la noche disfrazados de centellas, que la luna y el sol siempre nos deparan algo bello, que no hay pintura mas hermosa que la que se pinta en el cielo, que si alguien esta enfermo de amor, respire mar, que si esto le causa dolor que tome un poco de cielo, y que si para esto ya no hay remedio, que se tome dos estrellas y media, una para la oscuridad, otra para el delirio y la otra mitad para que se vaya con ella o el o con quien sea, no hay mejor remedio que una estrella fugaz en el cielo nocturno, un mar al son de la luna, miles de estrellas jugando a las luciérnagas y una tarde para contemplar, si un hueco en tu alma se empieza a asomar, apaga la luz, enciende un sueño para que el silencio te abracé, y la oscuridad te acaricie, para lo que tenga que pasar que pase y por fin se vaya lo que tenga que irse, no se trata de rendirse, ni de despedidas ahogadas, si no de vaciar las noches cansadas y de desaparecer los días grises...
¡Recibe en la frente este beso!
Y, por librarme de un peso
antes de partir, confieso
que acertaste si creías
que han sido un sueño mis días;
¿Pero es acaso menos grave
que la esperanza se acabe
de noche o a pleno sol,
con o sin una visión?
Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueno.
Frente a la mar rugiente
que castiga esta rompiente
tengo en la palma apretada
granos de arena dorada.
¡Son pocos! Y en un momento
se me escurren y yo siento
surgir en mí este lamento:
¡Oh Dios! ¿Por qué no puedo
retenerlos en mis dedos?
¡Oh Dios! ¡Si yo pudiera
salvar uno de la marea!
¿Hasta nuestro último empeño
es sólo un sueño dentro de un sueño?
Un sueño
Edgar Allan Poe
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