sábado, 30 de abril de 2011

...tal parece que a los escritores les da por morirse por las mismas fechas...

Sabato muere en Sabado

...un suspiro del final de casi un siglo,
que un sábado se fue y un sábado vino,
hoy por fin  se fue a su definitivo exilio,
de la vida que hoy recorta su destino.

un pasaje de su vida fue la física,
pero se escapo hacia al surrealismo,
le perturbaba el tiempo el mismo explica,
por lo que prefirió afiliarse al idealismo,

fue entonces que se alojo en la cultura,
del que crea e inventa nuevos mundos,
con sus letras acaricio la literatura,
con pensamientos suaves y profundos.

y el poeta escribió la historia consigo mismo,
el ultimo clásico de los navegantes de la plata,
que hoy se ha ido al mar del eterno abismo,
donde los inmortales navegan en su fragata.

se cava ya la tumba del héroe,
que se aproxima a la luz del túnel,
y la muerte hoy nos conmueve,
pues se apago la luz con el.




«La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse». Ernesto Sabato



Tal vez a nuestra muerte el alma emigre:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de bengala;
mientras nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y después en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.


Tal vez le toque un destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgara sus antiguos pecados de guerrero o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones.


"poema de Ernesto Sabato" (sobre heroes y tumbas)

jueves, 28 de abril de 2011

Pasajera estelar

...te traigo atorada en el alma, adherida a un pensamiento, no se si ya estas dentro, o solo  juegas con mi calma, lo cierto es que tienes cara de alguna estrella fugaz, de esas que duran mucho tiempo, pero un día dicen que se van, y pasaras a ser recuerdo, un destello y un final, pero la noche esta estrellada y aun asi logras brillar, no me importa tu mirada, si no lo que has de mirar,  la penumbra cubre al campo y tu sigues viendo al sol como una flor, y aunque seas solo un rato, me has cambiado de color, lo que importa es que lo mismo para ti no es igual, tu ves la vida pasar sobre nubes de cristal, reflejando desde adentro lo que por fuera no has de mostrar, pero aun así me llevas lejos, a lugares infinitos, con montañas de colores que aprendieron a volar, como volaran contigo mis ojos cuando te vuelven a mirar, aprovechando que estas de paso, pasajera estelar...


Pues no tendrán en común ni un idioma
(No digamos una ciudad, un hogar, un hijo),
Ni siquiera esas canciones, esos sitios,
Esos olores que acaso sólo nos parecen hermosos porque
nos recuerdan un recuerdo,
Porque nos recuerdan a nosotros mismos, y quizá lo que
llamamos belleza
No sea sino la terca persistencia del ser más allá de sí mismo,
Más allá de su lugar y su tiempo, como la luz de un astro
hace siglos apagado.
Pero astros sí tendrán en común. Al levantar los ojos
No habrá en el cielo país extranjero.
Aquellas estrellas son estas mismas estrellas,
No distan más de esa ciudad lejana que de ésta.
Aquellas montañas y este mar les son igualmente familiares
O igualmente extraños.
Y también unas desperdigadas horas de febrero
pertenecientes para siempre
Al insaciable pasado.

De "Siempre por primera vez"

Con la forastera
Roberto Fernández Retamar

lunes, 25 de abril de 2011

Sin este amor

...que sera de ti, que sera de mi, sin esos besos impregnados de mar, sin tus caricias al terminar, sin esas ganas de llorar, que sera de mi abandono, cuando me vaya y no estes, cuando te vengas y no me encuentres, que sera de los escalofrios en el invierno, de los cerrojos que aun no se han abierto, de los poros que aun no se han tocado, de los silencios que culminaban nuestros encuentros, que sera de cada cuerpo en el que vaciabamos nuestro amor, que pasara con el delirio, con la via lactea que llenaba de cielo nuestras camas, con el sudor que inundaba nuestros sueños, que hare sin ti, sin el olvido repentino, sin el hastio de tu vientre, sin el sepulcro de tus locuras, que sera de tus penumbras, que sera de mis amaneceres solo con el sol, que sera del frio que me causa tu calor, que sera de mi que sera de ti si no me amas, que sera de mi sin este amor...


De la liviandad

Volviendo sobre una línea de Cortázar, las mujeres
cómo recaen. Man Ray
hizo la foto: lomo largo
con todas las vértebras preciosas a la vista y ella cayendo
flexible en el encantamiento, flaca
la pelirroja, lista
para la otra pasarela del placer, los tirantes
por allá, las medias disparadas, y algo más lejos
en la otra punta de la alfombra los dos
zapatos altísimos sin nadie muertos de amor, tristísimos
y viudísimos de ella pidiéndole frenéticos que no,
que su cuerpo blanco no, que no se entregue
a la usurpación, que vuelva
como en el tango, que
no. -Cierren
finas las cortinas.

¿Cómo seré yo?

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

Eso era amor

Le comenté:
- Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
¿Te gustan solos o con rimel?
- Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.

 

Gonzalo Rojas

lunes, 18 de abril de 2011

Ojos de demonio

...bailando en hogueras de luces y sombras a ritmos sedientos de carne y de alma, tambores se mezclan con beats y electrones, comienzan las danzas de muchos sabores, el tiempo y el viento se vuelven sonido, se invocan los sueños se apagan los ruidos, se encienden las almas se prenden sentidos, se elige el transporte, tal vez una nave, no importa el camino solo si este arde, auroras boreales se apagan y prenden, y beat, beat, beat, aparece ojos de demonio en el ambiente, y lo sublime se hace etéreo, dance, dance, dance ojos de demonio, esto ahora es un idilio, un movimiento continuo y perfecto, venus se transfigura en la ocacion de una sirena, los colores son y dejan de ser, empezar a verte es no poder dejarte de ver, la luna empieza a sucumbir a mi suplicio, y tu ojos de demonio dance, dance, dance, esto ya no tiene sentido, estoy inmerso en un trance, en un amor redefinido, te mueves y un mar de suspiros se escurren de mi alma, baila ojos de demonio, cegame, convierteme en piedra, estatua de sal o lo que sea, el momento es único y nunca mas sera, tu mirada la guardo para la eternidad, esperando encontrarte alguna vez mas...



La suposición de que Remedios, la bella, poseía poderes de muerte, estaba entonces sustentada por cuatro hechos irrebatibles. Aunque algunos hombres ligeros de palabra se complacían en decir que bien valía sacrificar la vida por una noche de amor con tan conturbadora mujer, la verdad fue que ninguno hizo esfuerzos por conseguirlo.

Tal vez, no sólo para rendirla sino también para conjurar sus peligros, habría bastado con un sentimiento tan primitivo, y simple como el amor, pero eso fue lo único que no se le ocurrió a nadie. Úrsula no volvió a ocuparse de ella. En otra época, cuando todavía no renunciaba al propósito de salvarla para el mundo, procuró que se interesara por los asuntos elementales de la casa. "Los hombres piden más de lo que tú crees", le decía enigmáticamente. "Hay mucho que cocinar, mucho que barrer, mucho que sufrir por pequeñeces, además de lo que crees." En el fondo se engañaba a sí misma tratando de adiestrarla para la felicidad doméstica,, porque estaba convencida de que, una vez satisfecha la pasión, no había un hombre sobre la tierra capaz de soportar así fuera por un día una negligencia que estaba más allá de toda comprensión. El nacimiento del último José Arcadio, y su inquebrantable voluntad de educarlo para Papa, terminaron por hacerla desistir de sus preocupaciones por la bisnieta. La abandonó a su suerte, confiando que tarde o temprano ocurriera un milagro, y que en este mundo donde había de todo hubiera también un hombre con suficiente cachaza para cargar con ella. Ya desde mucho antes, Amaranta había renunciado a toda tentativa de convertirla en una mujer útil. Desde las tardes olvidadas del costurero, cuando la sobrina apenas se interesaba por darle vuelta a la manivela de la máquina de coser, llegó a la conclusión simple de que era boba. "Vamos a tener que rifarte", le decía, perpleja ante su impermeabilidad a la palabra de los hombres. Más tarde, cuando Úrsula se empeñó en que Remedios, la bella, asistiera a misa con la cara cubierta con una mantilla, Amaranta pensó que aquel recurso misterioso resultaría tan provocador, que muy pronto habría un hombre lo bastante intrigado como para buscar con paciencia el punto débil de su corazón. Pero cuando vio la forma insensata en que despreció a un pretendiente que por muchos motivos era más apetecible que un príncipe, renunció a toda esperanza. Fernanda no hizo siquiera la tentativa de comprenderla. Cuando vio a Remedios, la bella, vestida de reina en el carnaval sangriento, pensó que era una criatura extraordinaria. Pero cuando la vio comiendo con las manos, incapaz de dar una respuesta que no fuera un prodigio de simplicidad, lo único que lamentó fue que los bobos de familia tuvieran una vida tan larga. A pesar de que el coronel Aureliano Buendía seguía creyendo y repitiendo que Remedios, la bella, era en realidad el ser más lúcido que había conocido jamás, y que lo demostraba a cada momento con su asombrosa habilidad para burlarse de todos, la abandonaron a la buena de Dios. Remedios, la bella, se quedó vagando por el desierto de la soledad, sin cruces a cuestas, madurándose en sus sueños sin pesadillas, en sus baños interminables, en sus comidas sin horarios, en sus hondos y prolongados silencios sin recuerdos, hasta una tarde de marzo en que Fernanda quiso doblar en el jardín sus sábanas de bramante, y pidió ayuda a las mujeres de la casa. Apenas había empezado, cuando Amaranta advirtió que Remedios, la bella, estaba transparentada por una palidez intensa.

-¿Te sientes mal? -le preguntó.


Remedios, la bella, que tenía agarrada la sábana por el otro extremo, hizo una sonrisa de lástima.


-Al contrario -dijo-, nunca me he sentido mejor.


Acabó de decirlo, cuando Fernanda sintió que un delicado viento de luz le arrancó las sábanas de las manos y las desplegó en toda su amplitud. Amaranta sintió un temblor misterioso en los encajes de sus pollerines y trató de agarrarse de la sábana para no caer, en el instante en que Remedios, la bella, empezaba a elevarse. Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria.

Cien años de soledad
Gabriel Garcia Marquez

jueves, 14 de abril de 2011

En algun lugar (Los Beatles VI)

...pero que debía hacer para encontrarla, si no había dejado ningún rastro, solo su ausencia, entonces recordé algo que Eleonor un día me dijo, si algún día pierdes a alguien muy importante para ti y no lo logras encontrar por ningún lado, buscalo dentro de ti mismo, en el momento que me dijo estas palabras no les encontré ningún sentido, pero ahora en este momento entiendo a que se refería, ella sabia que algún día la perdería después de todo hacia todo para lograrlo, y con sus palabras había dejado un mapa grabado en mi alma para que pudiera encontrarla, como si hubiera escrito una carta desde futuro hasta el presente, pero este mapa estaba incompleto como un rompecabezas, había que armarlo, tenia para empezar la primera parte que es la ultima "post data te quiero" lo cual quería decir que hubiese pasado lo que hubiese pasado ella aun me quería, entonces valía la pena el buscarla por donde fuera hasta encontrarla, después de todo hay un lugar a donde todos podemos ir cuando estamos solos, y es nuestra propia alma, así que empecé a buscarla en mis recuerdos, estos que habían permanecido escondidos durante todo este tiempo,  camine hacia mi departamento, mas lucido y mas despierto, pero sobre todo con el deseo ferviente de volver a encontrarme con Eleonor, al llegar a la que solía ser mi casa, me arroje a la cama y con la mirada perdida en en el techo, mis pensamientos se mezclaban con los recuerdos, todo transformandose en una realidad incompleta o un sueño quizas,  me imaginaba que ella pudiera estar aquí, ahí y en todas partes, mas sin embargo algo me decía que no estaba muy lejos, y no físicamente hablando, si no que algo me atraía fuertemente a ella, y eso creo que era el amor que algun dia creamos y que aun no había muerto...

P.D. Te quiero

Al escribir esta carta
Te envío todo mi amor
Recuerda que siempre
Estaré enamorado de ti
Atesora estas palabras hasta que estemos juntos
Guarda todo mi amor para siempre
P.D. te quiero, te quiero, te quiero
Volveré a casa contigo, amor
Hasta ese día, amor
P.D. te quiero, te quiero, te quiero
Al escribir esta carta
Te envío todo mi amor
Recuerda que siempre
Estaré enamorado de ti
Atesora estas palabras hasta que estemos juntos
Guarda todo mi amor para siempre
P.D. te quiero, te quiero, te quiero
Al escribir esta carta
Te envío todo mi amor.
Quiero.
Que recuerdes que siempre
Estaré enamorado de ti
Volveré a casa contigo, amor
Hasta ese día, amor
P.D. te quiero, te quiero, te quiero
Te quiero, te quiero, te quiero
Te quiero


Hay un lugar

Hay un lugar
Adonde puedo ir
Cuando estoy deprimido
Cuando estoy triste
Es mi alma
Y no existe d tiempo
Cuando estoy solo
Pienso en ti
Y las cosas que haces
Dan vueltas en mi cabeza
Las cosas que dijiste
Como "sólo te quiero a ti"
No existe dolor en mi alma
¿No lo sabías?
No habrá un triste mañana
¿No lo sabías?
Hay un lugar
Adonde puedo ir
Cuando estoy deprimido
Cuando estoy triste
Es mi alma
Y no existe el tiempo
Cuando estoy solo
Hay un lugar
Hay un lugar

Aquí, ahí y en todas partes

Para llevar una mejor vida
Necesito que mi amor esté aquí.

Aquí, construyendo cada día del año
Cambiando mi vida con un gesto de su mano,
Nadie puede negar que hay algo ahí.

Ahí, deslizando mis manos por su pelo.
Los dos sabiendo lo bueno que puede ser.
Alguien habla pero ella no sabe que él está ahí.

La quiero en todas partes
Y si ella está a mi lado sé que no necesito preocuparme
Pero amarla es encontrarla en todas partes
Sabiendo que el amor es compartir
Cada uno sabiendo que el amor nunca muere
Mirando en sus ojos y esperando estar siempre ahí.

La quiero en todas partes
Y si ella está a mi lado sé que no necesito preocuparme
Pero amarla es encontrarla en todas partes
Sabiendo que el amor es compartir
Cada uno sabiendo que el amor nunca muere
Mirando en sus ojos y esperando estar siempre ahí.

Estar aquí, ahí y en todas partes,
Aquí, ahí y en todas partes.

martes, 12 de abril de 2011

¿Que va a ser de Abril?

...¿Que va a ser de Abril? con estos días tan mancos, con esta primavera tan huraña, con esta ausencia de ti,  que va a ser de Abril cuando alguien dentro de mi te extraña, cuando amanece mi vida, cuando anochecen mis sueños, que va a ser de Abril, cuando venga tu recuerdo, cuando me ataque la memoria, y te traiga hasta aquí, que va a ser de Abril con todos y sin ti, con la luna reinando mi ventana, con tu sonrisa apareciendo por ahí, que va ser de Abril  arrugado por tu ausencia, con este invierno eterno, con este deseo  senil, que va a ser de Abril cuando no me quede mas remedio que pensarte, cuando ya allá agotado mis pretextos y mis formas de huir, que va a ser de Abril, que va a ser de mi, y que va a ser de ti, si cada vez que llega vuelves a florecer en mi...

Abril florecía
frente a mi ventana.
Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcón florido,
vi las dos hermanas.
La menor cosía,
la mayor hilaba ...
Entre los jazmines
y las rosas blancas,
la más pequeñita,
risueña y rosada
—su aguja en el aire—,
miró a mi ventana.

La mayor seguía
silenciosa y pálida,
el huso en su rueca
que el lino enroscaba.
Abril florecía
frente a mi ventana.

Una clara tarde
la mayor lloraba,
entre los jazmines
y las rosas blancas,
y ante el blanco lino
que en su rueca hilaba.
—¿Qué tienes —le dije—
silenciosa pálida?
Señaló el vestido
que empezó la hermana.
En la negra túnica
la aguja brillaba;
sobre el velo blanco, 
el dedal de plata.
Señaló a la tarde
de abril que soñaba,
mientras que se oía
tañer de campanas.
Y en la clara tarde
me enseñó sus lágrimas...
Abril florecía
frente a mi ventana.

Fue otro abril alegre
y otra tarde plácida.
El balcón florido
solitario estaba...
Ni la pequeñita
risueña y rosada,
ni la hermana triste,
silenciosa y pálida,
ni la negra túnica,
ni la toca blanca...
Tan sólo en el huso
el lino giraba
por mano invisible,
y en la oscura sala
la luna del limpio 
espejo brillaba...
Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcón florido,
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba...
Abril florecía
frente a mi ventana.


Abril florecia
Antonio Machado
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