lunes, 29 de octubre de 2012

Escala cromática del alma

...lo bonito del ser, es el color que no podemos ver, ni retener, que se esconde en lo que desconocemos, que vive en lo que ignoramos, en donde realmente somos, donde quizás brillamos o nos apocamos, donde no hay necesidad de maquillarnos o de cargar con muchas mascaras, en la profundidad de las cosas que no saben flotar, que no se salvan vistiéndose de sentimientos, o camuflajeandose de palabras con cara de mentira, con sueños de plástico, y vidas repetidas, donde realmente el tiempo tiene color, y los sueños huelen a brisa de atardecer de Otoño, donde la vida encuentra una mecedora para ser feliz, y donde el amor se tiñe de besos y abrazos que no se preocupan por ser sinceros, esos son los colores que yo quiero ver...




Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que habían robado todas mis máscaras, las siete máscaras que había modelado y usado en siete vidas.

Huí sin máscara por las atestadas calles gritando: "¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!"

Hombres y mujeres se reían de mí, y algunos corrieron a sus casas temerosos de mí.

Y cuando llegué a la plaza del mercado, un muchacho de pie sobre el techo de una casa, gritó: "¡Es un loco!".

Alcé la vista para mirarlo y por primera vez el sol besó mi rostro desnudo y mi alma se inflamó de amor por el sol y ya no deseé más mis máscaras. Como en éxtasis grité: "¡Bendito, benditos sean los ladrones que me han robado mis máscaras!"

Así fue cómo me volví loco.

Y he hallado libertad y salvación en mi locura; la libertad de estar solo y a salvo de ser comprendido, porque aquellos que nos comprenden esclavizan algo nuestro.

El loco
Gibran Jalil Gibran

lunes, 22 de octubre de 2012

La miseria del olvido

...aquel tiempo se hizo pedazos, se desgarro en segundos, se desmorono en minutos y ahora ni recuerdo es, vive en la miseria del olvido, en la penumbra del letargo y la nada, entre el nunca y el siempre, en las cauces de una eternidad consumada, tibio como el susurro del silencio, seco como la memoria de las piedras, nauseabundo como el destierro, efímero como el sigilo de Dios, como la luz de aquellos Otoños tenues, como el viento de los últimos días de invierno, como una sombra que opaca el alma, como un suspiro que la vacía, y la condena a la catarsis de este olvido que no se cansa de recordar...




Cuando se despertó,
No recordaba nada
De la noche anterior,
demasiadas cervezas,
Dijo, al ver mi cabeza,
Al lado de la suya, en la almohada...
Y la besé otra vez,
Pero ya no era ayer,
Sino mañana.
Y un insolente sol,
Como un ladrón, entró
Por la ventana.
El día que llegó
Tenía ojeras malvas
Y barro en el tacón,
Desnudos, pero extraños,
Nos vio, roto el engaño
De la noche, la cruda luz del alba.
Era la hora de huir
Y se fue, sin decir:
llámame un día.
Desde el balcón, la vi
Perderse, en el trajín
De la gran vía.
Y la vida siguió,
Como siguen las cosas que no
Tienen mucho sentido,
Una vez me contó,
Un amigo común, que la vio
Donde habita el olvido.
La pupila archivó
Un semáforo rojo,
Una mochila, un peugeot
Y aquellos ojos
Miopes
Y la sangre al galope
Por mis venas
Y una nube de arena
Dentro del corazón
Y esta racha de amor
Sin apetito.
Los besos que perdí,
Por no saber decir:
te necesito.
Y la vida siguió,
Como siguen las cosas que no
Tienen mucho sentido,
Una vez me contó,
Un amigo común, que la vio
Donde habita el olvido.

Donde habita el olvido 
Joaquin Sabina

sábado, 6 de octubre de 2012

No confíes en las estrellas

...aquella niña entendía las estrellas como si estas realmente le hablaran con un lenguaje cósmico que solo ella podía entender, pasaba horas y horas observándolas fijamente con sus ojos profundos y oscuros que se llenaban de brillo todas las noches, pero aquella noche en que la tristeza le había atravesado el corazón, no había estrellas en el cielo solo nubes grises y sombrías que flotaban lentamente en dirección al tiempo, nunca mas volvió a confiar en ellas...





" ¡He aquí la excelente estupidez del mundo; que, cuando nos hallamos a mal con la Fortuna, lo cual acontece con frecuencia por nuestra propia falta, hacemos culpables de nuestras desgracias al sol, a la luna y a las estrellas; como si fuésemos villanos por necesidad, locos por compulsión celeste; pícaros, ladrones y traidores por el predominio de las esferas; beodos, embusteros y adúlteros por la obediencia forzosa al influjo planetario, y como si siempre que somos malvados fuese por empeño de la voluntad divina! ¡Admirable subterfugio del hombre putañero, cargar a cuenta de un astro su caprina condición! Mi padre se unió con mi madre bajo la cola del Dragón y la Osa Mayor presidió mi nacimiento; de lo que se sigue que yo sea taimado y lujurioso. ¡Bah! Hubiera sido lo que soy, aunque la estrella más virginal hubiese parpadeado en el firmamento cuando me bastardearon. "


El rey Lear
William Shakespeare

miércoles, 3 de octubre de 2012

Lunas de Octubre

...y que decir de aquellas lunas de Octubre que se escurrían desde el cielo hasta el mar, que se impregnaban en nuestra alma, reflejadas en nuestro mirar, capaces de hablar, también de callar, que nos hacían olvidar las estrellas y la vida y el destino y todo lo que no fuéramos tu y yo, que decir de esas noches con aquella lumbrera encima de nosotros, dibujada en nuestros rostros, encendida en nuestros ojos, hechas para sublimar el alma, para estrujar el corazón,  para condenarnos a la ausencia, para entregarnos algún día al olvido, por eso estas lunas deberían de estar prohibidas, debería ser un delito el verlas con el corazón vació, con el alma llena de nada, sin ti, sin mi, sin nosotros... 




"Así que nunca más pasearemos
tan tarde de noche,
aunque el corazón siga enamorado,
y aunque siga brillando la luna.

Pues la espada gasta la vaina,
y el alma gasta el pecho,
y el corazón tiene que pararse a tomar aliento,
y el amor mismo ha de descansar.

Aunque la noche fue hecha para amar,
y el día vuelve demasiado pronto,
nunca más pasearemos
a la luz de la luna..."

Aunque siga brillando la luna
Lord Byron

martes, 2 de octubre de 2012

Breve historia de un adios

...una lagrima, una banca, un parque, una calle, una noche, las farolas, la brisa, el silencio, el corazón, varios latidos, varias lagrimas, varias estrellas, una puerta, un adiós, otra lagrima, otra mas, otro corazón, otro silencio, una silla, una mano, un cabello, dos ojos, dos palabras, dos mejillas, sin perdón  sin palabras, sin ganas,  el dolor, la tristeza y el amor...




Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!

Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!

¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!

¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!

¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...
?de llagas infectas? ¡cúbrete de mal!...
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!

¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más! ...

¡Adiós!
Alfonsina Storni
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