viernes, 28 de marzo de 2014

Bisuterïa

...me busque en el espejo a la hora de no encontrarme, nada había quedado de mi después de esta vida, solo una pieza barata, bisutería sin valor, preferí adornar mi cuerpo y me olvide del espíritu, me tope en el camino con flores y oro, pero el oro en esos tiempos brillaba mas que las flores y ahora las flores brillaran lo que no brillo el oro, en esta caja vacía donde ahora que estoy seco ya no lloro, tuve todo lo que no valía, y ahora valgo lo que no tenia, en el frió inerte de esta adiós definitivo, ahora entiendo que la vida se resume en la muerte, presumí mis poderes, lo mundano y efímero, sin saber que al final estas solo, mas solo que el destino, me olvide de los sueños le hice caso a las modas, me vendí con quien pude, por menos de lo que no tengo ahora, nunca di un paso en falso, pero me olvide de ver, paisajes, ocasos, mañanas y lunas, estrellas fugaces, sonrisas sin cura, un amor verdadero que no juegue a la duda, algo no perecedero que me llevara a la tumba, pero ahora estoy solo entre estas cuatro paredes, que cubiertas con tierra me recuerdan la nieve, por el frió que siento a lo hora de irme y la humedad de esos ojos que no pudieron detenerme...


Hace algunos años solíamos soñar con un diáfano viento originado en Asia que barriera de nuestras ciudades esas Cosas que se han erigido en nuestros dioses -las chucherías, los jarrones, las tiras de papel impreso, los rieles de cortinas o los artículos fabricados en serie-, esa remilgada posesión de cachivaches, responsable de las diferencias entre ricos y pobres, que constituye la única recompensa otorgada por nuestra civiliación y la razón final por la que luchamos hasta consumir el cuerpo y la mente. Así pues, ese bípedo erecto y desnudo que en su origen era el hombre, ha pasado a convertirse en una especie de cangrejo ermitaño incapaz de sobrevivir sin su caparazón, consistente en una densa amalgama de esmóquines, limusinas, coladores, cupones canjeables, batidores de huevos y máquinas de coser; en suma, cuanto más densa es esa coraza, menos autosuficiente es el individuo y más probabilidades tiene, en cambio, de alzanzar la consideración de hombre rico y poderoso.

Orient express
John Dos Passos

viernes, 21 de marzo de 2014

A veces

Aveces a estas horas donde nada es nada me dan ganas de quitarme a este yo que me estorba para poder gritarte o decirte con alguna sublimación de palabras que te extraño...

martes, 11 de marzo de 2014

Espejismos

...estoy tan cansado de escudriñar entre el pasado y el olvido, ese no soy yo y ni siquiera me encuentro en el presente, lo que aparece en el espejo no concuerda conmigo, con la seriedad de esta alma encarnada en este cuerpo volátil, estoy harto de acudir a los recuerdos para saborear un poco de alegría, para degustar algún suspiro, para sentirme vivo en esos renglones ya muertos porque ya nadie los lee, y ni siquiera me siento aquí ahora mismo, me la he pasado regalando el corazón y creo que me quede con la peor parte, regale amor y desamor a cuanta se atravesó sin procurar siquiera el destino de mis caricias, sin poner por escrito y ante un representante de alguna ley, que este amor es perecedero, o era hablando en términos de aquel eco que una vez fui,  estoy tan a la deriva, como sin piel en un mar de mentiras saladas, hasta aquí he llegado con los espejismos, prometo ya no comprar ilusiones baratas, ni regalarme tan fácil a la peor postora, aunque ya no tenga corazón que ofrecer, mi alma respira en esta nueva mañana, porque el futuro esta hecho de sueños y a mi no me queda mas remedio que soñar...



Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedo sin utopías


cómo voy a creer

que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza



cómo voy a creer / dijo el fulano

que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea



cómo voy a creer

que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada



cómo voy a creer / dijo el fulano

que tu cuerpo / mengana
no es algo más que lo que palpo
o que tu amor



ese remoto amor que me destinas

no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos



cómo voy a creer / mengana austral

que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro



cómo voy a creer / dijo el fulano

que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos/ sos mi utopía.

Utopias 
Mario Benedetti



viernes, 7 de marzo de 2014

Semitono

...a media voz, con el corazón diluido, y mi silueta pensante, dibujado en el trino de un clochard delirante, a una hora confusa del día, en ausencia de luna,  con peligro de derrumbe, con el alma a media hasta y los ojos inundados de verdad, con la boca llena de silencios, en desprecio del tiempo, de la luz agobiante de aquellos semáforos que invocan sentimientos, recuerdos transeúntes, pensamientos disipados, glorias errantes y todas esas cosas que no encuentran mejor tiempo para llegar, pero llegan, y se quedan, y arañan el alma, y pellizcan el corazón y te hunden en lo mas profundo de ti mismo, donde quizás no quieres estar, por aquella advertencia de no platicar con desconocidos, mucho menos con muertos que siguen vivos, con pasados que no saben irse, con estrellas que ya no palpitan, con fantasmas de cara amable y todo eso que por algún motivo ya no es, y todo este alboroto, de mares, de ideas, de sueños, y centellas, es solo para que en mi mente se dibuje una frase, que no esta hecha de palabras, si no mas bien de paisajes, "Fui a un bosque a buscarte pero solo encontré arboles"...



Lunes 25 de febrero

Pero Blanca preguntó: "¿Así que se acordaba de mamá?". Me pareció que Jaime iba a decir algo, creo que movió los labios, pero decidió quedarse callado. "Feliz de él", agregó Blanca, "yo no me acuerdo". "Yo sí", dijo Esteban. ¿Cómo se acordará? ¿Como yo, con recuerdos de recuerdos, o directamente, como quien ve la propia cara en el espejo? ¿Será posible que él, que sólo tenía cuatro años, posea la imagen, y que a mí, en cambio, que tengo registradas tantas noches, tantas noches, tantas noches, no me quede nada? Hacíamos el amor a oscuras. Será por eso. Seguro que es por eso. Tengo una memoria táctil de esas noches, y ésa sí es directa. Pero ¿y el día? Durante el día no estábamos a oscuras. Llegaba a casa cansado, lleno de problemas, tal vez rabioso con la injusticia de esa semana, de ese mes.

A veces hacíamos cuentas. Nunca alcanzaba. Acaso mirábamos demasiado los números, las sumas, las restas, y no teníamos tiempo de mirarnos nosotros. Donde ella esté, si es que está, ¿qué recuerdo tendrá de mí?

En definitiva, ¿importa algo la memoria? "A veces me siento desdichada, nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos", murmuró Blanca, mientras repartía los duraznos en almíbar. Nos tocaron tres y medio a cada uno.

La tregua
Mario Benedetti
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