viernes, 24 de septiembre de 2010

Esta soledad

...esta soledad es tan real, tan definitiva, tan llena de todos y tan vacía, tan sin ti, tan sin mi, sin los dos andando a la deriva, esta soledad tan concurrida, tan venenosa, tan corrosiva, de un alma apagada, casi consumida, en cenizas, sin sonrisas, de tantas prisas, de no llegar a ningún lado, de un lugar tan desolado, árido de tus caricias, muerto de tus miradas, ausente de ti, ajeno a mi, esta soledad tan desdichada, sin norte, sin sur, desorientada, esta soledad de todo y nada, con frió sin abrigo, esta soledad no tiene sentido, si estoy a tu lado pero no contigo...


La soledad
es un pájaro grande multicolor
que ya no tiene alas para volar
y cada nuevo intento da más
dolor.


La soledad
anida en la garganta para esperar
el grito que se arranca con su
cantar cuando llega el silencio
del desamor.


La soledad
a veces tiene ganas de acompañar
el rostro que recuerda mal
aquel amor que nunca fue para
soñar.


La soledad
inventa la más bella aparición
remueve los rincones del corazón
para quedarse sola la soledad...
con su niñez
su mocedad
con su vejez
para llorar
para morir
en soledad...


La soledad
Pablo Milanés

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Primeros intantes de Otoño

...el verano acaricia con una brisa cálida los primeros instantes de Otoño, su melancolía evoca una triste despedida, las húmedas noches se desprenden de sus vientos, y en el cielo una luna sueña con una estrella, los arboles desempolvan sus trajes sepia, murmuran los silencios, auguran tardes áureas, campos que se cubrirán de hojas, cielos que se teñirán de fuego, y amores que dejaran de ser pasajeros, el año empieza a sentirse viejo, el olvido pierde sentido,  se sumergen las esperanzas, las tristezas hacen juego al suspiro, un alba nueva se acerca, quizás mañana sera otro día, para el que vive para el que crea, que como pasa el tiempo pasa la vida, como los primeros instantes de Otoño...


" A veces tu ausencia forma parte de mi mirada,
mis manos contienen la lejanía de las tuyas
y el otoño es la única postura que mi frente puede tomar para pensar en ti.
A veces te descubro en el rostro que no tuviste y en la aparición que no merecías,
a veces es una calle al anochecer donde no habremos ya de volver a citarnos,
mientras el tiempo transcurre entre un movimiento de mi corazón y un movimiento de la noche.


A veces tu ausencia aparece lentamente en mi sonrisa igual que una mancha de aceite en el agua,
y es la hora de encender ciertas luces
y caminar por la casa
evitando el estallido de ciertos rincones.


En tus ojos hay barcas amarradas, pero yo ya no habré de soltarlas,
en tu pecho hubo tardes que al final del verano
todavía miré encenderse.


Y éstas son aún mis reuniones contigo,
el deshielo que en la noche
deshace tu máscara y la pierde. "


El otoño recorre las islas
José Carlos Becerra

lunes, 20 de septiembre de 2010

Cuando crezca

...cuando por fin crezca y supere esta juventud, y los veinte solo sean los años del fulgor, los treinta el baúl de los azares,  los cuarenta el comienzo de la vida, y los cincuenta la canción casi definitiva, y que este con los que debieron estar, los que llegaron conmigo, cuando este lleno el vació, cuando la vida no me cause hastió, y los días hayan secado su estupor, cuando las glorias valgan mas, cuando los recuerdos tengan mas edad, cuando el deseo necesite bastón, y mis pensamientos tengan canas, cuando tenga que recoger la siembra, cuando el camino se quede atrás, y los sueños se hayan convertido en memorias, cuando haya escrito mis historias, y y mi futuro sea solo el presente, y mi destino el día en que ya no he de ser, entonces ese día, ese instante, ese pedazo de segundo acudiré a una sonrisa, y repasare por mi mente y por mis labios que la vida es bella, sumamente bella...


Admito que el hombre es un animal esencialmente constructor, obligado a dirigirse a sabiendas a un objetivo, sea el que fuere. Si es un ingeniero, ha de trazar sin descanso nuevas vías en no importa qué direcciones. Pero quizá precisamente por esta causa siente a veces el deseo de salirse por la tangente. Lo hace no sólo porque está condenado a trazar caminos, sino también porque, por muy necio que sea el hombre de acción, comprende a veces que los caminos conducen siempre a alguna parte, y que no es su dirección lo que importa, sino el hecho de que lo conduzcan a un lugar determinado. Así, al hombre juicioso no se le ocurrirá despreciar su profesión de ingeniero y no se entregará a la pereza, la cual es, como todo el mundo sabe, la madre de todos los vicios. Es indiscutible que al hombre le encanta trazar y construir caminos; pero también adora la destrucción y el caos. ¿Por qué?, díganme... Pero antes quiero decir algo más sobre este asunto.

Tal vez le gusten la destrucción y el caos (a veces le gustan; esto es indiscutible), porque tiene un temor instintivo a alcanzar la meta y terminar el edificio que construye. ¡Vaya usted a saber! Acaso este edificio sólo le gusta de lejos. Puede ser que le guste construirlo, pero no vivir en él, y esté dispuesto a abandonarlo aux animaux domestiques: a las hormigas, a los carneros, etc. Las hormigas tienen otros gustos; poseen un edificio verdaderamente extraordinario en su género: el hormiguero.

Las dignas hormigas empezaron construyendo hormigueros, y es probable que sigan construyéndolos eternamente, lo que hace honor a su constancia y a su sentido práctico. Pero el hombre es un ser versátil, y es posible que, como al jugador de ajedrez, le guste sólo la acción, sin importarle el objetivo que se puede alcanzar. Y, ¿quién sabe?, acaso el único objetivo que persigue la humanidad consista en ese esfuerzo, en esa acción; dicho de otro modo, tal vez la vida no tenga meta exterior, meta que, evidentemente, no puede ser más que ese «dos y dos son cuatro», es decir, una fórmula. Ahora bien, «dos y dos son cuatro» es un principio de muerte y no un principio de vida. En todo caso, el hombre teme siempre a ese «dos y dos son cuatro», y yo también le temo.

Cierto que el hombre sólo se ocupa en la busca de ese «dos y dos son cuatro», cruza océanos, arriesga su vida en este empeño..., pero les aseguro que teme encontrarlo, pues cuando dé con él, ya no tendrá nada que hacer. Terminado su trabajo y recibida la paga, los obreros se van a la taberna, y luego completan la noche de esparcimiento de modo que tienen para toda la semana. Pero nuestro hombre es muy diferente. Se observa en él cierta desazón cada vez que alcanza uno de sus objetivos. Desea aproximarse a la meta, pero cuando llega, no se siente satisfecho. Esto es verdaderamente gracioso. Y es que el modo de ser del hombre es algo tan cómico como un buen chiste. En fin, sea como fuere, eso de «dos y dos son cuatro» es algo sumamente desagradable. Yo lo calificaría de procaz. «Dos y dos son cuatro» nos desafía con insolencia. Con los brazos en jarras se planta en medio de nuestro camino y nos escupe al rostro. Admito que eso de «dos y dos son cuatro» es una cosa excelente; pero puesto a alabar, les diré que «dos y dos son cinco» es también, a veces, algo encantador.
Memorias del subsuelo
Fiodor Dostoevski

domingo, 12 de septiembre de 2010

Casualmente

...al final de cuentas la vida es una sucesión de acontecimientos fortuitos, un mapa de caminos que se interceptan en puntos inesperados, un jardín de azares donde ningún suceso tiene sentido, mucho menos motivo, un andar sin poder detenerse hasta que por fin llega el momento definitivo, los científicos dirían que somos partículas en movimiento, las religiones por siempre nos tacharan de seres inferiores, la razón siempre estará en nuestra contra, pero el tiempo ese si no nos perdona, para el tiempo somos piezas indispensables ya que solo nosotros los humanos hemos podido contenerlo en aparatos tan poco sofisticados como los relojes, gracias a esto somos capaces de dar nombre a las casualidades, con los cuales hemos ido trazando el dibujo de nuestra propia existencia...



"Y era como los dos hubiéramos estado viviendo en pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejantes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí como en clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadizos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había llegado. ¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían unido? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiese verla a María como una figura silenciosa e intocable...No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intrigado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándome muda y ansiosa [...]; pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo lejos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo que había imaginado."


El túnel
Ernesto Sábato.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Como ahora y como antes

...y fue así que pasaste por un tiempo, arrasando con todo a tu paso, llevando contigo el ocaso, y dejando conmigo el desaliento,

te escondiste detrás de las sombras, en los lugares mas oscuros, yo recogía las sobras, y tu olvidos prematuros.

hoy venero primaveras, al comienzo del otoño, en las noches pasajeras, que te alias con el insomnio,

tu susurro se convirtió en fracaso, en un adiós mal pronunciado, tu crees que ha terminado, y el amor tira un zarpazo,

me fue imposible dejarte ahí tirada, en el suelo de un pasado espinoso, tu conservabas tu mirada, y yo un futuro sinuoso,

pero el ayer ya se ha perdido, y el ahora es muy tajante, tu eres un suspiro, y yo un soñador errante,

y el camino ahí sigue, aun sin sus caminantes, el sin ti aun prosigue, como ahora y como antes..



" Y no he vuelto a ver a Nástenka. ¿Entristecer con mi presencia su felicidad, ser un reproche, marchitar las flores que se puso en los cabellos para ir al altar? ¡Jamás, jamás! ¡Que su cielo sea sereno, que su sonrisa sea clara! Yo te bendigo por el instante de alegría que diste al transeúnte melancólico, extraño, solitario... ¡Dios mío! ¿Un instante de felicidad no es suficiente para toda una vida? "


Noches blancas (fragmento)
Fedor Dostoievski

lunes, 6 de septiembre de 2010

Las biografias se escriben en las personas

...las biografías se escriben en las personas, los bellos momentos se guardan en las almas, uno ve quien es a través de estos espejos, que en el futuro prematuro aun te acompañan, y el pasado apunta hacia las miradas que descubren quien eras cuando imaginabas, que la vida seria tan eterna como espontánea, y así las primeras letras de las palabras, que encontraron morada en otra alma, siguen viviendo en los recuerdos, que se impregnaron en una porción de tiempo, y se aferraron a perpetuarlas, como un beso que fue exiliado de las silueta de unos labios, y que ha encontrado refugio en la memoria, de esas partículas de nostalgia, que buscan reconstruir la historia, de un pasado que se desmorona, para convertirse en polvo de sueños, que aveces penden construir verdad, uno puede ver tanto de si en otra persona, que hasta parece que has encontrado, a ese "yo" del pasado que un día perdiste, o que te fue arrebatado de las manos, o que con pretextos lo has dejado, esperando perder la llave del reencuentro, pero los caprichos del azar suelen ser tan osados, como para desbordar un alma en pleno letargo, y desaparecer el tiempo cotidiano, al que llamamos  presente y no pasado, algo de nosotros vamos dejando en los otros, que nos vamos quedando incompletos, porque aunque seguimos caminando, nos encontramos repletos, quizás del escombro de otras almas...




Con más nostalgia que embeleso
recuerda una por una a sus menganas
.
.
de la primera aprendió el cielo
de la segunda asimiló la tierra
de la tercerca la sonrisa virgen
la piel convicta de la cuarta
el palmo a palmo de la quinta
el beso frágil de la sexta
de la séptima el otro el insondable
de la octava el vaivén heterodoxo
de la novena el hagan juego
de la décima el no va más
.
.
en realidad
ya hace algún tiempo que el fulano
sentó cabeza con la undécima
mengana que dormita a su costado.

Repaso historico
Mario Benedetti

sábado, 4 de septiembre de 2010

Cuando te enamoras

...cuando te enamoras sabes que el amor no existe pero añoras, que por un momento cambie la razón que tanto insiste, en pensar que los destinos cambian en unas horas, o segundos cuando la casualidad agobia, en el momento exacto en el que nace una nueva historia, solo bastan dos caminos, para que estos pueden cruzarse, y no siempre dos personas para que estas puedan enamorarse, con un silencio que deja de existir, en el momento oportuno de la palabras que saben decir, que el amor debería ser mas importante que vivir...

"Dios mío, qué grande se hace de pronto una específica persona en el momento de amarla; en cierta forma, aunque acabemos de conocerla, es un averiguar que la hemos amado siempre y sólo ahora nos damos cuenta. En alguna medida puedo decir que en verdad dialogo contigo, Dios, porque te hablo y tu respuesta es justamente la ausencia de respuestas. No es un monólogo porque no me hablo a mí cuando te hablo, ni exclamo "¡Yo mío!" al invocarte. Exactamente lo mismo pasa con el ser que nos deslumbra. No se sabe en dónde surge lo maravilloso; lo más fácil es decir que uno mismo lo inventa, pero una oscura certeza nos dice que no proviene del todo de nosotros: tal vez sea a mitad de camino entre deslumbrado y deslumbrante."

"Contra el amor"
Germán Dehesa
Related Posts with Thumbnails