miércoles, 3 de diciembre de 2014

Un regreso mas...

...por un instante casi segundo, casi certero, me dije adiós sin despedirme, me fui de mi sin ausentarme, no es que quisiera, no es que pudiera, me diluí en lo absoluto del tiempo, me perdí en el vaivén de verdades agobiantes, de caminos con sendero, de destinos con final, me escondí en el impoluto son de los placeres, lluvia de varios desdenes, mentiras con ganas de llorar, me apague por un momento tierno y siniestro, manco y ambidextro, lúgubre barril de latidos y corazonadas, y hoy aparezco de la nada, exhibiendo cicatrices, soledades y caricias ya cansadas de las manchas de tristeza, que hoy gobiernan mi cabeza, hoy que escapo del exilio, del jadeo susurrante, del oprobio del ahora, hoy que ya casi es la hora de decir que estoy de vuelta, con un poco mas de guerra, con un poco mas de paz, y con letras quiero llorar las sonrisas que hasta aquí me traen... 





¡Qué camino más condenado! Y, por si fuera poco, va a llover. Como si lo estuviera viendo: va a caer la lluvia detrás de ellos como una tapia; va a caer entre ellos y lo que tengo prometido. El caso es que yo hago lo que puedo, hasta donde da de sí mi cabeza; pero esos condenados muchachos...
Y ahí está el camino frente a mi puerta. Para que todo lo malo que hay por el mundo llegue hasta aquí. Ya se lo dije a Addie, que no era nada bueno vivir junto a un camino, tenerlo tan cerca; pero ella, como mujer que es, dijo: «Pues anda, vámonos de aquí.» Pero lo que yo decía es que no era cosa buena, pues Dios ha hecho los caminos para viajar; pues ¿por qué, si no, los iba a poner tendidos sobre la tierra...? Pues cuando Él quiere que una cosa se mueva, bien que la hace alargada, sean caminos o caballos o carros; pero cuando Él quiere que una cosa se esté quieta, la hace para arriba, como los árboles y los hombres. De forma y manera que nunca le ha gustado a Él que las personas vivan junto a los caminos; pues, vamos a ver, ¿qué es lo primero, pregunto yo, el camino o la casa? ¿Se sabe que Dios haya puesto nunca un camino junto a una casa, eh?, pregunto. En el jamás, eso es lo que yo digo. Pues, entonces, no sé a qué viene que la gente no descanse hasta que no ha puesto su casa donde todo el mundo que por allí pase pueda escupir desde el carro en tu propia puerta; y así la gente no descansa, y, como no descansa, busca marcharse a otra parte, sin pensar que Dios los ha hecho para estarse en su sitio, como se están los árboles o los montones de trigo. Pero es que si Dios hubiese querido que los hombres estuvieran siempre de un lado para otro, ¿es que no los habría hecho tripa abajo, como las culebras? Pues claro que así los habría hecho, si lo hubiera querido

Mietras agonizo
William Faulkner

martes, 26 de agosto de 2014

La fiesta de disfraces de un Cronopio

...un cronopio se disfraza de fama para una fiesta, se coloca unas ambiciones que recién adquirió en un bazar de gente elegante, donde venden sueños con forma de diamante y pesadillas que brillan como el oro,  calza unos zapatos que no tocan el suelo, y porta un sobrero que cree ser el mas alto de todos, luce un traje de cachemir de cabras que no saben de montañas, ni de pastores, elegante y ambicioso se coloca una de esas sonrisas de aparador y en un movimiento sereno y enérgico practica su movimiento de manos apuntando a todos con su dedo indice, camino al evento se topa con unos de esos recuerdos haraposos y con cara de hambre que andan sueltos por las calles, le observa atentamente, mientras husmea en un bote de basura, el cronopio vestido de fama, le pide a su chófer Rocamadour que se detenga,  abre la puerta del cochecito para acercarse a el recuerdo pero sus zapatos flotan tanto que no puede acercarse, se los quita en cuanto antes para regresar al suelo, intenta acercarse a el recuerdo pero el traje de cachemir de cabra fina es tan elegante que no lo deja moverse, como puede se desarropa y ya cerca de él trata de abrir los brazos pero las ambiciones que le cuelgan de sus muñecas se lo impiden, rápidamente también se deshace de ellas y le abraza, y siente lo esponjosa que es el hambre y lo tierna que es la soledad, y ambos asisten a la fiesta disfrazados de amigos...



Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempres de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Conservación de los recuerdos

viernes, 18 de julio de 2014

Amnesia

...me pasa que el silencio se ha hecho memoria, que los días ya son ayeres, que el atardecer es mi mañana, me pasa que a veces no se donde estoy aunque todo me parezca tan cotidiano, tan imprescindible, se que me encuentro diluido en recuerdos tenues, pasajeros, difusos de este tiempo que ya no encaja en mi reloj, la neblina se vuelve cada vez mas espesa, distante del candor de aquellos días triviales, los colores cambian de lugar y los rostros aparecen y desaparecen de mi mente, estoy disperso, confundido, un día todo es diferente, no reconozco nada ni a nadie, incluso a mi mismo, camino por el valle del insomnio, pensando en aquellos que pasan y me sonríen, de aquellos que me llaman por nombres distintos, que nunca recuerdo, ¿Que soy? ¿Que fui? sobre la banqueta veo pasar la vida de los otros pero aun sigo aquí esperando ver pasar la mía...



Cada vez que nos dan clases de
amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de
amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros

en mi región hay calvarios de
ausencia
muñones de porvenir / arrabales
de duelo
pero también candores de
mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde
sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo
de otoño
sentimientos insoportablemente
actuales
que se niegan a morir allá en lo
oscuro

el olvido está lleno de memoria
que a veces no caben las
remembranzas
y hay que tirar rencores por la
borda
en el fondo el olvido es un gran
simulacro
nadie sabe ni puede / aunque
quiera / olvidar
un gran simulacro repleto de
fantasmas
esos romeros que peregrinan por
el olvido
como si fuese el camino de
santiago

el día o la noche en que el olvido
estalle
salte en pedazos o crepite /
los recuerdos atroces y de
maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por
el mundo
y esa verdad será que no hay
olvido

Ese gran simulacro
Mario Benedetti

miércoles, 25 de junio de 2014

Fuimos

...difuminado el silencio, agotadas las horas, ya cumplido el preludio y en este cese al fuego, donde las palabras no arden, ni tu ausencia envenena, ya sin miedo a voltear al pasado, sin temor de encontrarte en el espejo, en mis cicatrices, en la memoria, en las letras de esta historia que termino hace algunos puntos quizás suspensivos, quizás finales, ahora que la luz alumbra y que los colores han vuelto, que el tiempo ha regresado a los relojes y las dulzuras a las colmenas, ahora que mis palabras han retoñado en pleno invierno, quiero escribir en las lineas de este culmen, un testimonio, limpio, diáfano y contundente, de lo que fuiste, hablando en términos de mi existencia, fuiste no solo la belleza si no mas bien reedificaste esos monumentos tan mal acomodados en mi conciencia, la belleza no como palabra, ni como sustantivo, se transfiguraba en días comunes y se engalanaba en sueños, fuiste palabra de dos vías, tus oídos y tus labios sabían bien acomodarse, a la hora de esos discursos laborales, y de esas penas cotidianas, húmedas y frías, palabra dulce y tierna, lacerante e irremediable, fuiste suspiros que tal vez se pudieron haber confundido con tu belleza, pero que van mas allá de eso, suspiros de presencia y ausencia, de materia, espacio y tiempo o mejor dicho de no tocarte, de no verte, y de no tenerte, fuiste pasión, pero no de esas que se malbaratan debajo de las sabanas o que se mantienen expectantes, detrás de un pantalón o una falda, mas bien me refiero a ese sentimiento casi etéreo y divino, que fulminaba en un instante mis ganas de tocarte hasta el alma, de vaciarme en tu mirada,  de perderme en cada uno de tus pliegues, de introducirme en cada uno de tus poros, pero también fuiste morada, lecho fragante, cálido y sensible que apaciguaba mis menesteres, que purificaba mis aguas y alejaba mis demonios, ese lugar a donde llegar, con el que todos los viajeros sueñan, pero sobre todo fuiste amor, con el temor de menospreciar esta palabra tan sobre valorada, pero que no ha encontrado mejores silabas para alojarse, fuiste amor, convexo, radiante, fugaz y eterno, amor cargado de amor, tierno, contundente, bello, sincero, pero también soberbio, doloroso y egoísta, amor que se le acabo el amor, amor que no fue amor, y ese amor que fuiste, que fuimos y que no fue, y que ahora somos, aprendimos a andar como dos pequeños seres mutilados, que preferimos andar presumiendo por la vida ese trozo de amor que nos hace falta...



Porque entre el lunes y el martes,
me sobra tiempo para necesitarte
Porque me miento si digo,
que tu mirada no fue mi mejor testigo
Porque aunque ya no me duelas,
a veces busco tu nombre en mi chistera
Porque aún no vino el olvido,
para llevarse el último de tus abrigos

Por los besos que aún nos quedan en la boca
por los miles de homenajes que nos dimos
por nadar y no guardar nunca la ropa
por los dedos juguetones del destino
porque fuimos lo que fuimos, porque fuimos lo que fuimos...

Porque puesto a confesarte,
aún le tengo miedo a tenerte delante
Porque en cuanto me descuido,
me atropella algún recuerdo en el pasillo
Porque no puedo negarte,
que te quise sin querer y más que a nadie
Porque mi doctor previno,
que para este corazón estás prohibido


Fuimos lo que fuimos
Jorge Drexler

lunes, 2 de junio de 2014

Aparición

...y se me atravesó de repente sin ningún reparo, sin oprobio alguno, con sus dientes de descaro y sus garras de recuerdos, se me apareció silente con su canasta de escándalos, de tristezas y adioses, ahí estaba frente a mi con su mirada vigilante, con su ternura mentirosa, llena de fuegos, de lunas y lagrimas, y así también se fue de repente, con su estela melancólica y su aura de nostalgia,  y aquí estoy yo ante esta hecatombe de sueños desdibujados, después de esta tormenta de pasado, de esta lluvia de memorias, sentado junto a mi, en la ocasión de un pensamiento, que no es tan vago, que no es tan certero,aun te quiero...



¿De qué se nutre la nostalgia?
Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel.

Nostalgia
Mario Benedetti.

miércoles, 23 de abril de 2014

El día que ya no este

...despertó aquella mañana de lunes, un invierno retrasado acariciaba aun aquel Abril que poco sol había parpadeado y una brisa helada se colo por la ventana hasta llegar hasta su piel desnuda, él ya no estaba, su existencia había zozobrado hace algunos días y en sus ojos ya no cabía humedad alguna ni en su corazón hinchado de tristezas mas melancolía, abrió los ojos con esas ganas que ya no recordaba y descubrió que el tiempo seguía su marcha, tanto que no parecía notar su ausencia, pero no había mas verdad que esa, ni en la realidad ni en sus sueños en donde también lo perdía, pero su amor aun la cubría, la acariciaba con el frió tacto de los recuerdos de alguien que ya no esta, de alguien que se ha ido para siempre, encendió una vela que proveía una luz marchita que entonaba de amarillos sombríos aquella habitación, la mañana era joven pero el cielo agonizaba en gris, sin azul, sin sol sin blancas nubes, entonces tomo el sobre que había dejado la ultima noche que pudo verle, abrió el sobre para poder leer las ultimas palabras de aquel amor extinto atrapadas entre tinta y papel, el titulo de aquella carta decía "Instrucciones para volver a estar juntos"

"Abre bien los ojos, 
enciende el silencio, 
respira suavemente, 
se feliz, 
que cada que tu sonrías,
yo estaré ahí"



Domingo 23 de junio
«La teoría de ella, la gran teoría de su vida, la que la mantiene en vigor es que la felicidad, la verdadera felicidad, es un estado mucho menos angélico y hasta bastante menos agradable de lo que uno tiende siempre a soñar. Ella dice que la gente acaba por lo general sintiéndose desgraciada, nada más que por haber creído que la felicidad era una permanente sensación de indefinible bienestar, de gozoso éxtasis, de festival perpetuo. No, dice ella, la felicidad es bastante menos (o quizá bastante más, pero de todos modos otra cosa) y es seguro que muchos de esos presuntos desgraciados son en realidad felices, pero no se dan cuenta, no lo admiten, porque ellos creen que están muy lejos del máximo bienestar. Es algo semejante a lo que pasa con los desilusionados de la Gruta Azul. La que ellos imaginaron es una gruta de hadas, no sabían bien cómo era, pero sí que era una gruta de hadas, en cambio llegan allí y se encuentran con que todo el milagro consiste en que uno mete las manos en el agua y se las ve levemente azules y luminosas.» Evidentemente, le agrada relatar las reflexiones de su madre. Creo que las dice como una convicción inalcanzable para ella, pero también como una convicción que ella quisiera fervientemente poseer. «Y vos, ¿cómo te sentís?», pregunté, «¿como si te vieras las manos levemente azules y luminosas?» La interrupción la trajo a la tierra, al momento especial que era este hoy. Dijo: «Todavía no las introduje en el agua», pero en seguida se sonrojó.

La tregua 
Mario Benedetti

viernes, 28 de marzo de 2014

Bisuterïa

...me busque en el espejo a la hora de no encontrarme, nada había quedado de mi después de esta vida, solo una pieza barata, bisutería sin valor, preferí adornar mi cuerpo y me olvide del espíritu, me tope en el camino con flores y oro, pero el oro en esos tiempos brillaba mas que las flores y ahora las flores brillaran lo que no brillo el oro, en esta caja vacía donde ahora que estoy seco ya no lloro, tuve todo lo que no valía, y ahora valgo lo que no tenia, en el frió inerte de esta adiós definitivo, ahora entiendo que la vida se resume en la muerte, presumí mis poderes, lo mundano y efímero, sin saber que al final estas solo, mas solo que el destino, me olvide de los sueños le hice caso a las modas, me vendí con quien pude, por menos de lo que no tengo ahora, nunca di un paso en falso, pero me olvide de ver, paisajes, ocasos, mañanas y lunas, estrellas fugaces, sonrisas sin cura, un amor verdadero que no juegue a la duda, algo no perecedero que me llevara a la tumba, pero ahora estoy solo entre estas cuatro paredes, que cubiertas con tierra me recuerdan la nieve, por el frió que siento a lo hora de irme y la humedad de esos ojos que no pudieron detenerme...


Hace algunos años solíamos soñar con un diáfano viento originado en Asia que barriera de nuestras ciudades esas Cosas que se han erigido en nuestros dioses -las chucherías, los jarrones, las tiras de papel impreso, los rieles de cortinas o los artículos fabricados en serie-, esa remilgada posesión de cachivaches, responsable de las diferencias entre ricos y pobres, que constituye la única recompensa otorgada por nuestra civiliación y la razón final por la que luchamos hasta consumir el cuerpo y la mente. Así pues, ese bípedo erecto y desnudo que en su origen era el hombre, ha pasado a convertirse en una especie de cangrejo ermitaño incapaz de sobrevivir sin su caparazón, consistente en una densa amalgama de esmóquines, limusinas, coladores, cupones canjeables, batidores de huevos y máquinas de coser; en suma, cuanto más densa es esa coraza, menos autosuficiente es el individuo y más probabilidades tiene, en cambio, de alzanzar la consideración de hombre rico y poderoso.

Orient express
John Dos Passos

viernes, 21 de marzo de 2014

A veces

Aveces a estas horas donde nada es nada me dan ganas de quitarme a este yo que me estorba para poder gritarte o decirte con alguna sublimación de palabras que te extraño...

martes, 11 de marzo de 2014

Espejismos

...estoy tan cansado de escudriñar entre el pasado y el olvido, ese no soy yo y ni siquiera me encuentro en el presente, lo que aparece en el espejo no concuerda conmigo, con la seriedad de esta alma encarnada en este cuerpo volátil, estoy harto de acudir a los recuerdos para saborear un poco de alegría, para degustar algún suspiro, para sentirme vivo en esos renglones ya muertos porque ya nadie los lee, y ni siquiera me siento aquí ahora mismo, me la he pasado regalando el corazón y creo que me quede con la peor parte, regale amor y desamor a cuanta se atravesó sin procurar siquiera el destino de mis caricias, sin poner por escrito y ante un representante de alguna ley, que este amor es perecedero, o era hablando en términos de aquel eco que una vez fui,  estoy tan a la deriva, como sin piel en un mar de mentiras saladas, hasta aquí he llegado con los espejismos, prometo ya no comprar ilusiones baratas, ni regalarme tan fácil a la peor postora, aunque ya no tenga corazón que ofrecer, mi alma respira en esta nueva mañana, porque el futuro esta hecho de sueños y a mi no me queda mas remedio que soñar...



Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedo sin utopías


cómo voy a creer

que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza



cómo voy a creer / dijo el fulano

que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea



cómo voy a creer

que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada



cómo voy a creer / dijo el fulano

que tu cuerpo / mengana
no es algo más que lo que palpo
o que tu amor



ese remoto amor que me destinas

no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos



cómo voy a creer / mengana austral

que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro



cómo voy a creer / dijo el fulano

que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos/ sos mi utopía.

Utopias 
Mario Benedetti



viernes, 7 de marzo de 2014

Semitono

...a media voz, con el corazón diluido, y mi silueta pensante, dibujado en el trino de un clochard delirante, a una hora confusa del día, en ausencia de luna,  con peligro de derrumbe, con el alma a media hasta y los ojos inundados de verdad, con la boca llena de silencios, en desprecio del tiempo, de la luz agobiante de aquellos semáforos que invocan sentimientos, recuerdos transeúntes, pensamientos disipados, glorias errantes y todas esas cosas que no encuentran mejor tiempo para llegar, pero llegan, y se quedan, y arañan el alma, y pellizcan el corazón y te hunden en lo mas profundo de ti mismo, donde quizás no quieres estar, por aquella advertencia de no platicar con desconocidos, mucho menos con muertos que siguen vivos, con pasados que no saben irse, con estrellas que ya no palpitan, con fantasmas de cara amable y todo eso que por algún motivo ya no es, y todo este alboroto, de mares, de ideas, de sueños, y centellas, es solo para que en mi mente se dibuje una frase, que no esta hecha de palabras, si no mas bien de paisajes, "Fui a un bosque a buscarte pero solo encontré arboles"...



Lunes 25 de febrero

Pero Blanca preguntó: "¿Así que se acordaba de mamá?". Me pareció que Jaime iba a decir algo, creo que movió los labios, pero decidió quedarse callado. "Feliz de él", agregó Blanca, "yo no me acuerdo". "Yo sí", dijo Esteban. ¿Cómo se acordará? ¿Como yo, con recuerdos de recuerdos, o directamente, como quien ve la propia cara en el espejo? ¿Será posible que él, que sólo tenía cuatro años, posea la imagen, y que a mí, en cambio, que tengo registradas tantas noches, tantas noches, tantas noches, no me quede nada? Hacíamos el amor a oscuras. Será por eso. Seguro que es por eso. Tengo una memoria táctil de esas noches, y ésa sí es directa. Pero ¿y el día? Durante el día no estábamos a oscuras. Llegaba a casa cansado, lleno de problemas, tal vez rabioso con la injusticia de esa semana, de ese mes.

A veces hacíamos cuentas. Nunca alcanzaba. Acaso mirábamos demasiado los números, las sumas, las restas, y no teníamos tiempo de mirarnos nosotros. Donde ella esté, si es que está, ¿qué recuerdo tendrá de mí?

En definitiva, ¿importa algo la memoria? "A veces me siento desdichada, nada más que de no saber qué es lo que estoy echando de menos", murmuró Blanca, mientras repartía los duraznos en almíbar. Nos tocaron tres y medio a cada uno.

La tregua
Mario Benedetti

jueves, 27 de febrero de 2014

Noches de sueño

...un anciano observa el cielo mientras la luna mengua, en una noche donde las luciérnagas quieren ser estrellas, las sombras estelas, y los párpados eternos, es la noche del insomnio, donde todos pueden soñar a ojos abiertos, donde ilusión es otro estado de la materia, en donde cada anhelo encuentra su cielo, donde hay un muelle para cada deseo y un faro para toda fe, la luna se transfigura en sol, la noche poco a poco se cubre de día, la neblina se ha marchado con la brisa, y aquel anciano ahora es un viejo roble...



Yo soñé con aviones
que nublaban el día,
justo cuando la gente
más cantaba y reía,
más cantaba y reía.

Yo soñé con aviones
que entre sí se mataban
destruyendo la gracia
de la clara mañana
de la clara mañana.

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Anoche tuve un sueño
y anoche era verano
oh verano terrible
para un sueño malvado,
para un sueño malvado.

Anoche tuve un sueño
que nadie merecía
¿Cuánto de pesadilla
quedará todavía,
quedará todavía?

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Yo soñé un agujero
bajo tierra y con gente
que se estremecía
al compás de la muerte,
al compás de la muerte.

Yo soñé un agujero
bajo tierra y oscuro
y espero que mi sueño
no sea mi futuro,
no sea mi futuro.

Si pienso que fui hecho
para soñar el sol
y para decir cosas
que despierten amor.
¿Cómo es posible entonces
que duerma entre saltos
de angustia y horror?

En mi sábana blanca
vertieron hollín,
han echado basura
en mi verde jardín
si capturo al culpable
de tanto desastre
lo va a lamentar.

Sueño de una noche de verano
Silvio Rodriguez

lunes, 17 de febrero de 2014

En las nubes

…se escapo de un sueño a plena luz del día, sin saber a donde ir corrió entre coches, computadoras, edificios, caras fijas, menesteres de lo cotidiano, sin saber a donde ir, entre paraguas y taxis, entre calles y semáforos, entre lluvia y nubes, entre cielo y corazón, escapando de eso de todos los días, de lo que siempre es lo mismo, de lo que nunca cambia, del murmullo sin fin, de los sueños ajenos, de la falta de tiempo para vivir, del pragma aparente, del sentimiento barato, del monótono deseo de no existir, se escapo de si mismo, de aquel que no quería ser, se escapo a plena luz del día, pocos los vieron correr, nadie tuvo tiempo para preguntar que le pasaba a aquel loco, las alas en esos tiempos ya no estaban de moda, las raíces eran lo de hoy, y él ya las había perdió, después de todo, se necesita altura para volar, y en sus sueños siempre andaba en las nubes...


“Era como si mientras el engaño sucedía en silencio y monótonamente, todos nosotros hubiéramos aceptado ser engañados, favoreciéndolo con nuestra inconsciencia o puede que cobardía, pues toda la gente es cobarde y prefiere de un modo natural cometer una traición, ya que ésta tiene un aspecto cómodo.”


“Recordaba que mi padre solía decir que la razón para vivir era prepararse para estar muerto durante mucho tiempo. Y cuanto tenía que verlos día tras día, cada cual con sus pensamientos egoístas y secretos, cada cual con su sangre distinta a la de los demás y a la mía, y pensaba que al parecer era mi único modo de prepararme para estar muerta, odiaba a mi padre por haberme engendrado. Solía estar deseando que cometieran alguna falta, para así poder zurrarles. Cuando la vara caía, podía sentirla en mi propia carne; cuando les levantaba cardenales y verdugones, era mi sangre la que corría, y a cada golpe de vara pensaba: ¡Ahora vais a saber quién soy! Ahora soy alguien en vuestras vidas secretas y egoístas, soy quien ha marcado para siempre vuestra sangre con la mía."



“Mientras agonizo”

William Faulkner

miércoles, 5 de febrero de 2014

Amnesia matutina

...apareció de repente en su memoria a la edad de 31 años, naciendo con conciencia pero desconociendo que había existido, su vida aparente le remontaba al no mas lejano momento de aquel instante, en donde de ojos abiertos y sabiendo de todo menos de el mismo, mientras la oscuridad dejaba de ser en su espíritu, el roció de una brisa matutina le conectaba con su ser, ¿Donde había estado? no había en el ningún recuerdo, ni siquiera un esbozo de si mismo, un réquiem a destiempo, un amanecer con luna, y un frió tenue que rosaba sus mejillas, la gente lo veía como a cualquier otro, sin nada nuevo, sin nada extraordinario, pero el no se reconocía y ya nada sabia de si.

Una noche anterior, a la luz de una vela y algo de viento que se colaba por la ventana, un silencio y una soledad o dos formas distintas de decir lo mismo, algunas lagrimas sin fuerza de derrame, una tristeza material, que se escapaba de las leyes de la física, que podía tocarse, que olía algo así como a alquitrán, un reparo de sollozos, un llanto alegórico, un preludio amenazante y una decisión, la de irse de si mismo la de dejarla ir, la de extirparla de si,  de su memoria, de su historia misma, costara lo que costara, bajo los riesgos, síntomas y efectos secundarios que le pudieran venir, le era necesario, porque la tristeza ya no le cabía, porque las noches, el tiempo, las lunas, el espacio, los rincones, las banquetas, las primaveras, las estaciones, los puertos, y un sin fin de cosas habían perdido su lugar o quizás mejor dicho su razón de ser, entonces se apretó el corazón, la dibujo con su memoria por ultima vez, silueta por silueta hasta crearla tan perfecta incluso mas de lo que solía ser, cerro los ojos y se la arranco...

y apareció de repente en su memoria a la edad de 31 años...



No tomes muy en serio
lo que te dice la memoria.

A lo mejor no hubo esa tarde.
Quizá todo fue autoengaño.
La gran pasión
sólo existió en tu deseo.

Quién te dice que no te está contando ficciones
para alargar la prórroga del fin
y sugerir que todo esto
tuvo al menos algún sentido.

Memorias
José Emilio Pacheco

domingo, 26 de enero de 2014

Así entendi

... y así comprendí que el tiempo erosiona la memoria, que poco a poco la marea baja y los sueños aterrizan, que el silencio se convierte en distancia, que las noches extinguen las palabras, que los sentimientos también se apagan, que el olvido es una gran ola que arrasa con todo, cuando la decisión hace juego con la razón y el estupor con el desasosiego, así entendí que las manos también entienden, que los ojos por lo menos lo intentan y que a luz le gusta renacer, así me di cuenta de que el corazón no es mas que una tripa, que el amor no se hunde en cualquier mar, que el dolor no rima con felicidad y que alegría no se asocia con adiós, que esperar no es un verbo en presente, que el futuro no siempre es camino, pero sobre todo que el pasado pronto pasara, que las siluetas se difuminan en la mente, que se convierten en sombras, en fragmentos de tiempo atrapados en la memoria, recuerdos moribundos de noches en brama, que al cerrar los ojos se escurren por la cama, y por el alma, y por la voz que ya no te llama, porque empieza a olvidar tu nombre...



Y comprendió que hay personas que brillan sin ser estrella, y que hay silencios que separan, sin ser kilómetros. Que la vida es un poquito así, sin sentido, pero que nos desesperamos por darle uno. Un sentido, con nombre y apellidos, a ser posible. Un sentido que nos abrace por las noches y que no se vaya al vernos las cicatrices: que las comparta con nosotros.

Comprendió que enamorarse era una necesidad tan importante como respirar, y que, al igual que moría si no respiraba, también lo hacia, aunque de distinta forma, si no amaba. Pensaba eso del amor. Y también pensaba que las personas se habían acostumbrado a maquillarse los sentimientos, porque tenían miedo de que alguien llegase y les hiciese daño. Y es que no hay nada peor que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños, las esperanzas. Que te quite las ganas. Así que nos vestimos con un poquito de orgullo, y lo miramos todo desde la distancia, tanteando el precipicio antes de saltar, porque si vamos a morir, queremos morir por alguien que sepa llorarnos.

Y sobre el desamor (o cuando sientes cosas bonitas por alguien que ya está sintiendo cosas bonitas por otro) pensaba que, a veces, es inevitable. Y que, ojalá, pudiésemos elegir de quién enamorarnos, y hacerlo de aquella persona que supiese querernos. Pero las cosas, por desgracia, no son así. Y muchas veces (más de las que me gustaría) terminamos padeciendo insomnio por alguien que, además, e irónicamente, nos hace soñar.

Y luego terminó hablando sobre la capacidad de olvidarnos de las personas, y sobre la naturaleza de los recuerdos, diciendo que la mejor forma de olvidar a alguien que nos duele recordar es llegando a la conclusión de que no merecemos eso, de que merecemos algo más. De que merecemos sangrar por alguien que, luego, venga a curarnos. De que la vida no es tan larga, ni dura tanto, como para estar perdiendo el tiempo esperando trenes que ya han pasado. De que hay que sonreírle a los amaneceres, independientemente de que llueva e independientemente de que compartamos cama con la soledad. Que las cosas llegan cuando menos las esperas, y que si siempre las estás esperando, sólo tardan en llegar un poquito más. Pero llegan, tarde o temprano.

Y entonces dijo: "Sigo queriendo a toda la gente a la que he querido en mi vida, pero sólo amo con esa urgencia en la mirada a la esperanza de que, un día, y qué más da cuándo, amaré a alguien y será para siempre".

Hay silencios que separan sin ser kilómetros
Sergio Carrión 


domingo, 19 de enero de 2014

Puentes

...me refiero a un puente, a ese espacio entre dos puntos accidentados en el universo, a aquello que une lo que se ha roto, que conecta lo que se separa, como  tus días y mis noches, como tus dedos y mi piel, como el silencio y la música, como la luz y el color, como de mi cama a tus sueños, como de la luna a el sol, como de tus ojos a mis paisajes, como de tus lagrimas a mi tristeza, como de tus letras a mis lineas, como de tus heridas a mis cicatrices, como de tu nombre hasta al mio, me refiero a ese momento en que la soledad se posa sobre mi sombra y los recuerdos revolotean como luciérnagas, a ese instante preciso en que te paras frente a mi aunque no quiera verte, cuando te escapas del olvido y te cuelas por las grietas de mi memoria, en ese momento lucido y ciego, triste y alegre, claro y transparente, oscuro y sombrío, donde apareces y desapareces...



Hoy te busque
en la rima que duerme
con todas las palabras.

Si algo calle
es porque entendi todo,
menos la distancia.

Desordene
atomos tuyos
para hacerte aparecer.

Un dia mas, un dia mas.

Arriba el sol,
abajo el reflejo
de como estalla mi alma.

Ya estas aqui.
Y el paso que dimos
es causa y es efecto.

Cruza al amor.
Yo cruzare los dedos...

...Y, gracias por venir.
¡Gracias, porvenir!

Adorable puente
se ha creado entre los dos.

Cruza al amor.
Yo cruzare los dedos...

...Y, gracias por venir.
¡Gracias, porvenir! (Bis)

Adorable puente...

Cruza al amor...
...cruza al amor por el puente.

Usa al amor...
Usa al amor como un puente.

Gustavo Cerati
Puente

martes, 7 de enero de 2014

Hay un momento

...tiempo de luna, cerrojo en mi mente, pensamiento aparente, se apagan los segundos, rezago de un sentimiento, no mas luz estridente, avanzamos sedientos hacia lo incontenible, un futuro incierto, dos personas diferentes y tres formas de irse, nos difuminamos en estas noches de luna y sabanas tristes, a las 4 AM ahora te vas, entre sueños desapareces, te disfrazas de realidad, hasta amanecer, donde el sol ya no nos encuentra juntos, donde las mañanas aun no mejoran con café, pero ahí estamos o vamos, montados en el tren del olvido, en el sollozo rutinario, en el suspiro innecesario que de pronto aparece cuando desapareces, cuando todo se cubre de nostalgia y una abrumadora melancolía nos abraza o quizás nos consuela, hasta que el sol decida irse, vestido de aquellos colores que aun no saben igual, perdiéndose en los mares de algunos puertos que ya no caminaremos juntos, mas sin embargo y sin reparo te confieso que hay un momento quizás muy pequeño o tal vez enorme, en el que cierro los ojos para verte...



QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

Si tu me olvidas
Pablo Neruda
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