martes, 28 de mayo de 2013

De acuerdo a la luz

...de acuerdo a la luz, es momento de volver a la orilla, encandilado del hastío de las horas que resucitan en medio de las almas donde ya no sube la marea y ni se entera, ceguera detrás de estos ojos rellenos de tiempo, minutos mutilados y miradas segunderas, relojes en huelga de sangre, pasillos del corazón donde ya no pasa nadie, y nadie tiene nombre, así que mas vale que sobre, y sobre el herrumbre de las cenizas de quien fui ahora que soy me sostengo, tengo un esqueleto de recuerdos con amnesia, paciencia que esta luz no sabe de colores, hay amores sin cabeza, la proeza es el camino, sin destino no hay sentencia, lucidez de la conciencia que anda a ciegas por el mundo y así será cuando fuera, estoy afuera de mi adentro, no hagas caso a lo que digo, pero créeme que no miento a la hora de decirte lo que siento, fin del camino que sin fin caminaría contigo...



Cosas invisibles, enraizadas en el
frío, creciendo
hacia esta luz
disipada
en todo lo que alumbra. Nada
tiene fin. La hora regresa
al comienzo de la hora
en que respiramos: como si
nada fueran. Como si yo
no pudiera ver
nada
que no es lo que es.

En el límite del verano
y su calidez: cielo azul, colina púrpura.
La distancia
que sobrevive.
Una casa hecha de aire, y el flujo
del aire en el aire.

Como estas piedras
que se deshacen sobre la tierra.
Como el sonido de mi voz
en tu boca.

Autobiografía del ojo
Paul Auster

jueves, 23 de mayo de 2013

Mientras te olvido

…no es que hable de mí, es mas ni siquiera quiero hablar de ti, ni de los dulces recaudos que el amor infiere, ni de la triste zozobra del olvido, es mas no hablo de lo vivido, ni de los vagos recuerdos que me acontecen, ni siquiera del tiempo en que compartimos un poco de tiempo, ni de las laudes sazonadas con sudor y éxtasis, ni de la catarsis de dos miradas que se encuentran al amanecer, ni de los vestigios de ojos, ni de las reliquias de la memoria que ni para que recordar, mas bien quisiera hablar no de pretérito, si no del sublime presente que hoy representa la marca de cada uno de mis pasos que ya no pisan tu sombra, ni se embraman con tus recuerdos, ni siquiera con tu sonrisa, pero sin embargo las luces se apagan cada noche, los sueños desfilan por los cielos nocturnos, las estrellas parpadean al ritmo de un universo fortuito, y el tiempo cobra nuevas víctimas, tu caminas por otros lares, te acongojas con lunas de quien sabe que colores y es mas hasta casi estoy seguro que has llorado en su nombre, pero no es mi intención ponerte nombre, ni si quiera se si existes, o si exististe o estas por existir, el futuro es una gran mentira, a veces pienso que todo lo es mientras te olvido...


Pero el Amor no trafica en un mercado, ni usa balanza de mercachifle. Su dicha, como la dicha del intelecto, es sentirse vivo. El objetivo del Amor es amar: ni más ni menos. Tú eras mi enemigo: un enemigo como no ha tenido ningún hombre. Yo te había dado mi vida, y para satisfacer las más bajas y despreciables de todas las pasiones humanas, el Odio, la Vanidad y la Codicia, tú la habías tirado. En menos de tres años me habías arruinado completamente desde todos los puntos de vista. Por mi propio bien lo único que podía hacer era amarte. Sabía que, si me permitía odiarte, en el seco desierto de la existencia que tenía que cruzar, y que aún estoy cruzando, no habría peña que no perdiera su sombra, ni palmera que no se secara, ni pozo o agua que no viniera envenenada. ¿Empiezas ahora a comprender un poco? ¿Va despertando tu imaginación del prolongado letargo en que ha estado sumida? Sabes ya lo que es el Odio. ¿Empiezas a barruntar lo que es el Amor, y cómo es el Amor? No es demasiado tarde para que lo aprendas, aunque para enseñártelo haya tenido yo que ir a una celda de presidio.

Tras mi terrible sentencia, cuando me vestí de presidiario y la puerta de la cárcel se cerró, me quedé así, entre las ruinas de mi vida maravillosa, aplastado por la angustia, desatinado por el terror, aturdido por el sufrimiento. Pero no quise odiarte. Todos los días me decía: «Hoy tengo que conservar el Amor en mi corazón, porque si no, ¿cómo soportaré el día?». Me recordaba que, al menos, no habías querido hacerme daño; me obligué a pensar que lo único que habías hecho era tender un arco a la ventura, y la flecha había atravesado a un rey entre las juntas del arnés. Haberte puesto en la balanza con la más pequeña de mis penas, la más mezquina de mis pérdidas, habría sido, pensaba, injusto. Resolví mirarte como a alguien que también sufría. Me forcé a creer que al fin se había caído la venda de tus ojos, tanto tiempo ciegos. Me imaginaba, con dolor, cuál habría sido tu espanto cuando contemplaste la obra terrible de tus manos. Hubo momentos, incluso en aquellos días oscuros, los más oscuros de toda mi vida, en que hasta anhelé consolarte. Tan seguro estaba de que por fin te habías dado cuenta de lo que habías hecho.

De profundis
Oscar Wilde

miércoles, 15 de mayo de 2013

Desamor del cronopio

…caminando sobre la acera de una calle en espiral, transita un pobre cronopio, se ha enamorado de una fama y ahora vive los delirios del desamor, sus manitas dentro del pecho, sus ojos sepia, húmedo desdén de colores tristes, lúgubre y cabizbajo pretende encontrar el cielo en el pavimento, odia su sonrisa impresa, se avergüenza de su inherente buen humor, un dolor turbio le hace cosquillas, la gente le saluda sin darse cuenta del derrumbe, de los pedazos de cronopio que van cayendo a cada paso, ya alguien le había advertido que los cronopios no servían para el amor, los famas lo guardaban en las manos, las esperanzas en un tal corazón, pero los cronopios en la piel, triste para su causa que un fama científico muchos años atrás había descubierto que la piel era el órgano mas grande del cuerpo de los cronopios y este cronopio aquella tarde en que la vio había olvidado usar protector solar…


A la salida del Luna Park un cronopio advierte que su reloj atrasa, que su reloj atrasa, que su reloj. Tristeza del cronopio frente a una multitud de famas que remonta Corrientes a las once y veinte y él, objeto verde y húmedo, marcha a las once y cuarto. Meditación del cronopio: "Es tarde, pero menos tarde para mi que para los famas, para los famas es cinco minutos más tarde, llegarán a sus casas más tarde, se acostarán más tarde. Yo tengo un reloj con menos vida, con menos casa y menos acostarme, yo soy un cronopio desdichado y húmedo". Mientras toma café en el Richmond de Florida, moja el cronopio una tostada con sus lágrimas naturales.


jueves, 9 de mayo de 2013

Nostalgia de ojos

…y vi tus ojos profundos, callados, como aturdidos, quizás por un recuerdo, los vi opacos sin brillo, como esas noches sin luna, como el amor sin luz, al borde de una lagrima, a la horilla de la melancolía, ¿donde escondías tu mirada?¿ Porque tus silencios son tan grandes?¿de que se trata el tiempo a la hora de olvidarse? Tus pupilas sin mar, no quiero decir que sin sueños, nostalgia de ojos que dejaron de verse, pero el tiempo es muy pequeño a la hora de irse, la palabra adiós es muy corta tomando en cuenta que a veces significa eternidad, o nunca o jamás, pero los cosas pasan o dejan de pasar y tus ojos andan por ahí de ambulantes en la opacidad de las nadas que a veces pierden sentido o prescinden de él, así sucede que a veces ando por ahí yo también, con estos ojos que no saciaron de verte, y veo en tus ojos profundos y callados que ya no puedes verme…



En el tronco de un árbol una niña
Grabó su nombre henchida de placer
Y el árbol conmovido allá en su seno
A la niña una flor dejó caer.
Yo soy el árbol conmovido y triste
Tú eres la niña que mi tronco hirió
Yo guardo siempre tu querido nombre
¿Y tú, qué has hecho de mi pobre flor?

¿Y tu que has hecho?
Eusebio Delfín - Buena Vista Social club

miércoles, 1 de mayo de 2013

Lo siniestro de apagar la luz

…bajo el cobijo de una oscuridad tenue, a posteriori de un deceso de luz, bajo el silencio previo de un regocijo de recuerdos que están por convertirse en sueños y entre ojos que no saben como apagarse, la luna quien sabe en que lugar, las estrellas no vienen al caso, solo un sumario elocuente de acontecimientos recientes, apilados en el día que paso sin son, oprobio de intentos fallidos, brillos, sombras y delirios, palabras que aun retumban en los huesos, cimientos de este ser absurdo, la oscuridad llega con forma de memoria, embriagues de hormonas, vesania insolente en tiempos de calma, marea de sensaciones, pensamientos vagos, negligencia de los sentimientos que arropan este frio, esta soledad callada, este ruido de amor, bajo esta piel de molicie que solo evoca ausencias, fantasmas de otros tiempos, eco de mis abismos, lugares sin sol que se han hecho costumbre, no es que me derrumbe, simplemente no puedo dormir…


"- No cierras los ojos cuando besas???
- Los peces no cierran los ojos.
- Cierra esos benditos ojos de pez...
-Es que no puedo; si tu vieras lo que yo he visto, no podrías cerrarlos.
...
- Solo eres un niño de 10 años.
- Y los adultos no sois los gigantes que pretendéis ser; sois falsos niños a quienes os han robado la capacidad de disfrutar de la vida, deformados por un cuerpo voluminoso, que no comprendéis el verdadero significado de las palabras, el verdadero significado del amor."
...


"Te lo voy a decir una vez y ya es demasiado: enjuágate las manos en mar antes de poner el cebo en el anzuelo. El pez nota el olor, rehuye el bocado que viene de tierra. Haz exactamente lo que veas hacer, sin esperar a que nadie te lo diga. En el mar no es como en el colegio, no hay profesores que valgan. Está el mar y estás tú. Y el mar no enseña nada, el mar hace, y a su manera."

En ese verano, se halla en un momento complejo. A los diez años, dirá, se escribe por primera vez la edad con dos cifras, y estalla un deseo de crecer en todos los sentidos. Un crecimiento que no deja de tener su parte dolorosa. Conoce la violencia: otros muchachos le propinan una brutal paliza, que, sin embargo, no despierta sus deseos de venganza, pues está convencido de..."la inutilidad del odio y de la sangre".
...

"Sabemos perfectamente que no volveremos a vernos. Y si ocurre, seremos diferentes y no nos reconoceremos. Cambiarás de forma y de voz, los ojos de pez no, quizás te reconozca por ellos."

Los peces no cierran los ojos
Erri De Luca.
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