martes, 22 de noviembre de 2016

Cosas del tiempo

...existe un pueblo en algún lugar del mundo, en donde en realidad nunca pasa nada, tal es el hecho y tan contundente la realidad que a excepción de este lugar la mayoría de los lugares tienen medios distintos para comunicar los diferentes acontecimientos que ocurren en el día a día de aquellos lugares, pero este pueblo es diferente, nunca pasa nada, y me refiero a nada en el sentido de que nunca pasa nada distinto a lo que siempre ocurre en aquel pueblo, todo es tan rutinario y tan predecible que hasta los mismos habitantes de este pueblo han desarrollado habilidades extremas incluso para predecir el clima, desde pequeños los habitantes de este pueblo saben  si los días serán soleados o nublados, con tormenta, lluvia, frió, calor o mas allá aun, con casi una precisión exacta a cualquiera que ande caminando por la calle se le puede consultar la temperatura actual de aquel pueblo y sin reparos esta contestara exactamente la temperatura presente en ese instante en aquel pueblo, tanto es de lo que no hay, que el tema principal en cualquier desayuno, evento social, o simple platica casual entre un habitante de aquel pueblo con otro sera precisamente con algo referente al clima, incluso los mas osados se atreven a hablar del clima para el siguiente año, y alguno que otro super dotado incluso es capas de predecir el clima de cada día de los siguientes cinco años, por lo que como pasa en los lugares que no pasa nada, siempre pasa que alguien se lo ocurra alguna forma de salir de la monotonía, y después de mover voluntades en aquel pueblo tan ausente de voluntad convenció al gobierno del pueblo y a su gente de realizar un concurso anual en donde fueran invitados los climatologos mas prominentes del mundo, el concurso consistiría en la formulación de varias preguntas respecto al clima actual y futuro y lo ganaría quien presentara mayor exactitud en sus predicciones, se había dispuesto realizar un 24 de abril, y se estableció un lugar al aire libre en los campos verdes de aquel pueblo y llego aquel día en el que todo el pueblo se aglomero para presenciar aquel tan sonado evento que pasaba justo en un pueblo donde no pasaba nada, pero desafortunadamente antes de comenzar el evento alguien por el micrófono anunciaba que el evento había sido cancelado por lluvia... 


La profecía autocumplida

Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14.
Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación.
Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
"No sé pero he amanecido con el presentimiento que algo muy grave va a sucederle a este pueblo".

El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
"Te apuesto un peso a que no la haces".
Todos se ríen. El se ríe. Tira la carambola y no la hace.
Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla
Y él contesta: "es cierto pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo".

Todos se ríen de él y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, o una nieta o en fin, cualquier pariente, feliz con su peso dice y comenta:
-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.
-¿Y porqué es un tonto?
-Porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.

Y su madre le dice:
- No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.

Una pariente oye esto y va a comprar carne.
Ella le dice al carnicero:
"Deme un kilo de carne" y en el momento que la está cortando, le dice: Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado".

El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice:
"mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar y se están preparando y comprando cosas".

Entonces la vieja responde: "Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos..."

Se lleva los cuatro kilos y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo.
Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde.
Alguien dice:
-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.

-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
-Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.
-Sí, pero no tanto calor como ahora.

Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:
"Hay un pajarito en la plaza".
Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito.
-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
-Sí, pero nunca a esta hora.

Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.
-Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve.

Hasta que todos dicen: "Si este se atreve, pues nosotros también nos vamos".
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo.
Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: "Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa", y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.

Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado:
"¿Vistes mi hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?"

Gabriel Garcia Marquez

martes, 18 de octubre de 2016

Hay un lugar

...lugar de lunas, de osadas lunas, contundentes, con memoria, lugar de historia, de amores fugaces, lugar que pasa por el tiempo, que se ha quedado sin espacio, lugar prefacio, lugar sin augurio, sin futuro, abandonado, lugar ahogado, entre premisas, entre delirios, lugar de olvidos, de noches perpetuas, de lagrimas muertas, lugar a secas, de utopías y quimeras, lugar al que vendrías si pudieras, lugar de estrellas, de fugaces y rapaces, de grietas y traslapes, lugar de embarques, de adioses y partidas, lugar de huidas, lugar de amar y de olvidar, lugar de mar...



Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor
no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen una forma de
caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calor del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende…
y con cada día uno aprende.

Jorge Luis Borges

jueves, 29 de septiembre de 2016

Regreso a la palabra

...y regreso a la palabra, a esta humilde morada, al rincón de mis desdenes, a mi lucha con la nada,  regreso a la estación, de tren, de hojas, de miradas, a las sombras de mis arboles, a la luz de la alborada en mi memoria, regreso a esa historia, de sueños y crisantemos, de rutas sin camino, regreso a estar vivo con la muerte acurrucada, regreso a mi silencio, a mi escondite, a mi alarido, a mis lineas en mi cuaderno retorcido, a mis yemas, a mis parpados, a mis latidos, a mis lagrimas, al lugar donde las he escondido, regreso a el tiempo que he perdido, a mi futuro, a mi olvido, regreso a donde siempre he permanecido, regreso aquí donde soy yo lo que he querido...



Las palabras son buenas. Las palabras son malas. Las palabras ofenden. Las palabras piden disculpa. Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas e inventadas. Las palabras están ausentes. Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, vienen en los libros, los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y en los carteles. Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan, imponen, segregan , eliminan. Son melifluas o ácidas. El mundo gira sobre palabras lubrificadas con aceite de paciencia. Los cerebros están llenos de palabras que viven en paz y en armonía con sus contrarias y enemigas. Por eso la gente hace lo contrario de lo que piensa creyendo pensar lo que hace.

De este mundo y del otro, Alfaguara.

En Algún día | José Saramago.

jueves, 30 de junio de 2016

Horror vacui

...recorro en silencio los pasillos de mi memoria, uno a uno escudriño en el claro oscuro de mis pensamientos, sigiloso y pueril me asomo a mis recuerdos, los repaso con ahínca delicadeza, con reparo de mis presentes, para no ensuciar las veredas del pasado con brisas del hogaño, no corre el tiempo en el vació,  mi alma vacua poco a poco se revela frente a mi, como un retrato en blanco, como aquellos mares sin sal y sin agua, como las estrellas que murieron hace tiempo, pero no hay nada dentro de la nada, mis recuerdos se secaron, y mi mente es un desierto por el que no pasa ya nada, mi cabeza inmaterial, mi conciencia incorpórea, en realidad no estoy, la verdad es que no existo, y aquí estoy otra vez buscándome,  aunque aun no se si desde adentro o desde afuera...



hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

Pájaro azul
Charles Bukowski

jueves, 9 de junio de 2016

Un buen cafe

...transcurriendo la mañana como transcurren las mañanas mas comunes del mundo, en el silencio aparente de un cuarto frió con ventanas al mundo, y en el sutil desvío de la mente anumerada, mis pensamientos se vuelcan hacia una pequeña taza de café que con cabal empeño de matices y fragancias se cuela en mis adentros hasta llegar a mi alma, en donde otra vez me encuentro contigo, y en esta a tenuidad de realidades disruptivas, intercambio silencios y ayeres contigo, mientras que sollozamos presentes y lloramos futuros, entre el negro que suspira los campos verdes de tierras abandonadas, donde la brisa húmeda se eleva hasta perderse en los sentidos del tiempo encerrado en esta oficina y a colación de sabores con recuerdo y recuerdos de sabores que se sumergen en el abismo de un fractal de decisiones, que con esmero supieron emparalelar nuestras vidas de tal forma en que nunca nos encontremos, a menos de que vuelva existir otra grieta en el tiempo a la cual llamaremos un buen café...



Nuevos mundos brillan en el polvo

suben por los barrios bajos de la mente sólo

para atragantarse con ideas

del tamaño de un mosquito.

es de lo más difícil

como comer una ensalada

en el trivial café del mundo;

es de lo más difícil crear arte

aquí.

observá. las piezas con las cuales trabajar se

perdieron. deben ser creadas o

encontradas.

los críticos deberían ser generosos y los críticos son

rara vez

generosos.

creen que es fácil

apagar el agua con fuego.

pero no ha sido esfuerzo en vano

no importa lo que ellos nos hayan

hecho:

los críticos

las mujeres perdidas

los trabajos perdidos,

a la mierda con ellos de todos modos

difícilmente sean más interesantes que

este café trivial, este mundo trivial,

sabemos que debería haber un lugar mejor,

un lugar más simple,

pero no lo hay;

ese es nuestro secreto

y no es

gran cosa.

pero es suficiente.

elegimos un fuego trivial

que se marchita.

crear arte significa

estar terriblemente solo

para siempre.

El trivial café del mundo
Charles Bukoski

lunes, 9 de mayo de 2016

Desamistad

...calculando los cimientos de esta triste amistad, nunca hubo suficiente leña para cortar, incipiente y dolorosa se vuelve la verdad, cuando descubres que sobran dedos a la hora de contar, mas no dejo que la vida se empeñe en decepcionar, para cada luz hay nuevos días, suficientes para pensar, hay cosas que ya han pasado y otras que pronto pasaran, no hay angustia en este duelo, ni lagrimas para llorar, solo algunos recuerdos, que tal vez no vale la pena recordar, acaecido el desaliento, transcurrido el descontento, respiro hoy casi contento, libre, en paz y con seguridad, de que hay pocos en estos tiempos en quien de verdad puedes confiar, mas el oprobio y la vergüenza esta vez no están de mi lado, tantas veces he caído y las mismas me he levantado, dejado al tiempo este legado que parece también reclamo, me mantengo en el camino que siempre he caminado, no lastimar a nadie que no merezca ser lastimado...



Tengo el defecto de haber nacido dotado de una lengua especial, cuya clave sólo yo poseo.

No hay oso blanco encaramado en su témpano del polo que viva más olvidado que yo en la tierra.

Me da miedo ser frío, seco, egoísta, y Dios sabe, sin embargo, lo que en estos momentos siento dentro de mí.

He cavado mi agujero y en él me quedo, poniendo gran cuidado en que reine siempre la misma temperatura dentro.

Lo que me sorprende es que, debajo de esas críticas se note un odio contra mí, contra mi persona, un prejuicio denigrador.

No quisiste creerme cuando te dije que era viejo. ¡Sí que lo soy, por desgracia! pues todo sentimiento que a mi alma llega se agría igual que el vino cuando lo introducen en recipientes ya muy usados.

He hecho mal, he sido un necio. Me he portado contigo igual que, en otros tiempos, lo hice con aquellos a quienes más quería: les mostré el fondo de mi saco, y el polvo acre que despedía se les pegó a la garganta.

Adiós, trata de olvidarme; yo nunca te olvidaré. Te equivocaste al decirme que sólo sentía por ti curiosidad. Hay más, pero tú sólo crees en las cosas cuando son extremas. Adiós otra vez. Siempre que necesites algo me encontrarás.

Otro se sentiría orgulloso del amor que me prodigas; su vanidad bebería en él con gusto y su egoísmo de varón se sentiría halagado hasta en los repliegues más íntimos. Pero en cambio tu amor hace que mi corazón desfallezca de tristeza.

Si he sido duro es porque estoy enfermo. Dolorido, amargado, la vida me desloma como un trote demasiado duro que destroza las riñones. El único momento en que no sufro es cuando estoy solo. Los mejores afectos con frecuencia me irritan desmesuradamente.

Yo soy el oscuro y paciente pescador de perlas que bucea en los bajos fondos y vuelve con las manos vacías y la cara azulada. Una atracción fatal me empuja hacia los abismos del pensamiento, me lleva al fondo de esos precipicios interiores que jamás se agotan para los fuertes.

No estoy con nadie, en ningún sitio, no soy de mi país y puede que tampoco del mundo. Aunque muchos me rodeen, sigo estando solo; por eso los huecos que dejó la muerte en mi vida no aportaron a mi alma un nuevo estado de ánimo, sino que acentuaron ese estado. Yo estaba solo por dentro y ahora estoy también solo por fuera.

Por muy uniforme que sea tu vida por lo menos tienes algo que contarme. Pero la mía es un lago, un estanque quieto donde nada se mueve, en donde nada sobresale. Cada día que pasa se parece al anterior. Puedo decirte lo que haré dentro de un mes, dentro de un año, y considero esto no sólo sabio sino afortunado.

Quisiera mandarte únicamente palabras dulces y tiernas, de esas suaves como un beso que algunos saben decir pero que, en mi caso, se quedan en el fondo del corazón y expiran al llegar a los labios. Si yo pudiera, cada mañana tu despertar se vería perfumado por una olorosa página de amor.

El contemplar una vida que una pasión violenta -de la índole que sea- ha vuelto miserable es siempre algo más instructivo y altamente moral. Eso rebaja, con una ironía aullante, tantas pasiones banales y manías vulgares, que uno queda satisfecho al pensar que el instrumento humano puede vibrar hasta ese extremo y subir hasta tonos tan agudos.

La faceta ridícula que veo en el amor siempre me impidió entregarme a él. He deseado, en ocasiones, seducir a una mujer, pero con sólo pensar en el aspecto extraño que en esos momentos debía de tener, me entraban ganas de reír. Tanto es así que mi voluntad se derretía al fuego de la ironía interior, y dentro de mí cantaba el himno de la amargura y de la irrisión.

La diferencia que ha existido siempre entre mi modo de ver la vida y el de los demás ha hecho que me encerrase (¡no bastante, por desgracia!) en una áspera soledad de la que nada lograba hacerme salir. Me han humillado tantas veces, he escandalizado y hecho gritar tanto que he terminado, desde hace ya mucho tiempo, por reconocer que, para vivir tranquilo, hay que vivir solo y poner burletas en todas las ventanas por miedo a que el aire del mundo llegue hasta uno.

No estimes tanto mi talento, no aspiro a ser un Goethe, pues las velas resultan pálidas al lado del sol y, aunque no lo creas, no me esfuerzo por remedar a nadie, y a los grandes hombres mucho menos. En cuanto a mi corazón, su conducto es angosto y está embozado, el líquido no sale de él con facilidad, va corriendo arriba y da vueltas como un torbellino… todo él lleno de bajos fondos movedizos, muchos barcos embarcaron en ellos.

La amistad segun Flaubert
Gustave Flaubertg

miércoles, 20 de abril de 2016

El reloj cangrejo (I)

 ...el tiempo había avanzado en su rostro, dejando todo tipo de cicatrices, líneas desdobladas que simulaban cordilleras de años desorientadas, su mirada cansada como agotada de haber visto tanto, como perdida en la añoranza de las cosas que dejan de ser, sus recuerdos apenas llegaban a ser imágenes intermitentes que habían perdido su color real, los sueños ya no existían pues estos se alimentan de futuro, y el futuro ya no era más que el esbozo de un paso al final del camino, su cuerpo atormentado, templo de todo tipo de dolores y padecimientos, caricias que se convirtieron en llagas, besos ya evaporados y espasmos congelados, su cabeza despoblada, vacía de ideas, seca de pensamientos, postrado en un órgano metálico con ruedas que no le correspondía, que parecía una parte de su cuerpo a la que nunca llegaba la sangre, pero sobre todo solo, en la contemplación de un atardecer, donde los ocasos ya se pueden contar, y su numero ya tiene un sentido, el final, ochenta y nueve inviernos, y un corazón que había intentado suicidarse muchas veces, un sol tímido escondiéndose en el horizonte, quemando el frio de algún lugar lejano, pero dentro del un deseo extraño, el de seguir viviendo, de alguna manera pensaba que la vida no le había sido suficiente, que merecía otra oportunidad, pero las oportunidades en su vida habían muerto hacía tiempo atrás, de forma prematura, cuando el pájaro de la esperanza dejo de cantar en su ventana, y los días grises se volvieron realidad, el sol se había sumergido por completo en el horizonte, y la luna no había asistido a aquella noche, el silencio rebotaba en la nieve, agudizando la sensación de soledad, esta soledad que como un gas inerte lo asfixiaba lentamente.



Avanzo lentamente hacia el sótano impulsado por el movimiento de sus manos transmitido a las ruedas de una silla, encendió una lámpara de petróleo que dotaba de poca luz a aquel sótano y una extraña melancolía se apodero de su conciencia, la misma que lo había postrado frente a un gran baúl de madera pintado con polvo, saco una llave de uno de sus bolcillos y abrió el candado oxidado que mantenía cerrado aquel baúl, levanto la tapa con gran esfuerzo y una nube gris acompaño aquel acto, su respiración se acelero, y unas gotas de sudor corrieron por su frente, encendió una vela que se erguía sobre un plato de bronce, y empezó a hurgar dentro del baúl, entre papeles de color amarillento, y objetos antiguos como una pipa, un tintero, una brújula, retratos en color sepia, soldaditos de plomo y cara triste, monedas olvidadas, y otras cosas de otros tiempos, hasta que encontró lo que al parecer buscaba con tanto ahincó, un antiguo reloj de bolsillo al parecer de plata, en la tapa se podía leer la inscripción en latín «Sed fugit interea fugit irreparabile tempus» y la imagen grabada de un cangrejo, abrió la tapa para descubrir que las manecillas del reloj ya no avanzaban, y entonces recordó la historia que el abuelo le conto antes de morir y precisamente cuando este le regalo aquel reloj que nunca había visto funcionar...



 
Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche (y Tomás sacó una mano fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo.




martes, 9 de febrero de 2016

Caos

...existe un lugar en donde todo existe, en donde todo es y puede ser, un caos lucido, iverosímil y superfluo, pero contundente y definitivo, en ese lugar vive una niña, digamos de varios siglos de edad, y esa niña sueña con no ser niña, con retirarse de esa vanidad, el tiempo le provoca urticaria, pero ama la fantasía, vive en el sueño de una hormiga, que sueña con ser reina, y reina por este lugar la alegría polo puesto de la tristeza de un vagabundo que duerme en la fría banqueta de una ciudad, en la que vive un poeta que ha se ha quedado sin letras, las ha vendió por un pedazo de pan, a un perro lanudo y faldero, al que se le ha subido una pulga con el corazón roto, por un cantante de un bar de jazz, que toca su viejo saxofón, mientras un borracho se bebe una copa mas, al compás de sus declives y tristezas, una persona le sonríe en la mesa de la esquina, esta persona solía ser una niña, unos segundos atrás...


".... Emborracharse era maravilloso. Decidí que siempre ,me emborracharía.Todo lo vulgar de la vida desaparecía y quizás si te apartabas de ello muy a menudo, no te convertirías en un ser vulgar."

Charles Bukowski

Conversación de un recuerdo

...voy a apagar la luz y voy a encenderte un sueño y te traeré hasta mi, en esta oscuridad que se alumbra cada que me conviertes en recuerdo, en realidad no me he ido y creo que tu lo sabes, cuando cierras los ojos, y recorres con tus pensamientos tu vida, me encuentro yo por ahí, acariciándolos, consolándolos, algunas veces juego con ellos, los acaricio, los abrazo, les cuento cuentos y los llevo a la cama a dormir, aquí estoy en realidad siempre he estado, incluso cuando creíste que me había ido, aquí vivo, mi función es cuidar tus sueños, tus pensamientos y tus recuerdos, pero también aveces me transformo en lagrimas, o en palabras, o en suspiros, y aunque ya no tengo brazos para abrazarte, o labios para besar tus mejillas, dentro de ti puedo hacer que los sientas, puedo verte y se que me ves, puedo sentirte y se que me piensas, vivo en este lugar porque no quiero irme y tampoco quiero que me dejes ir, quiero vivir contigo siempre, quiero a tu lado resplandecer, estoy mas que siempre y lo sabes, siempre a la espera de que me recuerdes, que me traigas a tus pensamientos, donde solo puedo existir sin el olvido...



"Supongo que es imposible entrar en la soledad de otro. Sólo podemos conocer un poco a otro ser humano, si es que esto es posible, en la medida en que él se quiera dar a conocer. Un hombre dirá: "tengo frío", o temblará, y de cualquiera de las dos formas sabremos que tiene frío. Pero ¿qué pasa con el hombre que ni dice nada ni tiembla? Cuando alguien es inescrutable, cuando es hermético y evasivo, uno no puede hacer otra cosa que observar; pero de ahí a sacar algo en limpio de lo que observa hay un gran trecho.
No quiero dar nada por sentado.
Él nunca hablaba de sí mismo, nunca parecía que hubiera nada de lo cual pudiera hablar. Era como si su vida interior lo eludiera incluso a él.
No podía hablar de ello y por lo tanto se refugiaba en el silencio.
Y si no hay nada más que silencio, ¿no será presuntuoso que hable yo? Sin embargo, si hubiera habido algo más que silencio, ¿acaso habría sentido la necesidad de hablar?
Mis opciones son limitadas. Puedo permanecer en silencio, o hablar de cosas que no pueden probarse. Al menos quiero presentar los hechos, ofrecerlos de la forma más directa posible y dejarlos decir lo que tengan que decir. Pero ni siquiera los hechos dicen siempre la verdad.
Era de una neutralidad tan implacable, su conducta era tan absolutamente predecible, que todo lo que hacía resultaba sorprendente. Uno no podía creer que existiera un hombre así, sin sentimientos, que esperara tan poco de los demás. Pero si no existía ese hombre, entonces había otro, un individuo oculto tras aquel que no estaba allí, y el asunto es encontrarlo. Siempre y cuando esté ahí para que uno lo encuentre."


lunes, 1 de febrero de 2016

La noche de los que no sueñan

...llega la noche, a canto de luna, suspiro de estrellas, reparo del tiempo, y entonces resurge a mas no poder, la pelea del silencio con las notas del ayer, un sueño atraviesa los cielos de un pueblo, la luz se atenúa, comienza a palidecer, no todos duermen, no todos sueñan, entre triste y alegre, los que ya están en cama, con el techo conversan, una platica abierta entre almohada y memoria, lo que fue ya es historia, pero aun no es mañana, pensamientos lascivos brincan en la cama, la piel se acobarda, sobre su existencia el oprobio y la añoranza, el repudio inherente de las horas que ya han muerto, y los días y los años pasan, y los sueños se van abandonado o se transforman en cicatrices o cenizas, según el daño, los parpados se cansan, los ojos se apagan lentamente, en aquel pueblo por lo menos esta noche no habrá sueños, solo recuerdos...



No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño:
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.

Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.

Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la mano momificada del niño
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!

Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

Ciudad sin sueño 
Federico García Lorca
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