lunes, 17 de diciembre de 2012

Ahora si el fin del mundo

...la noche del viernes 21 de Diciembre del 2012 el mundo espera con ansias el fin del mundo, algunos se habían reunido con otros amigos para presenciarlo por televisión, otros con mucho mas dinero habían pagado cantidades exorbitantes de dinero para presenciarlo en primera fila o por lo menos en vivo, otros lo escucharían en la radio y algunos en los lugares mas recónditos de la tierra esperarían alguna señal ya sea en el cielo, o en alguna fogata o en algún artilugio mágico, pero Dante no quiso saber de esto, los Mayas le parecían anticuados, y el calendario nunca le intereso tanto, para el todos los días eran iguales unos mas iguales que otros pero al fin iguales y mientras el mundo se había preparado para el fin del Mundo nadie sacaba a Dante de su mundo, la expectativa del fin de los tiempos simplemente no le conmovía, es mas ni siquiera la curiosidad le ganaba, y mientras caminaba por una calle repleta de manifestantes del fin del mundo que aseguraban la venida de un tal Jesús. otros de extraterrestres llamados ET, Yoda, Alf y algunos otros nombres intergalacticos, Dante ni si inmutaba, ni siquiera para molestarse por no encontrar leche y pan para el desayuno del siguiente día, ya que tanto el panadero como el lechero se mantenían ocupados en este asunto del fin del mundo y quizás también las vacas y los campos de trigo,  gente lloraba por las calles, otras reían, otras intentaban arrepentirse de algo, y otras fingían arrepentirse de algo, algunas rezaban pero eran muy pocas, otras se dedicaron a hacer cosas que parecían imposibles o que quizás nunca habrían hecho, pero Dante no hacia mucho caso a aquellas personas, caminaba hacia su casa como todas las noches después del trabajo al que no asistió nadie solo Juan el vigilante de la empresa, que no pudo cambiar el turno a otro compañero, llego a pie a su edificio en donde una persona algo chistosa con un letrero de cartón colgando de su cuello le invitaba con letras grandes que se arrepintiera porque el fin del mundo estaba cerca, llego a su departamento que se encontraba en el quinto piso de aquel edificio, abrió la puerta y se sentó en su sala, evito encender el televisor porque sabia que no encontraría nada mas que aquella noticia que había vuelto loco al mundo, cerro un poco los ojos y sin poder evitarlo se quedo dormido.

Despertó la mañana del 22 de Diciembre como todos los días en la rutina de una cantidad grande de seres humanos, acudió al lavabo para asear sus dientes y de paso enjuagar su cara, se dio un baño con agua caliente, se vistió, se tomo un vaso de zumo de naranja, le dio de comer a su gato Hermes y se dispuso a ir a su trabajo, pero al abrir la puerta el asombro le cambio el rostro, el mundo no se había acabado...

1
¿Fin de la historia? Para nosotros, no es ninguna novedad. Hace ya cinco siglos, Europa
decretó que eran delitos la memoria y la dignidad en América. Los nuevos dueños de estas
tierras prohibieron recordar la historia, y prohibieron hacerla. Desde entonces, sólo podemos
aceptarla. 2
Pieles negras, pelucas blancas, coronas de luces, mantos de seda y pedrería: en el carnaval
de Río de Janeiro, los muertos de hambre sueñan juntos y son reyes por un rato. Durante
cuatro días, el pueblo más musical del mundo vive su delirio colectivo. Y el miércoles de
cenizas, al mediodía, se acabó la fiesta. La policía se lleva preso a quien siga disfrazado. Los
pobres se despluman, se despintan, se arrancan las máscaras visibles, máscaras que
desenmascaran, máscaras de la libertad fugaz, y se colocan las otras máscaras, invisibles,
negadoras de la cara: las máscaras de la rutina, la obediencia y la miseria. Hasta que llegue el
próximo carnaval, las reinas vuelven a lavar platos y los príncipes a barrer las calles.
Ellos venden diarios que no saben leer, cosen ropas que no pueden vestir, lustran autos
que nunca serán suyos y levantan edificios que jamás habitarán. Con sus brazos baratos, ellos
brindan productos baratos al mercado mundial.
Ellos hicieron Brasilia, y de Brasilia fueron expulsados.
Cada día ellos hacen el Brasil, y el Brasil es su tierra de exilio.
Ellos no pueden hacer la historia. Están condenados a padecerla.
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Fin de la historia. El tiempo se jubila, el mundo deja de girar. Mañana es otro nombre de hoy.
La mesa está servida, y la civilización occidental no niega a nadie el derecho de mendigar las
sobras.
Ronald Reagan despierta y dice: "La guerra fría acabó. Hemos ganado". Y
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Eduardo Galeano - La Teoría Del Fin Del Mundo
Francis Fukuyama, un funcionario del Departamento de Estado, gana súbitamente éxito y fama
descubriendo que el fin de la guerra fría es el fin de la historia. El capitalismo, que dice llamarse
democracia liberal, es el puerto de lleegada de todos los viajes, "la forma final de
gobierno humano".
Horas de gloria. Ya no existe la lucha de clases y al Este ya no hay enemigos, sino aliados.
El mercado libre y la sociedad de consumo conquistan el consenso universal, que había sido
demorado por el desvío histórico del espejismo comunista. Como quería la Revolución
Francesa, ahora somos todos libres, iguales y fraternales. Y todos propietarios. Reino de la
codicia, paraíso terrenal.
Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no hay duda de su
propia eternidad.
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Bienvenida sea la caída del muro de Berlín, dice un diplomático peruano, Carlos Alzamora, en
un artículo reciente; pero dice que el otro muro, el que separa al mundo pobre del mundo
opulento, está más alto que nunca. Un apartheid universal: los brotes de racismo, intolerancia y
discriminación, cada vez más frecuentes en Europa, castigan a los intrusos que saltan ese alto
muro para meterse en la ciudadela de la prosperidad.
Y a la vista está. El muro de Berlín ha uerto de buena muerte, pero no alcanzó a cumplir
treinta años de vida, mientras que el otro muro celebrará muy pronto sus cinco siglos de edad.
El intercambio desigual, la extorsión financiera, la sangría de capitales, el monopolio de la
tecnología y de la información y la alienación cultural son los ladrillos que día a día se agregan,
a medida que crece el drenaje de riqueza y soberanía desde el Sur hacia el Norte del mundo.
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Con el dinero ocurre al revés que con las personas: cuanto más libre, peor. El neoliberalismo
económico, que el Norte impone al Sur como fin de la historia, como sistema único y último,
consagra la opresión bajo la bandera de la libertad. En el mercado libre es natural la victoria del
fuerte y legitima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina
económica. El Norte confirma la justicia divina: Dios recompensa a los pueblos elegidos y
castiga a las razas inferiores, biológicamente condenadas a la pereza, la violencia y la
ineficacia. En un día de trabajo, un obrero del Norte gana más que un obrero del Sur en medio
mes.
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Salarios de hambre, costos bajos, precios de ruina en el mercado mundial.
El azúcar es uno de esod productos latinoamericanos condenados a la inestabilidad y la
caída. Durante muchos años, hubo una excepción: la Unión Soviética ha pagado, y paga
todavía, un precio equilibrado por el azúcar de Cuba. Ahora, en plena euforia, el capitalismo
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Eduardo Galeano - La Teoría Del Fin Del Mundo
triunfante se frota las manos. Hay bastantes indicios de que ese pacto comercial no va a durar
mucho tiempo más. Y a nadie se le ocurre pensar que esa excepción ejemplar pudiera
anunciar la posible creación de un nuevo orden internacional más justo, una alternativa al
sistemático saqueo que los técnicos llaman "deterioro de los términos de
intercambio". No: si los soviéticos pagan todavía buen precio por el azúcar cubano, eso
no hace más que probar las diabólicas intenciones que han guiado los malos pasos de Moscú,
que se metía donde no debía cuando usaba cuernos, tridente y rabo.
El orden vigente es el único orden posible: el comercio ladrón es el fin de la historia.
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Preocupado por el colesterol, olvidado del hambre, el Norte practica, sin embargo, la caridad.
La Madre Teresa de Calcuta es más eficiente que Carlos Marx. La ayuda del Norte al Sur es
muy inferior a las limosnas solemnemente comprometidas ante las Naciones Unidas, pero sirve
para que el Norte coloque la chatarra de guerra, mercancías sobrantes y proyectos de
desarrollo que subdesarrollan al Sur y multiplican la hemorragia para curar la anemia.
Mientras tanto, en los últimos cinco años, el Sur ha donado al Norte una suma infinitamente
mayor, equivalente a dos planes Marshall en valores constantes, por concepto de intereses,
ganancias, royalties y diversos tributos coloniales. Y mientras tanto, los bancos acreedores del
Norte destripan a los Estados deudores del Sur, y se quedan con nuestras empresas públicas a
cambio de nada.
Menos mal que el imperialismo no existe. Ya nadie lo menciona: por lo tanto, no existe.
También esa historia se acabó.
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Pero, si los imperios y sus colonias yacen en las vitrinas del museo de antig¸edades, ¿por qué
los países dominantes siguen armados hasta los dientes? ¿Por el peligro soviético? Esa
coartada ya no se la creen ni los soviéticos. Si la cortina de hierro se ha derretido y los malos
de ayer son los buenos de hoy, ¿por qué los poderosos siguen fabricando y vendiendo armas y
miedo?.
El presupuesto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos es mayor que la suma de todos
los presupuestos de educación infantil en el llamado Tercer Mundo. ¿Despilfarro de recursos?
¿O recursos para defender el despilfarro? La organización desigual del mundo, que simula ser
eterna, ¿podría sostenerse un sólo día más si se desarmaran los países y las clases sociales
que se han comprado el planeta?
Este sistema enfermo de consumismo y arrogancia, vorazmente lanzado al arrasamiento
de tierras, mares, aires y cielos, monta guardia al pie del alto muro del poder. Duerme con un
solo ojo, y no le faltan motivos.
El fin de la historia es su mensaje de muerte. El sistema que sacraliza el caníbal orden
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Eduardo Galeano - La Teoría Del Fin Del Mundo
internacional, nos dice: "Yo soy todo. Después de mí, nada".
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Desde la pantalla de una computadora, se decide la buena o mala suerte de millones de seres
humanos. En la era de las superempresas y la supertecnología, unos son mercaderes y otros
somos mercancías. La magia del mercado fija el valor de las cosas y de la gente.
Los productos latinoamericanos valen cada vez menos. Nosotros, los latinoamericanos,
también.
El Papa de Roma ha condenado enérgicamente el fugaz bloqueo, o amenaza de bloqueo,
contra Lituania, pero el Santo Padre nunca dijo ni pío sobre el bloqueo contra Cuba, que ya
lleva treinta años, ni sobre el bloqueo contra Nicaragua, que duró diez. Normal. Y normal es, ya
que tan poco valemos los latinoamericanos vivos, que nuestros muertos se coticen cien veces
menos que las víctimas del hoy desintegrado Imperio del Mal. Noam Chomsky y Edward
Herman se han tomado el trabajo de medir el espacio que merecemos en los principales
medios norteamericanos de comunicación. Jerzy Popieluszko, sacerdote asesinado por el
terror de Estado en Polonia, en 1984, ha ocupado más espacio que la suma de cien sacerdotes
asesinados por el terror de Estado en América Latina en estos últimos años.
Nos han impuesto el desprecio como costumbre. Y ahora nos venden el desprecio como
destino.
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El Sur aprende geografía en mapamundis que lo reducen a la mitad de su tamaño real. Los
mapamundis del futuro, ¿lo borrarán del todo?
Hasta ahora, América Latina era la tierra del futuro.
Cobarde consuelo; pero algo era.
Ahora nos dicen que el futuro es el presente.
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La Teoría Del Fin Del Mundo
Eduardo Galeano 

domingo, 9 de diciembre de 2012

Respiro

...ante la absorción de eventos fortuitos intrascendentes al paso del universo, me declaro vivo, sonriente, animado, confundido, en movimiento, caminante, prospero, bendecido, aun se leer pensamientos, enchinar el corazón, llorar, brincar, correr, se descubrir miradas, construyo suspiros con letras, dibujo historias con palabras, me gusta la lluvia, los ojos, los atardeceres, me enamora la luna, me reanima el sol, me he caído y no siempre me he sabido levantar, he sufrido y  alguna vez he lastimado, me he ido, se han ido, nos fuimos y nos quedamos y aquí estamos, sin saber en donde, pero cerca y a la vez lejos, cargado de silencios, con falta de explicaciones, lleno de motivos y todavía con ganas, aun sale el sol, por lo menos hoy salio, y el mañana no tiene tanto sentido,  tengo fe y no se en que, creo en el amor, aunque ya no le creo, cargo ayeres, abrazo memorias, también he llorado recuerdos, he sabido encontrar y creo me han encontrado, he visto brillar, me he apocado, y he vuelto a brillar, he hecho llorar, muchas veces he fallado y que mas da, me siento vivo, respiro...



No te rindas, aun estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo tambien el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas por favor no cedas,
aunque el frio queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aun hay fuego en tu alma,
aun hay vida en tus sueños,
porque cada dia es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estas sola,
porque yo te quiero.

No te rindas
Mario Benedetti
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