sábado, 30 de marzo de 2013

Microrelatos (Fobias)

Puertafobico
...le tenía miedo a las puertas pero no todos los lugares tenían ventanas...

Mal maquillaje
…la muerte no le sentaba bien, por algo siempre tuvo miedo a la muerte…

El niño atómico
…la maestra de primer grado pregunto a Paul Tibbets, ¿Y tu a que tienes miedo Paul? A las alturas contesto...

Miedo al tiempo
…su miedo al tiempo tenia un buen fundamento, de niño fue testigo de como el reloj del campanario le cayo encima a un pordiosero…

Zapatofobia
…le temía a los zapatos, obviamente nadie se lo menciono al embalsamador…

El desconfiado
…le daban miedo sus manos, desconfiaba de ellas, no les perdía de vista, dormía atado de manos, hasta que un día las asfixio…

Reflejo
…los espejos le aterraban, no le gustaba lo que había en ellos…

Algo a que temer
…temía al silencio, quedo sordo, ahora temía al ruido y ya no podía temer…

Tiempos modernos
...tuvo que aguantarse el miedo a los colores cuando empezaron a salir las televisiones a color…

Buen cliente
…¿a que teme? pregunto el psicólogo a aquel hombre, el hombre no contesto, ahora entiendo pensó, ahora tiene miedo a hablar, la ultima sesión tenia miedo a quedarse callado, sin duda este es mi mejor cliente…



Miedo de ver una patrulla policial detenerse frente a la casa.

Miedo de quedarme dormido durante la noche.

Miedo de no poder dormir.

Miedo de que el pasado regrese.

Miedo de que el presente tome vuelo.

Miedo del teléfono que suena en el silencio de la noche muerta.

Miedo a las tormentas eléctricas.

Miedo de la mujer de servicio que tiene una cicatriz en la mejilla.

Miedo a los perros aunque me digan que no muerden.

¡Miedo a la ansiedad!

Miedo a tener que identificar el cuerpo de un amigo muerto.

Miedo de quedarme sin dinero.

Miedo de tener mucho, aunque sea difícil de creer.

Miedo a los perfiles psicológicos.

Miedo a llegar tarde y de llegar antes que cualquiera.

Miedo a ver la escritura de mis hijos en la cubierta de un sobre.

Miedo a verlos morir antes que yo, y me sienta culpable.

Miedo a tener que vivir con mi madre durante su vejez, y la mía.

Miedo a la confusión.

Miedo a que este día termine con una nota triste.

Miedo a despertarme y ver que te has ido.

Miedo a no amar y miedo a no amar demasiado.

Miedo a que lo que ame sea letal para aquellos que amo.

Miedo a la muerte.

Miedo a vivir demasiado tiempo.

Miedo a la muerte.

Ya dije eso.

Miedo
Raymond Carver

Par de ojos alunados

…de tus manos unos labios, de tus ojos las caricias, un susurro acelerado, consumido enamorado, par de ojos alunados, la distancia entre dos rotos, luz de labios, pensamiento agujerado,  lugar para desaparecer, para envolverse de nada, para apagarse en el tiempo, sonido trepidante de latidos que rechinan, pechos agobiados que no saben que respiran, radiografía de un suspiro prolongado, que aun sin ojos esta vivo, veneno augurio, deseo espurio y sin amor, pero hay color entre tu y yo y lunas blancas para los días de sol, un do bemol, no es la ocasión, hay mas noches que estrellas, y quizás en una de ellas aparezcamos tu y yo…





Entiendo que no puedo suplicarle una vez mas
Pero nada se detiene
Solo vivo para ti
Dame solo un beso que me alcance hasta morir
Como un vicio que me duele
Quiero mirarte a los ojos

Luna
No me abandones mas
Que tiendo a recuperarme
En la cuna de tus crateres
Silencio
Se abre la tierra
Y se alzan los mares
Al compas del volcan

Y cuando te me acercas
Se acelera mi motor
Me das fiebre
Me hago fuego y me vulevo a consumir

Dame solo un beso que me alcance hasta morir como un vicio que me duele
Quiero mirarte a los ojos

Luna
No me abandones mas
Que tiendo a recuperarme
En la cuna de tus crateres
Silencio
Se abre la tierra
Y se alzan los mares
Al compas del volcan.

Luna
Zoé

jueves, 28 de marzo de 2013

Los dias soleados

…susurro al viento las notas de otros tiempos, ambrosia de un silencio prolongado, quizás desviado hacia las hecatombes internas que ahora invernan en el hastió de lo superfluo que hoy por siniestro cayo al olvido, un recorrido por la memoria, surco de historia, pasos sin ruido, no hubo mas gloria que lo vivido, siendo elocuente, vistes de ausente, portas contigo el desatino, los des fortunios de un mal destino, bajo el dominio de la sapiencia que ya no piensa solo y contigo, un abandono bien decorado, bisutería de lo esperado, se han prolongado las incoherencias, sin mas carencias que lo olvidado, en el pasado gotas del tiempo, acurrucado en fantasías, mitomanía de un amor ya mutilado, que vive en un frio lugar de augurios ya reciclados, no he mejorado en ese arte que es olvidarte los dias soleados...





Se sintió enfermo de deseo.

Se había alejado del mar y se encontraba ahora en plena ciudad, cerca del mercado. En la esquina, una puta surgió del hueco de una puerta. Sostenía por encima de la cabeza un paraguas desplegado.

Ella le dijo:

- ¿Vienes, chato?

Él la miró:

- ¿Para qué?

Se quedo bastante sorprendida. No supo hacer otra cosa que repetir:

- ¿Vienes, chato?

Él volvió a preguntar:

- ¿Para qué?

Ella prosiguió con su melopea:

- Para ti sólo serán cien pavos.

Él se encogio de hombros:

- Cien pavos, y ni siquiera sabe explicarme para qué.

Ella se irritaba:

- Déjate de cuentos, guapetón. Cien pavos no es caro. Mirá si estoy bien hecha.

Él la examinó:

- Lo que no me gusta es el paraguas.

Se fue. Ella gritaba:

- Cochino, granuja, patán.

Se sentía enfermo de deseo. Helena.

Helena. Helena.

Helena.

[...]

Esperaron el tranvía un largo rato, luego entraron en el bosque. Caminaron entre los árboles de sílex y bajo sus pires se fragmentaban hasta convertirse en polvo hojas grises y metálicas. Hacía mucho frío.

- ¿No tienes demasiado frío? -preguntó Lehameau.

- Oh no. Cuando estoy con usted me da calor.

- ¿Es verdad? -preguntó Lehameau riendo-. Yo también, sabes -añadió entonces muy serio-, cuando tu estas conmigo, ya no pienso en el frío, en la dureza del tiempo.

- ¿Es usted desgraciado, señor Bernard?

- ¿Yo? No. ¿Por qué piensas que puedo ser desgraciado? No soy desgraciado. No soy feliz, no es lo mismo. Pero tampoco busco ser feliz. Pero tú eres aún demasiado pequeña, demasiado joven, para entenderlo.

[...]

Leía El Diario de un Burgués de París, en tiempos de Carlos VI y Carlos VII: Item, en ese tiempo estaban los lobos tan hambrientos que desenterraban con sus patas los cuerpos de las gentes que enterraban en los pueblos y en los campos; pues por todas partes se encontraban muertos en los campos y en las ciudades, debido a la grande pobreza, al rigor del tiempo y al hambre que sufrían, por la maldita guerra que seguía aumentando de día en día, de mal en peor.

La cosa duraba así durante páginas y páginas. No era nada divertida la Historia, pensaba la señora Durtertre, los hombres nunca llegarían a salir de ahí, se desesperaba. Y decir que, hacían tan sólo tres años, había aún montones de gente que no sólo se creían felices sino que también pensaban que la cosa seguiría siempre así, incluso mejorando, y otros para quienes la Paz había bajado a la tierra para establecerse para siempre. La señora Durtertre suspiró y luego volvió a su lectura: Item, en ese tiempo había una gran mortandad, y todos morían de calor que en la cabeza les cogía y luego la fiebre; y morían...

[...]

- Qué tiempo, qué tiempo -murmuró la señora Dutertre.

- Un tiempo de invierno -dijo Lehameau alegremente-. Un tiempo de febrero. Si la nieve no cae en invierno, ¿cuándo caerá? Es mejor que caiga en invierno que en verano, ¿no le parece?

- Sí, claro. Así hay que tomarse la vida, Bernard, la vida de los hombres, no es como el tiempo. A partir de un cierto momento ya no para de nevar. Nieva, nieva, no para de nevar, se convierte en un pesado dolor, no puede usted saberlo, y el buen tiempo no volverá, uno puede estar seguro.

- Es también mucho mejor que nieve cuando uno es viejo que cuando uno es joven, ¿no le parece? Y además la nieve es muy bonita también: la nieve de verdad.

[...]

Afuera nunca había hecho tanto frío.

Un duro invierno
Raymond Queneau

miércoles, 20 de marzo de 2013

Microrrelatos (Soledad)

Punto y coma
...abrió los ojos y se encontró más solo que en aquel largo sueño...

Una gran tristeza
...la lluvia no tenía más gotas para ese tipo de tristeza...

La dejada
...las golondrinas le merodeaban cual aves de rapiña...

Cuando asi se despedian
…la puerta del tren se cerró y su alma se quedo afuera…

El periodico llego muy tarde
…se quedo sin aliento antes de quedarse sin respirar…

Adicto a la luna
…triste fue cuando la luna ya no le fue suficiente…

Un gato superticioso
…aquel gato negro hacia todo lo posible para no toparse con ella…

Tantos recuerdos
…tiro su diario pero no podía tirar el cielo…

Tirarlas no basto
…sintió un escalofrió al encontrar aquellas cartas en su cabeza…

Cambio de sentidos
…la oscuridad tenia olor, el silencio sabor y la soledad se podía tocar…

Monotonia
…la cama se volvió aquel mundo de quien nadie habla…

Insomnio
…la mañana llego pero otra noche lo esperaba…

Lugar de besos
…si aquella banca hablara los besos serian mudos…

Era hora
…la neblina le rosaba los talones…

El rey
…se perdió buscando aquella rosa que aquel príncipe había dejado…





LA OVEJA NEGRA - AUGUSTO MONTERROSO

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada. Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

UN SUEÑO - JORGE LUIS BORGES

En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma de círculo) hay una mesa de maderas y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mi escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular...El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.

EL POZO - LUIS MATEO DÍEZ

Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. "Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.

HABLABA Y HABLAMA - MAX AUB

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.

LA MANO - RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA

El doctor Alejo murió asesinado. Indudablemente murió estrangulado. Nadie había entrado en la casa, indudablemente nadie, y aunque el doctor dormía con el balcón abierto, por higiene, era tan alto su piso que no era de suponer que por allí hubiese entrado el asesino. La policía no encontraba la pista de aquel crimen, y ya iba a abandonar el asunto, cuando la esposa y la criada del muerto acudieron despavoridas a la Jefatura. Saltando de lo alto de un armario había caído sobre la mesa, las había mirado, las había visto, y después había huido por la habitación, una mano solitaria y viva como una araña. Allí la habían dejado encerrada con llave en el cuarto.

Llena de terror, acudió la policía y el juez. Era su deber. Trabajo les costó cazar la mano, pero la cazaron y todos le agarraron un dedo, porque era vigorosa corno si en ella radicase junta toda la fuerza de un hombre fuerte. ¿Qué hacer con ella? ¿Qué luz iba a arrojar sobre el suceso? ¿Cómo sentenciarla? ¿De quién era aquella mano? Después de una larga pausa, al juez se le ocurrió darle la pluma para que declarase por escrito. La mano entonces escribió: «Soy la mano de Ramiro Ruiz, asesinado vilmente por el doctor en el hospital y destrozado con ensañamiento en la sala de disección. He hecho justicia».

CARTA DEL ENAMORADO - JUAN JOSÉ MILLÁS

Hay novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la página 50 o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Por eso no me he matado antes, señor juez.

LA MUERTE EN SAMARRA - GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (Adaptación)

El criado llega aterrorizado a casa de su amo.

-Señor -dice- he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho una señal de amenaza.

El amo le da un caballo y dinero, y le dice:

-Huye a Samarra.

El criado huye. Esa tarde, temprano, el señor se encuentra la Muerte en el mercado.

-Esta mañana le hiciste a mi criado una señal de amenaza -dice.

-No era de amenaza -responde la Muerte- sino de sorpresa. Porque lo veía ahí, tan lejos de Samarra, y esta misma tarde tengo que recogerlo allá.

LA MANZANA - ANA MARÍA SHUA

La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a formularse la ley de gravedad.

EL EMPERADOR DE CHINA - MARCO DENEVI

Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado, del difunto emperador. ¿Veis? -dijo - Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser el emperador.

El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.

CALIDAD Y CANTIDAD - ALEJANDRO JODOROWSKY

No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO - JOSÉ LEANDRO URBINA

Mientras el sargento interrogaba a su madre y su hermana, el capitán se llevó al niño, de una mano, a la otra pieza...

- ¿Dónde está tu padre? - preguntó

- Está en el cielo - susurró él.

- ¿Cómo? ¿Ha muerto? - preguntó asombrado el capitán.

- No - dijo el niño -. Todas las noches baja del cielo a comer con nosotros. El capitán alzó la vista y descubrió la puertecilla que daba al entretecho.

AMENAZAS - WILLIAM OSPINA

-Te devoraré -dijo la pantera.

-Peor para ti -dijo la espada.

ESTE TIPO ES UNA MINA - LUISA VALENZUELA

No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro, de su temple de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente lo expropió el gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros.

LA VERDAD SOBRE SANCHO PANZA - FRANK KAFKA

Sancho Panza, que por lo demás nunca se jactó de ello, logró, con el correr de los años, mediante la composición de una cantidad de novelas de caballería y de bandoleros, en horas del atardecer y de la noche, apartar a tal punto de sí a su demonio, al que luego dio el nombre de Don Quijote, que éste se lanzó irrefrenablemente a las más locas aventuras, las cuales empero, por falta de un objeto predeterminado, y que precisamente hubiese debido ser Sancho Panza, no hicieron daño a nadie.

Sancho Panza, hombre libre, siguió impasible, quizás en razón de un cierto sentido de la

responsabilidad, a Don Quijote en sus andanzas, alcanzando con ello un grande y útil esparcimiento hasta su fin.

(SIN TÍTULO) - GABRIEL JIMÉNEZ EMAN

Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.

martes, 19 de marzo de 2013

Haikus Catrina

Si amanece hoy,
El sol que ya no quema,
Duerme la nieve.

Tiempo sin fin
No siempre es primavera
Canta cigarra

La luz distraída
De siluetas y sombras
Lágrima y flor.

Los días caminan,
En laderas sinuosas,
Dejas de ser.

Luz en la espiga,
Senderos en el mar
Alma que va.

Ondea el adiós,
Atardece la vida
Es hora de irse.





Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo,

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco,
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.

Una carta de amor

Julio Cortázar

lunes, 18 de marzo de 2013

Estas en donde debes estar

...y después de una mirada, vinieron aquellos segundos, que llegaron a ser la sentencia de estos recuerdos, disfrazados de ayer, perpetuados en hoy, sublevados en mi cabeza, de repentina inspiración fatídica y sumos sentimientos suicidas, en el transitar de mis abruptas conciencias y morales mellizas, me he topado con tus silencios, he tropezado con tus sonrisas, he platicado con tu voz y una cínica nostalgia me ha consternado pero aun así estas donde deberías estar, donde decidí dejarte, antes de precipitarme al olvido, pese a la melancolía de los días de lluvia, y la soledad de las noches detrás de mis parpados, la felicidad ha tomado asiento, el amor se transformo en primavera y tu estas en donde debes estar…





Una vez más hasta cuándo
acaso un día entero como siempre
la taquicardia el miedo
calmantes
este fuego
helado en la cúpula del estómago
este vómito
quieto
en constante acumulación
a veces devorado por el dolor
de otra angustia aún
más hambrienta
hasta cuando mañana y ayer y hoy de nuevo
quiste cada vez más enraizado
honda escocedura de estertores
donde el clavo ardiente de un latido
entero
cumplido
resuelto
es urgente como el suicidio

Una vez mas 
Luis Eduardo Aute

miércoles, 13 de marzo de 2013

No me mires

...quise decir que si el tiempo encuentra el camino de vuelta, me gustaría esculpir con palabras una estatua de aquel momento, tallada a suspiros, labrada de sueños, forjada de ti, quise decir que si este corazón no fuera tan manco pintaría el paisaje que reflejan tus ojos, delinearía tu alma, trazaría tus siluetas, atraparía tus sombras y también tu luz,  llenaría mi lienzo de ti, quise decir que si la vida claudica, y los retoños no vuelven esta primavera, y las aves deciden jamas regresar, y las lunas llenas encontraran otro lugar, encontraría algún sitio, un espacio silente, una luz remanente, con deseo pueril te invitaría a partir, sin afán de destino, sin presagio, sin camino, quise decir, que si a caso un universo nos jugara mal, y aparecieras de pronto en una de esas calles sin nombre, en alguna ciudad de las que fácil se olvidan, en aquellas horas donde no es de día ni de noche, y nuestras vistas se cruzaran, por favor no me mires...





tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

Viceversa
Mario Benedetti
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