
Si lo haces el desgaste va a ser infinito, porque en la vida todos y todas estamos encaminados a cerrar capítulos, a darle vuelta a la hoja, a terminar etapas para seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué ocurrió lo que ocurrió; hay que soltarlo, hay que desprenderse. No resulta sano ser niños eternos, adolescentes tardíos, empleados de empresas inexistentes. Tampoco forzar vínculos con quien no quiere mantenerlos con nosotros, o bien con quien ya no es conveniente tenerlos. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar objetos, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos y vender o regalar libros. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, des-prenderse.
Si andas por la vida dejando puertas abiertas (por si acaso), escasamente podrás vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuraste, para mantener la ilusión de algún día regresar? (¿a qué?) Si puedes enfrentar ya la necesidad de aclaraciones y decir las palabras que no dijiste, hazlo. Si no, déjalas ir, cierra capítulos, pero no por orgullo o soberbia, sino porque tú ya no encajas allí: en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio, en esa familia. Mereces crecer, madurar; merecer vencer el miedo a vivir de manera independiente y por tus propios recursos.
Cierra la puerta, dale vuelta a la hoja, concluye el círculo. Aprende a dejar lo que sólo es costumbre, apego improductivo. Clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete. ¡Suéltate! Paulo Coelho


"El guerrero de la luz ha aprendido que es mejor seguir la luz. Él ya traicionó, mintió, se desvió de su camino, cortejó a las tinieblas. Y todo continuó saliendo bien, como si no hubiera pasado nada. Sin embargo, un abismo llega de repente; se pueden dar mil pasos seguros, y un paso de más acaba con todo. Entonces el guerrero se detiene antes de destruirse a sí mismo. Al tomar esta decisión, escucha cuatro comentarios: "Tu conducta siempre ha sido equivocada. Ya eres demasiado mayor para cambiar. Tú no eres bueno. Tú no mereces nada". Él eleva sus ojos al cielo. Y una voz le dice: "Querido amigo, todo el mundo ha hecho en su vida cosas equivocadas. Estás perdonado, pero no puedo forzar ese perdón. Decídete". El verdadero guerrero de la luz acepta el perdón."
"Puede que las redes traigan cuellos rotos, negras plumas de cormorán, que tiemblen los semáforos, las radios callen y se derrumbe la ciudad. Puede que te saque de mis brazos tu marido o el despertador, que te interrumpa el desayuno el vuelo de un B-52. Puede que todo siga igual. También puede que no sea así y encuentres el mercurio de mi voz empapando tu contestador, y florezcan los olivos en el valle de Hebrón. Puede que te queme el hielo, o la luz del televisor. Puede que te cite el parlamento y decrete el blanco y negro, que sonrían ángeles heridos en la sección de sucesos, que alimentándose de humo se quiebre cual cristal esa mujer. Que trepe una serpiente por sus piernas infinitas. Puede ser. Puede que todo siga igual. También puede que no sea así. Quizás banderas blancas tu habitación alumbren y mi amor esté cerca y los dioses duden. Y este sea un buen principio, principio de incertidumbre. Puede que te salves. Puede que amanezcas conmigo y las espadas se entierren. Puede que todo siga igual. También puede que no sea así y encuentres el mercurio de mi voz empapando tu contestador, y florezcan los olivos en el valle de Hebrón. Puede que te queme el hielo, o la luz del televisor. Una posibilidad existe de que amanezcas conmigo y los cañones se oxiden."
"Digamos que te alejas definitivamente hacia el pozo de olvido que prefieres, pero la mejor parte de tu espacio, en realidad la única constante de tu espacio, quedará para siempre en mí, doliente, persuadida, frustrada, silenciosa, quedará en mí tu corazón inerte y sustancial, tu corazón de una promesa única en mí que estoy enteramente solo 






