sábado, 21 de noviembre de 2009

¿Donde esta Dios?

...un día me dispuse a buscar a Dios con ahinco inmesurable, lo busque en muchos lugares, en iglesias y en hostales, caminando por los mares o en desiertos olvidados, en mezquitas y en garitas y en las mas bellas ciudades, al final del horizonte y en las tierras mas extrañas, lo busque hasta en las estrellas, y escondido en algun cielo, al final del arcoiris, o enterrado en algun cementerio, en el periodico, en la radio, en algun diccionario, al inicio y al final del abecedario, en algun armario, quizas un relicario pero no pude encontrarlo, regrese hasta aquel niño de la calle que tanto me habia intrigado ¿Donde estaba Dios? el me habia preguntado, ya derrotado regrese hasta aquel niño para darle mi resultado, pero al llegar al lugar donde esperaba encontrarlo, me dijeron los que estaban que el niño a Dios ya había encontrado...


Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de manos.Nos ha enviado algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo-, la vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang....Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso, que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, y mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de la luz, el manantial que soy.
A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

Jime Sabines

2 comentarios:

... dijo...

hermosa publicacion... y si, es verdad dios esta ahí, guiando todo, creando todo...
a mi también me encanta Dios!

un beso...

nois de lean dijo...

coincidencia o no se... el dia que conoci este poema fue el mismo que jaime sabines murio, dicen que lo escribio entre sus rodillas cuando aun estaba internado dandole lucha a la muerte

hermosa la fotografia que acompaña, es tuya?

saludos

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