lunes, 16 de abril de 2012

Elegía a la hora de dormir

...me recuesto en la cama aun vestida de luto,
escapando del súbito llanto de sabanas alteradas,
entre flores marchitas que nunca dijeron nada,
aferrado a la espalda de un olvido absoluto.

contemplo la historia de un pasado presente
cicatriz en la memoria de un rincón olvidado,
lunas de miel hechas de un queso añejado,
besos que saben a un tipo de amor diferente.

repaso las horas que abandone en el día,
poco para guardar en lo que llaman vida,
pasos sin sentido en un camino sin salida,
reloj que por  la noche marca la agonía.

la nostalgia y el frió una lluvia de tristezas,
pensamientos burbujeando en mi cabeza,
el destino no he cumplido con franqueza,
ha estas horas hay mas dudas que certezas.

lagrimas absurdas que no encuentran el piso,
transcurriendo en el alma sin afán de limpiar,
los rezagos del tiempo cansado de recordar,
reflejos  húmedos de un recuerdo ya sumiso.

la verdad se esconde detrás de las pupilas,
la realidad se guarda para otro día mas,
no hay mas tiempo para notas intranquilas,
lo que paso este día ya ha quedado atrás.



Mi corazón me recuerda que he de llorar
por el tiempo que se ha ido, por el que se va.


Agua del tiempo que corre, muerte abajo,
tumba abajo, no volverá.


Me muero todos los días
sin darme cuenta, y está
mi cuerpo girando
en la palma de la muerte
como un trompo de verdad.


Hilo de mi sangre, ¿quién te enrollará?


Agua soy que tiene cuerpo,
la tierra la beberá.


Fuego soy, aire compacto,
no he de durar.


El viento sobre la tierra
tumba muertos, sobre el mar,
los siembra en oyos de arena,
les echa cal.


Yo soy el tiempo que pasa,
es mi muerte la que va
en los relojes andando hacia atrás.


Mi corazón me recuerda que he de llorar...
Jaime Sabines

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