jueves, 26 de agosto de 2010

28

...no llego con mas ni menos si ni con lo que es,
errores y aciertos que hoy ya poco han de ser,
me quedo en lo efímero del suceso de vivir,
hay que hacerle honor al tiempo por existir,
hoy es así que me encuentro con un año mas,
que mirándome a los ojos pestañea hacia atrás,
soy feliz y soy triste como debe ser,
en proporción igual para a nadie ofender,
mi vida es plena y así mi muerte sera,
no hay nada porque arrepentirse,
al contrario hay mucho porque brindar,
al rededor de mi brilla la oscuridad,
y los arboles que han caído aprenden a bailar,
hoy hay mas motivos para ser feliz
la tristeza que aun cargo aprenderá a volar,
hoy que el futuro me ha alcanzado una vez mas,
un año mas de vida, un año mas para jugar,
al suceso de haber llegado ha este lugar,
donde mi alma ha aprendido a ser fugaz...


A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la Muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de muy lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta.


... Y tú en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tú, asimismo, derramarás allí la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y también, la sangre de los demás.


Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡ No! Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena.

2 comentarios:

Paloma dijo...

Efectivamente las tormentas no son algo que vengan de fuera, más bien son reflejos de nuestras dudas, miedos, necesidades y demás luchas internas de las que no puedes huir. Enfrentarte a ellas siempre te hacen, no diferente pero si algo más libre.
Felicidades por tu nuevo año.
Un saludo

•• J a d e •• dijo...

Heeey.... ¡Feliz Cumpleaños!!

Te deseo muchas sonrisas y te dejo este regalito:
http://www.youtube.com/watch?v=A8Equd6JpGk&feature=related

De corazón, que te la pases muy bien y que recibas el mejor de los regalos: muchos abrazos de la gente que quieres...:D

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