jueves, 22 de septiembre de 2011

Quiero mudarme de estrella

...la realidad me avergüenza, el presente me agobia, las noticias me dan urticaria, los periódicos me hacen vomitar, estos tiempos me hacen llorar, la televisión intento morderme, la cama ya no me quiere abrasar, los sueños prefieren ser pesadillas, las calles no hacen más que pelear, el gobierno bla bla, los que siguen un bla mas, las aves se duermen temprano, la noche ya no es de los enamorados, la luna se esconde en el mar, la economía es una blasfemia, y la religión está muy interesada en ella, quisiera mudarme a otra estrella, alejarme de la verdad, escapar por fin de estos tiempos, en que las buenas noticias empiezan a escasear, será que un día el hombre quizás aprenda que el tiempo tiene final, que la vida es una sola, que no hay mucho tiempo para la felicidad, que se acabe el dinero del mundo, que se evapore por fin el petróleo, que alguien se robe todo el oro, y que Dios nos de otra oportunidad...


" Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos, y es el tiempo perdido con tu rosa lo que la hace importante 

(...)


Ah, principito, cómo he ido comprendiendo lentamente tu vida melancólica! Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuarto día, cuando me dijiste:


-Me gustan mucho las puestas de sol; vamos a ver una puesta de sol


-Tendremos que esperar


-¿Esperar qué?


-Que el sol se ponga.


Pareciste muy sorprendido primero, y después te reíste de ti mismo. Y me dijiste:


-Siempre me creo que estoy en mi tierra.


En efecto, como todo el mundo sabe, cuando es mediodía en Estados Unidos, en Francia se está poniendo el sol. Sería suficiente poder trasladarse a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol, pero desgraciadamente Francia está demasiado lejos. En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastaba arrastrar la silla algunos pasos para presenciar el crepúsculo cada vez que lo deseabas.


-¡Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces!


Y un poco más tarde añadiste:


-¿Sabes? Cuando uno está verdaderamente triste le gusta ver las puestas de sol.


-El día que la viste cuarenta y tres veces estabas muy triste ¿verdad?


Y principito no respondió.


(...)


Para mi no eres todavía más que en muchachito semejante a 100.000 muchachitos. Y no te necesito, y tu tampoco me necesitas, no soy para ti más que un zorro semejante a 100.000 zorros, pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro, serás para mí único en el mundo, seré para ti único en el mundo. Si me domesticas, mi vida se llenará de sol, conoceré un ruido de pasos que será diferente a todos los otros...tus ruidos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. "

(...)

- Hablas como los adultos !


Eso me dio un poco de vergüenza. Pero, implacable, agregó:


- Confundes todo... mezclas todo !


Estaba realmente muy irritado. Agitaba al viento la cabellera dorada:


- Conozco un planeta donde hay un Señor rubicundo. Nunca olió una flor. Nunca miró una estrella. Nunca amó a nadie. Nunca hizo nada más que cuentas. Y todo el día repite como tú: "Soy un hombre serio ! Soy un hombre serio !" y eso lo infla de orgullo. Pero no es un hombre, es un champiñon !


- Un qué ?

- Un champiñon !

El principito
Antoine de Saint-Exupéry

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