martes, 17 de julio de 2012

Nocturno

...extraviado en una noche de Chopin, cobijado con las plumas de Allan Poe, bajo el cielo majestuoso de Van Gogh y pensando en un poema con Rodin, el silencio poco a poco termino y las letras comenzaron a flotar, marejadas de palabras sin sabor, pensamientos aprendiendo a volar, con las alas que se escapan del dolor, en la mente de un centauro a la mitad, en la cresta de un abismo sin final, a la orilla de una estrella en libertad, me encontré con un recuerdo sideral, que en su estela conservaba el adiós, lo que no paso algún día tal vez no paso jamas, la memoria es lo que queda cuando ya no queda mas...



... Una noche de otoño, cinco años atrás, habían estado caminando por la calle mientras caían las hojas, cuando llegaron a un lugar donde no había árboles y el andén estaba iluminado de luz de luna. Allí se detuvieron y se miraron cara a cara. La noche estaba fría ya, llena de aquella misteriosa emoción que se da dos veces al año, con el cambio de estación. Las inmóviles luces de las casas susurraban en la oscuridad y las estrellas titilaban agitadas. Por el rabillo del ojo vio Gatsby que los bloques del andén formaban en realidad una escalera que llevaba a un lugar secreto entre los árboles; él podría trepar, si lo hacía solo y una vez allí, podría succionar la savia de la vida, tragar el inefable néctar del asombro.

Su corazón comenzó a latir con más y más fuerza a medida que Daisy acercaba el rostro al suyo. Sabía que cuando besara a esta chica y esposara por siempre sus inexpresibles visiones con el perecedero aliento de ella, su mente dejaría de vagar inquieta como la mente de Dios. Esperó un instante, escuchando, por un momento más, el diapasón que había sido golpeado contra una estrella. Y la besó. Al tocarla con sus labios, ella se al)rió para él como una flor, y la encarnación se completó.


En medio de todo lo que dijo, aun en medio de su apabullante sentimentalismo, yo recordaba algo, un ritmo esquivo, el fragmento de palabras perdidas que había escuchado hacía largo tiempo. Durante un instante una frase trató de formarse en mi boca y mis labios se separaron como los de un mudo, como si hubiera más batallas en ellos que el mero jirón de aire asombrado. Pero no emitieron sonido alguno, y aquello que estuve a punto de recordar quedó incomunicado por siempre jamás.


El gran Gatsby
Francis Scott Key Fitzgerald

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