jueves, 23 de mayo de 2013

Mientras te olvido

…no es que hable de mí, es mas ni siquiera quiero hablar de ti, ni de los dulces recaudos que el amor infiere, ni de la triste zozobra del olvido, es mas no hablo de lo vivido, ni de los vagos recuerdos que me acontecen, ni siquiera del tiempo en que compartimos un poco de tiempo, ni de las laudes sazonadas con sudor y éxtasis, ni de la catarsis de dos miradas que se encuentran al amanecer, ni de los vestigios de ojos, ni de las reliquias de la memoria que ni para que recordar, mas bien quisiera hablar no de pretérito, si no del sublime presente que hoy representa la marca de cada uno de mis pasos que ya no pisan tu sombra, ni se embraman con tus recuerdos, ni siquiera con tu sonrisa, pero sin embargo las luces se apagan cada noche, los sueños desfilan por los cielos nocturnos, las estrellas parpadean al ritmo de un universo fortuito, y el tiempo cobra nuevas víctimas, tu caminas por otros lares, te acongojas con lunas de quien sabe que colores y es mas hasta casi estoy seguro que has llorado en su nombre, pero no es mi intención ponerte nombre, ni si quiera se si existes, o si exististe o estas por existir, el futuro es una gran mentira, a veces pienso que todo lo es mientras te olvido...


Pero el Amor no trafica en un mercado, ni usa balanza de mercachifle. Su dicha, como la dicha del intelecto, es sentirse vivo. El objetivo del Amor es amar: ni más ni menos. Tú eras mi enemigo: un enemigo como no ha tenido ningún hombre. Yo te había dado mi vida, y para satisfacer las más bajas y despreciables de todas las pasiones humanas, el Odio, la Vanidad y la Codicia, tú la habías tirado. En menos de tres años me habías arruinado completamente desde todos los puntos de vista. Por mi propio bien lo único que podía hacer era amarte. Sabía que, si me permitía odiarte, en el seco desierto de la existencia que tenía que cruzar, y que aún estoy cruzando, no habría peña que no perdiera su sombra, ni palmera que no se secara, ni pozo o agua que no viniera envenenada. ¿Empiezas ahora a comprender un poco? ¿Va despertando tu imaginación del prolongado letargo en que ha estado sumida? Sabes ya lo que es el Odio. ¿Empiezas a barruntar lo que es el Amor, y cómo es el Amor? No es demasiado tarde para que lo aprendas, aunque para enseñártelo haya tenido yo que ir a una celda de presidio.

Tras mi terrible sentencia, cuando me vestí de presidiario y la puerta de la cárcel se cerró, me quedé así, entre las ruinas de mi vida maravillosa, aplastado por la angustia, desatinado por el terror, aturdido por el sufrimiento. Pero no quise odiarte. Todos los días me decía: «Hoy tengo que conservar el Amor en mi corazón, porque si no, ¿cómo soportaré el día?». Me recordaba que, al menos, no habías querido hacerme daño; me obligué a pensar que lo único que habías hecho era tender un arco a la ventura, y la flecha había atravesado a un rey entre las juntas del arnés. Haberte puesto en la balanza con la más pequeña de mis penas, la más mezquina de mis pérdidas, habría sido, pensaba, injusto. Resolví mirarte como a alguien que también sufría. Me forcé a creer que al fin se había caído la venda de tus ojos, tanto tiempo ciegos. Me imaginaba, con dolor, cuál habría sido tu espanto cuando contemplaste la obra terrible de tus manos. Hubo momentos, incluso en aquellos días oscuros, los más oscuros de toda mi vida, en que hasta anhelé consolarte. Tan seguro estaba de que por fin te habías dado cuenta de lo que habías hecho.

De profundis
Oscar Wilde

1 comentarios:

Rimes dijo...

Y el tiempo transcurre lento y envidioso, de atardeceres lejanos de otros colores bajo un cielo azul allá en Quintay, y cada día mis ojos se cierran un poco mas, y cada segundo espeso me sofoca con la convicción de que no podré olvidarte nunca de la manera sana en que realmente quisiera...casi 3 años ya...

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails