viernes, 9 de enero de 2009

Angel para no dormir

...otra vez no puedo dormir, la noche abraza al frió, la luna se esconde en la cortina, y los grillos esta vez son inocentes, mi cama esta un tanto intranquila y los sueños apenas llegan intermitentes, aveces bellos, y otras veces disfrazados de pesadilla, la almohada tampoco el sueño concilia, algún ángel roba sueños ha tenido la osadía, de atacarme por la noche, cuando dormir no podía, aplastado por la oscuridad, agobiado por las vivencias de todo un día, mis pupilas no se rinden, los pensamientos en mi mente aun laten, recuerdos recientes, sueños eternos que viajan en pequeños instantes, no hay gotas de lluvia en la ventana, ni en el cielo llueven estrellas, ni hay conejos en la luna, solo un ángel que al cerrar los ojos aparece frente a mi, con la mejor cara que Dios ha diseñado para alguien, sin querer te he traído hasta aquí, en la inmensidad de mis pensamientos nocturnos, sin palabras te convenzo de entrar a mi sueño, pero por algún motivo solo por momentos te veo, desapareces porque creo aun no estoy acostumbrado a soñar tan bello...

Soledades

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
ah pero si existiera con minúscula
sería semejante a nuestra breve
presoledad

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad

ya sé que una pobre deformación
pero lo cierto es que en ese surable minuto
uno se siente
solo en el mundo
sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan

y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como sigue

hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos

claro que la soledad no viene sola

si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se verá un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente

después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad

conforme
pero
qué vendrá después
de la soledad

a veces no me siento
tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que más allá de mi soledad
y de la tuya
otra vez estás vos
aunque sea preguntándome a solas
qué vendrá después
de la soledad.


Mario Benedetti

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