martes, 3 de julio de 2012

Caminar de lado

...avanzaba precavido cada vez que me permitía dar un paseo por los senderos de mi cabeza y evitaba algunos lugares en concreto, un jardín en donde florecían los atardeceres, riachuelos de caricias, besos y abrazos, huertos de sentimientos a medio madurar, bosques de suspiros de todo tipo, precipicios donde habían sido arrojadas todas nuestras noches, pero a donde esta ves quería ir irremediablemente corría el riesgo de toparme contigo, o con tu sombra o con tu luz, afortunadamente por un tiempo fui perfeccionando aquella capacidad de caminar de lado con los ojos cerrados, para no caer en las fieras letras de tus palabras, cuando por fin llegaba a la ultima que por cierto se llamaba "adiós" me encontraba al otro lado de mi en donde no eras tan peligrosa...




A veces se quedaba en silencio, y yo me preguntab a que pasaba por su mente. Muchas tardes, antes del lonche, salimos a dar un paseo por su barrio. Rebeca era capaz de maravilla rse mirando la enredader a de una fachada o de acercarse a sentir el aroma de unos jazmines al atardecer . Un día me describió todos los colores azules, morados, grises en el cuello de una paloma que se había parado en un árbol. Si miras cualquier cosa durante mucho rato, te vas a dar cuenta de que es un milagro, me dijo, no sé dónde leí eso. En otra ocasión, caminando por la calle, pateamos una piedra durante varias cuadras. Cuando llegamos a su casa, tomó la piedra y se la guardó en el bolsillo. Un recuerdo de este día, me explicó.

El Susurro de la Mujer Ballena
Alonso Cueto

1 comentarios:

Rimes dijo...

Una vez guardé un chicle, ese día fué increíble, así que lo pegué en mi diario cuando volví a casa por la noche...¿has visto los diferentes verdes que toman las hojas de los árboles al jugar con el viento?, me gusta tanto perderme en ellas , que a ratos me perturba...ya no puedo escribir mas,un abrazo.

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