viernes, 27 de febrero de 2009

¿Cual crisis? (Pequeño cuento urbano I)

...caminaba por una de esas calles comunes de la ciudad, con mi cabeza llena de pensamientos, tratando de entender la pena capital del Capitalismo, repasando en mi mente la pregunta del ¿porque la tan afamada crisis? y al mismo tiempo pagando los errores de otros, buscando en mi diccionario personal de malas palabras las mas malas para los que la merecen, que hay comida pero no hay dinero, entonces no hay comida, que es mejor que las frutas se pudran en la frutería, o que las verduras solo sirvan para llenar las estanterías, que pollos, vacas y puercos ahora brincan de contentos, pues la doña dice que para carne ya no alcanza, que los recibos ahora están mas obesos, que de tantas deudas algún día caeremos presos, ¿no se? tantas tonterías importantes que pasaban por mi cabeza, entonces con la cabeza mas cansada que los pies decidí sentarme, en una banca de esas que sirven de retrete a las aves de los parques, afortunadamente aun no había llegado su hora del desayuno, entonces muy oportuno se sienta un niño a mi lado, su aspecto era un tanto desolado, como de aquellos a los que solo la calle cobijo, su cara tenia tristeza acumulada, y sus ojos eran mas profundos que cualquier triste mar, ni que pensar de su mirar, si dicen que hay luz en las miradas, el tenia oscuridad, entonces hábilmente intente conversar con el, su voz era como un concierto de Beethoven para un publico de sordos, ¿quizás nadie la había escuchado nunca realmente? tantas cosas que puede transmitir un alma fuerte que ha sido opacada por la vida, entonces respondió a mi pregunta, Juan, Juan era el nombre que otros sin nombre le habían dado, volviendo a mis pensamientos anteriores pensé este niño es otra víctima mas de la crisis hábilmente lo deduje en ese momento, lo sabia por culpa de la maldita crisis a ese pobre niño no había llegado el alimento, y entonces sin darme cuenta en una voz no tan alta entone nuevamente con repudio "Maldita crisis", entonces invite a comer al niño al puesto de la esquina, tacos, tortas y también era revistaría, intuí también que eso era lo que el niño quería, entonces con afán de consuelo le platique lo que en el diario había leído, se pronostica que para el 2010 la crisis ya se habrá ido, entonces con sus palabras menos sabias me dijo, señor entonces esa crisis a mi toda la vida me persiguio...


Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.

Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que no tienen silencio ni pueden comprarlo.

Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar,
como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.

Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.

Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que tienen el derecho de respirar mierda,
como si fuera aire, sin pagar nada por ella.

Pobres,
los que se dicen pobres
son los que no tienen más libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.

Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que viven dramas pasionales con las máquinas.

Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que son siempre muchos y están siempre solos.

Pobres,
los que se dicen pobres,
son los que no saben que son pobres.

Pobrezas
Eduardo Galeano

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