lunes, 4 de mayo de 2009

Dios te habla

...no se como pero de alguna forma Dios nos habla, susurra al viento sus palabras, respondiendo a tiempo lo que por nosotros mismos no podemos saber, y aunque todo eso vive dentro de nosotros, alguien tiene que encender el fuego, se disfrasa aveces de sueño, de lucero de la mañana, de atardecer o de todas esas cosas que siempre tenemos pero que no siempre logramos ver, pero Dios nos habla aveces con voces prestadas, que resumen en pocas palabras lo que necesitas oir, para mantener viva la esperanza de su amor, que es tan facil de ser olvidada, Dios no tiene nada que ver con las religiones, ni con las palabras de otros en otros tiempos, Dios es ese instante personal que deja un sello eterno en tu vida, Dios es la luz en todos los callejones sin salida, Dios es la paz en nuestras propias guerras, Dios es es la musica suave que alimenta tu alma, un recuerdo que te hace sentir vivo, aquella persona que por existencia alimenta tus sentidos, o ese problema que te hace voltear al cielo cuando crees ya no poder, pero aclaro no digo que Dios sea mundano, pero que si sabe de las cosas del mundo, si no no hubiera un Dios tan humano no creeria en él, y si no hubiera un humano tan Dios mucho menos, de alguna manera hace precencia en mezquitas, iglesias, sinagogas, y otros templos, porque en la vida nos regala tantos encuentros con él, pero donde mas vive Dios es en nuestros mismos momentos, en los que aprendemos a ver con los ojos del alma, en los que aprendemos a escucharlo en los sonidos del amor...

Hay un indefinible y misterioso Poder que lo llena todo. Lo siento, aunque no lo veo. Este Poder invisible se hace sentir por sí mismo y, sin embargo, se resiste a toda demostración, porque es totalmente diferente de lo que percibo a través de mis sentidos. Este Poder trasciende los sentidos.

La humilde y silenciosa aceptación de la autoridad divina hace más fácil el camino de la vida, al igual que la aceptación de un gobernante terreno facilita la vida bajo su dominio.

Percibo débilmente que, mientras todo a mi alrededor cambia continuamente e incluso muere, en todo este cambio subyace un Poder vivo que es inmutable, que lo mantiene todo unido, que crea, disuelve y re-crea. Ese Poder o Espíritu que a todo da vida es Dios.

Cuando se produce una toma de conciencia fuera de los sentidos, es infalible. Se demuestra, no por una prueba extraña, sino por la transformación de la conducta y el carácter de quienes han sentido la presencia real de Dios dentro de sí.

La entrega a esta Verdad es la única justificación de nuestra existencia. Todas nuestras actividades tienen que estar centradas en la Verdad. La Verdad tiene que ser el aliento mismo de nuestra vida.

La existencia de Dios no puede ni necesita ser demostrada. Dios es.

Podemos sentir a Dios, si lo deseamos, pero tenemos que prescindir de los sentidos. Dentro de nosotros suena incesantemente la música divina, pero los ruidosos sentidos ahogan la delicada música, que es diferente e infinitamente superior a todo cuanto podemos percibir o escuchar con nuestros sentidos.

He visto y creo que Dios nunca se nos aparece en persona, sino en la acción.

Quien quiera nadar en el seno del océano de la Verdad tiene que reducirse a la nada.

Tiene que haber Verdad en el pensamiento, Verdad en la palabra y Verdad en la acción.

El nombre de esa fuerza de cohesión entre los seres animados es el Amor. Allí donde haya un conflicto, allí donde nos encontremos frente a un adversario, tenemos que vencerlo con amor.

La no violencia es la fuerza suprema de que dispone la humanidad. Es más poderosa que la más potente arma de destrucción concebida por la inteligencia humana.

La no violencia es una fuerza activa del orden más elevado. Es la fuerza del alma o el poder de la Divinidad dentro de nosotros.

Los racionalistas son seres admirables, pero el racionalismo es un monstruo horrible cuando sostiene que es omnipotente.

Todos tenemos fe en Dios, aunque no todos lo sepamos. Porque todos tenemos fe en nosotros mismos, y ésto, elevado a la enésima potencia, es Dios.

La suma total de todo cuanto vive es Dios. Aunque no somos dioses, somos de Dios, del mismo modo que una pequeña gota de agua es parte del océano.

Quienes buscan la Verdad tienen que ser más humildes que el polvo. El mundo aplasta el polvo bajo sus pies, pero los buscadores de la Verdad tienen que humillarse tanto que hasta el polvo pueda aplastarlos. Mientras no nos hayamos reducido a nada, no podremos conquistar el mal que hay en nosotros.

La empresa humana más elevada consiste en tratar de encontrar a Dios. Nadie puede tener experiencia de Dios si no es puro de corazón.

La oración es el único medio para poner orden, paz y reposo en nuestros actos diarios.

Dios y Su Ley son una misma cosa. Una persona que se identifica con la ley no necesita recitar el nombre de Dios.

No reconozcas nunca una derrota en una causa sagrada, y en adelante no vuelvas a dudar que serás puro y encontrarás una respuesta de Dios.

Creo que todos podemos convertirnos en mensajeros de Dios si dejamos de tener miedo a los demás y buscamos sólo la Verdad de Dios.

Las leyes de Dios son eternas, inalterables e inseparables del mismo Dios. Esta es una condición indispensable de Su misma perfección.

Detrás de cada calamidad física hay un designio divino.

Las religiones son diferentes caminos que convergen en un mismo punto.

Todas las religiones son un don de Dios, pero todas ellas participan también de la imperfección humana, al tener que pasar por la mediación del hombre. Los seres humanos imperfectos sólo pueden expresarla con el lenguaje de que disponen, y sus palabras son interpretadas por otros hombres igualmente imperfectos.

En teoría, dado que hay un solo Dios, solo puede haber una religión verdadera.

La fe viva en este Dios significa aceptar que todos los hombres son hermanos. También significa respetar por igual todas las religiones.

No puedo imaginar nada más noble ni más "nacional" que dedicar una hora al día, por ejemplo, al trabajo que tienen que hacer los pobres, para, de ese modo, identificarnos con ellos y, a través de ellos, con toda la humanidad. No puedo imaginar mayor culto a Dios que trabajar en Su nombre por los pobres tal y como ellos lo hacen.

La religión es un servicio a los desvalidos. Dios se nos manifiesta en la persona de los desvalidos y los afligidos.

Nadie puede ver a Dios cara a cara si no ha reducido a la nada el yo que hay en él.

Pienso que quien no sirva a los pobres ni se identifique con ellos no podrá obtener su realización personal.

La oración no hay que hacerla con los labios, sino con el corazón. Y las oraciones de aquellos cuyas lenguas destilan néctar, pero cuyos corazones están llenos de veneno, nunca son escuchadas.

Dios quiere que Su sede sea el corazón de quien sirve a su prójimo.

Los templos, las mezquitas y las iglesias son lo que el ser humano hace de ellos.

No dejo de esforzarme por ver a Dios mediante el servicio a la humanidad, pues sé que Dios no está en el cielo ni en el infierno, sino en todas y cada una de las personas.

Mi experiencia constante me ha llevado al convencimiento de que no hay más Dios que la Verdad.

Esta es la lección que he aprendido: lo que es imposible para el hombre es un juego de niños para Dios.

Ya desde los primeros años de mi carrera profesional descubrí que para encontrar la Verdad tenía que obedecer, aún a costa de mi vida, la Ley del Amor.

El único Dios al que reconozco es aquel que se encuentra en los corazones de millones de personas sin voz.

Mohandas Karamchand Gandhi

1 comentarios:

... dijo...

es asi, es tan asi que no queda nada mas que decir... tendriamos que ser todos un poco mas Dios para que las cosas marchen mejor, respirando y amando, viviendo aqui y ahora, dandonos cuenta de que solo con la verdad y el amor podemos acercarnos un poco mas a Dios...

un beso!!

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