sábado, 6 de febrero de 2010

Si el amor se quedara

...si el amor se quedara y no tuviera que irse cuando atardece la vida, cuando florecen las canas sobre el camino recorrido, si el amor fuera mas que un idilio, un eterno suspiro, un momento que nunca pierde el sabor, un deseo perpetuo, un sentimiento experto, capas de vencer el tiempo, y los días llenos de rutina, si el amor volara mas allá de la cortina, y anduviera por campos llenos de alegría, y recorriera mares, callejones sin salida, si el amor nunca creyera que algún día terminaria, si el amor fuera mas que una utopía, una serie de buenos deseos, una estrella fugaz que pronto deja de alumbrar el cielo, si el amor fuera una revolucion constante, una llama encendida en cada instante, pensamientos que navegan por el viento, si el amor fuera recuerdo y a la vez presente, la vida de todos seria diferente, las manecillas del reloj caminarian lentamente, cuando el amor se quedara ahora si para siempre...

Pero fue por uno de esos juegos triviales que los primeros treinta años de vida en común estuvieron a punto de acabarse porque un día cualquiera no hubo jabón en el baño.
Empezó con la simplicidad de la rutina. El doctor Juvenal Urbino había regresado al dormitorio, en los tiempos en que todavía se bañaba sin ayuda, y empezó a vestirse sin encender la luz. Ella estaba como siempre a esa hora en su tibio estado fetal, los ojos cerrados, la respiración tenue, y ese brazo de danza sagrada sobre la cabeza. Pero estaba a medio sueño, como siempre, y él lo sabía. Al cabo de un largo rumor de almidones de lino en la oscuridad, el doctor Urbino habló consigo mismo: - Hace como una semana que me estoy bañando sin jabón –dijo.
Entonces ella acabó de despertar, recordó, y se revolvió de rabia contra el mundo, porque en efecto había olvidado reponer el jabón en el baño. Había notado la falta tres días antes, cuando ya estaba bajo de la regadera y pensó reponerlo después, pero después lo olvidó hasta el día siguiente. Al tercer día le había ocurrido lo mismo. En realidad no había transcurrido una semana, como él decía para agravarle la culpa, pero si tres días imperdonables, y la furia de verse sorprendida en falta acabó de sacarla de quicio. Como siempre, se defendió atacando.
- Pues yo me he bañado todos estos días –gritó fuera de sí- y siempre ha habido jabón.
Aunque él conocía de sobra sus métodos de guerra, esa vez no pudo soportarlos. Se fue a vivir con cualquier pretexto profesional en los cuartos de internos del Hospital de la Misericordia, y sólo aparecía en la casa para cambiarse de ropa al atardecer antes de las consultas a domicilio. Ella se iba para la cocina cuando lo oía llegar, fingiendo hacer cualquier cosa, y allí permanecía hasta sentir en la calle los pasos de los caballos del coche. Cada vez que trataron de resolver la discordia en los tres meses siguientes, lo único que lograron fue atizarla. Él no estaba dispuesto a volver mientras ella no admitiera que no había jabón en el baño, y ella no estaba dispuesta a recibirlo mientras él no reconociera haber mentido a conciencia para atormentarla.
El incidente, por supuesto, les dio oportunidad de evocar otros, muchos otros pleitos minúsculos de otros tantos amaneceres turbios. Unos resentimientos resolvieron los otros, reabrieron cicatrices antiguas, las volvieron heridas nuevas, y ambos se asustaron con la comprobación desoladora de que en tantos años de lidia conyugal no habían hecho mucho más que pastorear rencores. Él llegó a proponer que se sometieran juntos a una confesión abierta, con el señor arzobispo si era preciso, para que fuera Dios quien decidiera como árbitro final si había o no había jabón en la jabonera del baño. Entonces ella, que tan buenos estribos tenía, los perdió con un grito histórico:
-¡A la mierda el señor arzobispo!
El improperio estremeció los cimientos de la ciudad, dio origen a consejas que no fue fácil desmentir, y quedó incorporado al habla popular con aires de zarzuela: “¡A la mierda el señor arzobispo!”. Consciente de que había rebasado la línea, ella se anticipó a la reacción que esperaba del esposo, y lo amenazó con mudarse sola a la antigua casa de su padre, que todavía era suya, aunque estaba alquilada para oficinas públicas. No era una bravata: quería irse de veras, sin importarle el escándalo social, y el marido se dio cuenta a tiempo. Él no tuvo valor para desafiar sus prejuicios: cedió. No en el sentido de admitir que había jabón en el baño, pues habría sido un agravio a la verdad, sino en el de seguir viviendo en la misma casa, pero en cuartos separados, y sin dirigirse la palabra. Así comían, sorteando la situación con tanta destreza que se mandaban recados con los hijos de un lado al otro de la mesa, sin que estos se dieran cuenta de que no e hablaban.
Como en el estudio no había baño, la fórmula resolvió el conflicto de los ruidos matinales, porque él entraba a bañarse después de haber preparado la clase, y tomaba precauciones reales para no despertar a la esposa. Muchas veces coincidían y se turnaban para cepillarse los dientes antes de ir a dormir. Al cabo de cuatro meses, él se acostó a leer en la cama matrimonial mientras ella salía del baño, como ocurría a menudo, y se quedó dormido. Ella se acostó a su lado con bastante descuido para que se levantara y se fuera. Él despertó a medias, en efecto, pero en vez de levantarse apagó la veladora y se acomodó en su almohada. Ella lo sacudió por el hombro para recordarle que debía irse al estudio, pero él se sentía tan bien en la cama de plumas de los bisabuelos, que prefirió capitular.
-Déjame aquí –dijo-. Sí había jabón.

lunes, 1 de febrero de 2010

Tu y la verdad

...volvió a brotar de la piel la verdad,
por los poros de mi ser se vomitaba,
un hedor a realidad se disparaba,
por los destinos abruptos de una mirada,

desterré de mi cuerpo el pudor,
lo cambie por copos de alegría,
pensamientos con sabor a despedida,
y tristezas que abuzaban de agonía,

un momento tan perfecto,
pudo escaparse del tiempo,
dejándome tan incompleto,
tan solo con alma y cuerpo,

un pedazo de mi se fue contigo,
yo te daría hasta mi destino,
la piel que llevo como abrigo,
mis próximos pasos y mi camino,

las historias guardan instantes,
los instantes guardan secretos,
los secretos guardan momentos,
los momentos guardan presentes,
y los presentes pronto quedan en el olvido,

pero podría olvidarte en un suspiro,
y olvidarme de que fuiste mi aire,
el problema es cuando respiro,
y no poder hacer que el corazón calle,

calles que no me llevan a ti,
son veredas confundidas entre si,
cielos sin belleza ni deseos,
mis deseos de que estés aquí...

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión;
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón".

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
"quién te pudiera sentir
"en el corazón clavada".
Yo voy soñando caminos
Antonio Machado


Planeo el azar

...y el amor estaba ahí, brincando de tu alma a la mía y viceversa,
Descubriéndonos el uno al otro en nuestros mundos cansados,
Sembrando esperanzas en lo profundo de nuestras cicatrices,
Encendiendo primaveras en los inviernos que parecían eternos,
Embarrando de luz los días cargados de penumbra
Reinventando el aire o quizás la forma de respirar.

tan apaciente como un huracán después de un terremoto,
Tan inconsciente como una piedra que aprende a estar viva,
Tan imprudente como una nube en pleno eclipse,
Tan ocurrente como el que no vive pero existe.

Tan cansado de sí mismo con sabor a mentira,
Tan agobiado a causa de tanta despedida,
Tan decepcionado de las promesas insolutas,
Tan ofuscado por sentimientos intermitentes.

pero planeo el azar un instante para juntarnos,
y el universo una conspiración para encontrarnos,
entre tanto mundo y tanta gente nos miramos,
yo venia de un lado, tu de otro y nos encontramos.

Y entonces fue que la luz supo ser más luz,
Que las mañanas ya no solo eran mañanas,
Qué decir de las tardes que morían por ti,
Y las lunas que se asomaban a la ventana solo para verte,
Que las horas necesitaban más minutos para tenerte,
Qué decir del conocerte y después tener que dejarte ir


Te quiero porque tienes
las partes de la mujer en el lugar preciso
y estás completa.
No te falta ni un pétalo,
ni un olor, ni una sombra.

Colocada en tu alma,
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas.
Quizás me ves,tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy la mancha, un punto en la pared,
alguna raya que tus ojos, sin ti, se quedan viendo.

Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas,
te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.

Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.

¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura.
No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.

Te quiero porque tienes
Jaime Sabines

jueves, 28 de enero de 2010

En las cloacas de mi memoria

...en las cloacas de mi memoria viven, recuerdos espurios que sobreviven, a tantas batallas perdidas, en el campo al que llamamos vida, ruinas ya casi destruidas, de lo que pudo ser algún día, decisión arrepentida cambio de dirección o huida, momentos que deambulan por el tiempo, pensamientos que se escaparon con el viento, bestias terribles con cara de mujer, y cuerpo de olvido, intentos llenos de herrumbre, ilusiones en penumbras, huracanes apagados, palabras sin eco, materia sin cuerpo, rostros que ya jamas he de ver, abismos extraviados en mi alma, agujeros no tan vacíos, y vacíos tan llenos de todo, sepultados en mi efímera existencia viven aun los muertos por los que nunca lloro...

"Hay un vínculo secreto entre la lentitud y la memoria, entre la velocidad y el olvido. Evoquemos una situación de lo más trivial: un hombre camina por la calle. De pronto quiere recordar algo, pero el recuerdo se le escapa. En ese momento, mecánicamente, afloja el paso. Por el contrario, alguien que intenta olvidar un incidente penoso que acaba de ocurrirle acelera el paso sin darse cuenta, como si quisiera alejarse rápido de lo que, en el tiempo, se encuentra aún demasiado cercano a él. En la matemática existencial, esta experiencia adquiere la forma de dos ecuaciones elementales: "el grado de lentitud es directamente proporcional a la intensidad de la memoria, el grado de velocidad es directamente proporcional a la intensidad del olvido"

domingo, 24 de enero de 2010

El club de los silencios eternos

...me escribi en la mañana una carta para que me llegara esta noche,
pues creí que al llegar al reproche de mi mismo no me iba acordar,
y acorde con un sol de a deveras,
que no dejaría apagar las hogueras,
que se perdieran al empezar a soñar,
entonces jure no volver a pecar,
asesinando momentos que el corazón pronto puede olvidar,
aludiendo a espasmos que se caen de la cama,
tatuando deseos para que no se borren del alma
le pedí a mi razón que guardara la calma,
un amor de minutos no necesita alas para volar,
me grabe en la memoria esas caras sin dueño,
y las palabras que gritan que esto no es un sueño,
pero que al ser pronunciadas terminan siendo realidad,
me escape por un segundo de lo que parece verdad,
y me extravié en otro mundo donde el amor no fuera maldad,
donde la luna siguiera su idilio después de la tempestad,
me inscribí en el club de los silencios eternos,
para cerrar el inventario de pensamientos malos y buenos,
donde el pecado mas malo no fuera el de la pasión,
para no tener que esconderme tras las notas de una canción
que fue escrita para que dijera todo lo que fuimos tu y yo...


Cuando busco el verano en un sueño vacío,
cuando te quema el frío si me coges la mano,
cuando la luz cansada tiene sombras de ayer,
cuando el amanecer es otra noche helada,

cuando juego mi muerte al verso que no escribo,
cuando sólo recibo noticias de la muerte,
cuando corta la espada de lo que ya no existe,
cuando deshojo el triste racimo de la nada.

Sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra.

Al otro lado de los apagones,
al otro lado de la luna en quiebra,
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de la nube negra.

Cuando siento piedad por sentir lo que siento,
cuando no sopla el viento en ninguna ciudad,
cuando ya no se ama ni lo que se celebra,
cuando la nube negra se acomoda en mi cama,

cuando despierto y voto por el miedo de hoy,
cuando soy lo que soy en un espejo roto,
cuando cierro la casa porque me siento herido,
cuando es tiempo perdido preguntarme qué pasa.

Sólo puedo pedirte que me esperes
al otro lado de la nube negra,
allá donde no quedan mercaderes
que venden soledades de ginebra.

Al otro lado de los apagones,
al otro lado de la luna en quiebra,
allá donde se escriben las canciones
con humo blanco de la nube negra.

Nube negra
Joaquin Sabina

martes, 19 de enero de 2010

Esperanzas

...brillan como estrellas que han vencido una tormenta,

como soles ansiosos de una mañana mas,

como luciérnagas que cumplen su condena,

como sol que se asoma sobre el mar.


caminan de la mano de los sueños,

se convierten en el oxigeno del alma,

aparecen y se esfuman como si nada,

y cambian muchas veces de lugar,


viven en cualquier corazón,

se esconden muchas veces en recuerdos,

florecen en los campos del deseo,

y muchas veces no hacen caso a la razón



La que dicen que nunca nos abandona

Esperanza,
araña negra del atardecer.
Tu paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.

Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible...
Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.

Esperanza
Ángel González

domingo, 17 de enero de 2010

La cosa mas bella

...vive que la vida es poca, si la tienes muy cuerda vuélvela loca, y si su manía rebasa solo tápale la boca, pero vive que no hay mas oportunidad para vivir que esta, llega a lo más alto de la cuesta, siempre trata de alcanzar el sol, para que por lo menos llegues a la luna, nunca subestimes el amor, ni en el mundo a persona alguna, ríe y sonríe todo lo que puedas, saborea tus lagrimas cuando ya no puedas, has de tu día un sueño grande, aunque muchas veces la luz se acabe, vuela que para eso son las alas, que el creador tejió en nuestras almas, brinca para poder llegar a donde fuera, vive que vivir debería ser la principal profesión de quien anda por esta tierra, ama la paz di no a la guerra, vive en paz como si todos los días fueran primavera, ama hasta que duela pero no dejes que el dolor te haga olvidar el amor, dale a tu vida color, pinta en tus noches las estrellas, no dejes de probar ningún sabor, que existir es aun la cosa más bella...

ALEGRÍA
hoja verde
caída en la ventana,
minúscula
claridad
recién nacida,
elefante sonoro,
deslumbrante
moneda,
a veces
ráfaga quebradiza,
pero
más bien
pan permanente,
esperanza cumplida,
deber desarrollado.
Te desdeñé, alegría.
Fui mal aconsejado.
La luna
me llevó por sus caminos.
Los antiguos poetas
me prestaron anteojos
y junto a cada cosa
un nimbo oscuro
puse,
sobre la flor una corona negra,
sobre la boca amada
un triste beso.
Aún es temprano.
Déjame arrepentirme.
Pensé que solamente
si quemaba
mi corazón
la zarza del tormento,
si mojaba la lluvia
mi vestido
en la comarca cárdena del luto,
si cerraba
los ojos a la rosa
y tocaba la herida,
si compartía todos los dolores,
yo ayudaba a los hombres.
No fui justo.
Equivoqué mis pasos
y hoy te llamo, alegría.

Como la tierra
eres
necesaria.

Como el fuego
sustentas
los hogares.

Como el pan
eres pura.

Como el agua de un río
eres sonora.

Como una abeja
repartes miel volando.

Alegría,
fui un joven taciturno,
hallé tu cabellera
escandalosa.

No era verdad, lo supe
cuando en mi pecho
desató su cascada.

Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro,
acompáñame:

contigo
quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en pueblo,
de bandera en bandera.
No eres para mí solo.
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
No sólo leñadores solitarios,
pobres lavanderas
o erizados, augustos
picapedreros,
me van a recibir con tus racimos,
sino los congregados,
los reunidos,
los sindicatos de mar o madera,
los valientes muchachos
en su lucha.

Contigo por el mundo!
Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
de la estrella,
y con el regocijo
de la espuma!

Voy a cumplir con todos
porque debo
a todos mi alegría.

No se sorprenda nadie porque quiero
entregar a los hombres
los dones de la tierra,
porque aprendí luchando
que es mi deber terrestre
propagar la alegría.
Y cumplo mi destino con mi canto.

Oda a la alegria
Pablo Neruda

miércoles, 13 de enero de 2010

Los perros de mi vida

...no sé a dónde fueron, ni siquiera me imagino si existirá un cielo de perros, lo que si se es que se te pegan al hueso, te dan sus lamidos, sus miradas ingenuas, su fidelidad, sus ladridos, su amor sabor a perro, y un día se van y te dejan un hueco en el espacio reservado para amistades misceláneas, cumplen su función en la tierra después de haber correteado carteros, mordisqueado tus zapatos, o haberte dejado regalitos por toda la casa, te enseñan que la amistad es el mejor invento de Dios después del amor, a donde quiera que hayan ido, quiero decirles que se les extraña...
"Pero le da la impresión de que la pareja humana está hecha de tal manera que su amor es a priori de peor clase de la que puede ser (al menos en su caso, que es el mejor) el amor entre una persona y un perro, esa extravagancia en la historia del hombre, probablemente no planeada por el Creador.)
Es un amor desinteresado: Teresa no quiere nada de Karenin. Ni siquiera le pide amor. Jamás se ha planteado los interrogantes que torturan a las parejas humanas: ¿me ama?, ¿ha amado a alguien más que a mí?, ¿me ama más de lo que yo le amo a él? Es posible que todas estas preguntas que inquieren acerca del amor, que lo miden, lo analizan, lo investigan, lo interrogan, también lo destruyan antes de que pueda germinar. Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia."


jueves, 7 de enero de 2010

El raro

...colgado en un estante vivía aquel hombrecillo raro, zapatitos taconeros, trajecito rimbombante, solía usar bombín lo confundian con catrin, su madre era una quimera y su padre un enano elegante, piernas flacas brazos alargados, pelo calvo un poco largo, ojos saltones, labios suaves, nariz pinocha un poco chocha, manos de rana flaca,mentón afilado, cuello grande, de rostro firme, no así su panza, llevaba cola punta de lanza, encanto sublime, gesto triste, pero sonrisa tatuada, enamorado de un hada, con corazón maltrecho, que nunca lo miraba con sus ojos esfinge, parecía mal hecho, para los que la belleza exige, solo y abandonado, ahí lo tenían colgado, los que nunca lo valoraron, pues alguna mente pensó que este hombre era un hombre raro...

" El excéntrico es una persona que a nadie se le ocurriría meter en un manicomio, pero que tiene ciertas peculiaridades que lo distinguen claramente del común de la gente. Para ser excéntrico se necesita cierta iniciativa, cierta pasión creadora, pero al mismo tiempo supone una falla o una deficiencia, que lo separa fatalmente, al excéntrico, del artista. Es excéntrico, por ejemplo, el señor que un día descubre, gracias a algún razonamiento bastante complicado, que la habitación ideal debe ser hexagonal, y construye una casa de acuerdo con este principio, y vive en ella explicándole a los visitantes las virtudes de su figura geométrica predilecta. Un individuo que invente una casa hexagonal, pero no la construya, o que una vez construida no la habite, es un excéntrico manqué. Otra cualidad indispensable del excéntrico es que el resultado de sus locuras debe ser inofensivo para los demás. El único perjudicado debe ser él mismo. El único excéntrico que he conocido -y reconocido como tal- era un tío político mío. Uno de los hombres más listos y más industriosos que he conocido. La profesión más antigua que yo le conocí fue la de administrador de una fundición; cuando se aburrió puso una fundición artística -todo esto en un pueblo en donde no había ni un solo escultor-; cuando cerró la fundición puso una planta avícola en la sala de su casa -en su buró había un nido de palomas mensajeras-; después abrió una fábrica de licores e inventó una crema, muy parecida al chartreuse, que se llamaba crema Vergine; después compró un caserón y pasó varios años reformándolo -él solo, sin ayuda de albañil- y cuando terminó la alberca, otro tío mío me dijo:
-¿Tú crees que va a llenarla con agua de la llave? Nada de eso. Va a comprar un tanque de oxígeno y dos de hidrógeno y va a producir su propia agua.
Y aquí hemos llegado a otra característica de los excéntricos, que consiste en una capacidad fuera de lo común para inspirar leyendas. Un excéntrico rodeado de malos observadores o de gente que lo considera normal está perdido. "

El excentrico
Jorge Ibargüengoitia(México, 1928-1983)

martes, 5 de enero de 2010

Eufemia

...un ya mero para el que no ha podido, un nunca es tarde para el que cree en el tiempo, un hasta luego para el que quiere volver, un Dios quiera para el que tiene fe, un la vida es bella para el que no ha vivido, un mañana será otro día para el que se canso, un te amo para el que ya no quiere esperar, un adiós para el que no supo quedarse, un borrón y cuenta nueva para el que tiene mucho que olvidar, y un feliz año nuevo para el que tiene esperanza de volver a empezar...




Si el mundo está patas arriba y cabeza abajo ¿por qué no delirar que el mundo vuelva a estar como él quiso cuando todavía no era?
Así que se me ocurrió imaginar ese mundo posible.

Delirar, soñar en voz alta:

En las calles los automóviles serán pisados por los perros, el aire estará limpio de los venenos de las máquinas y no tendrá más contaminación que la que emana de los miedos humanos y de las humanas pasiones.

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado,
ni será mirada por el televisor.

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropas.

La gente trabajará para vivir en lugar de vivir para trabajar.

En ningún país irán presos los muchachos por no prestar el servicio militar; sólo irán quienes quieran hacerlo.

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de compra.

Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las cocinen vivas.

Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos y los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

El mundo ya no estará en guerra contra los pobres sino contra la pobreza. La industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra por siempre jamás.

Nadie morirá de hambre porque nadie morirá de indigestión. Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura porque no habrá niños de la calle. Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero porque no habrá niños ricos.

La educación no será privilegio de quienes pueden pagarla, ni la policía será la maldición de quienes no puedan comprarla.

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda.

Una mujer negra será presidenta del Brasil y otra mujer negra será presidenta de los Estados Unidos; una mujer india gobernará
a Guatemala y otra a Perú.

En Argentina las "Locas de la Plaza de Mayo" serán un ejemplo de salud mental porque ellas se negaron a olvidar, en el tiempo
de la amnesia obligatoria.

La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas en las piedras de Moisés: El sexto mandamiento ordenará: "festejarás tu cuerpo".
El noveno que desconfía del deseo, lo declarará sagrado. La Iglesia también dictará el undécimo mandamiento que se le había olvidado al Señor: "amarás a la naturaleza de la que formas parte."

Todos los penitentes serán celebrantes y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni un día que no sea vivido como si fuera el primero.

Delirar en voz alta
Eduardo Galeano ( Uruguay, 1940 )

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Anochece el año

...anochese el año una vez mas, las cortinas del pasado se vuelven a cerrar, la experiencia de algo nuevo se empieza a asomar, los supiros de un segundo lo hacen ver su final, un hijo mas para el tiempo que parese cansado estar, de contenernos en su cuerpo sin poder nunca llegar, al final de su viaje eterno en el que aun podemos estar, un día mas para la eternidad que ya se siente vieja, un par de muletas para el año que pronto ha de acabar, nuevos ruiseñores en las ventanas han de cantar, y nuevos rayos de luz para las mañanas que de esperanza han de brillar, nueva fe para las botellas que se arrojaron al mar, conteniendo los deseos de quien se atrevio a amar, nuevas gotas para el agua de la lluvia que nos ha de mojar, bella primavera que ya esta ansiosa de llegar, mueré un año más, que conforme a lo vivido sabremos donde sepultar, yo lo he puesto en el baúl de recuerdos que nunca podré olvidar...

"Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj."

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Nos falta amor

…nos falta amor en las calles que resguardan niños con hambre, vagabundos cansados de no encontrar nada en la basura, personajes olvidados para los que la vida no reservo ternura, gente que aprende a asesinarse a sí mismo, consumiendo los manjares de la sociedad del egoísmo, que se ha dedicado a gastar lo que de limosna da el capitalismo, se acerca la Navidad se agranda nuestro cinismo, pues creemos que eso de amar se hace con consumismo, nos olvidamos de aquel prójimo por el que murió el recién nacido, que celebramos una vez más en el pesebre del olvido, solo amamos a quien nos toco amar, e ignoramos a quienes nos gritan en silencio que están cansados de llorar, de creer que la vida no es demasiado buena, que Dios se equivoco en su plan, nos falta amor del de verdad, del que no se hace en la cama, del que no usa antifaz, del que no es convenenciero, nos falta ese amor que tiramos al cenicero, amor por el cumpleañero y no por el embustero que con su trineo se adueño de la navidad, nos falta ese vicio de amar que ya no tenemos, amor por el pobre, amor por el pordiosero, amor por el enfermo, amor por el que anda mal, nos falta amor para el que necesita una palabra que jamás le han dicho, una pieza de pan que nunca ha comido, un abrazo sincero de esos que hacen sentir vivo, nos falta amor, nos falta caridad, por los que sienten dolor por no ser felices en Navidad…



-¡Es tan corta la vida de los Espíritus? -preguntó Scrooge.
-Mi vida sobre este globo es muy corta -replicó el Espectro-. Esta noche termina.
-¡Esta noche! --gritó Scrooge.
-Esta noche, a las doce. ¡Escuchad! La hora se acerca.
En aquel momento las campanas daban las once y tres cuartos.

-Perdonadme sí soy indiscreto al hacer tal pregunta -dijo Scrooge. mirando atentamente
la túnica del Espíritu-, pero veo algo extraño, que no os pertenece saliendo por debajo de
vuestro vestido. ¿Es un pie o una garra?
-Pudiera ser una garra. a juzgar por la carne que hay encima -contestó con tristeza el
Espíritu-. ¡Mirad!
De los pliegues de su túnica hizo salir dos niños miserables, abyectos, espantosos,
horribles, repugnantes. que cayeron de rodillas a sus pies y se agarraron a su vestidura.
-¡Oh, hombre! ¡Mira, mira, mira a tus pies! exclamó el Espectro.
Eran un niño y una niña, amarillos. flacos, cubiertos de harapos. ceñudos, feroces, pero
postrados, sin embargo, en su abyeccíón. Cuando una graciosa juventud habría debido
llenar sus mejillas y extender sobre su tez los más frescos colores, una mano marchita y
desecada, como la del tiempo, las había arrugado, enflaquecido y decolorado. Donde los
ángeles habrían debido reinar, los demonios se ocultaban para lanzar miradas
amenazadoras. Ningún cambio, ninguna degradación, ninguna perversión de la
humanidad, en ningún grado, a través de todos los misterios de la admirable creación, ha
producido, ni con mucho, monstruos tan horribles y. espantosos.
Scrooge retrocedió, pálido de terror. Teniendo en cuenta quien se los mostraba, intentó
decir que eran niños hermosos; pero las palabras se detuvieron en su garganta antes que
contribuir a una mentira de tan enorme magnitud.
-Espíritu, ¿son hijos vuestros? -Scrooge no pudo decir más.
--Son los hijos de los hombres -contestó el Espíritu, mirándolos-. Y se acogen a mí para
reclamar contra sus padres. Este niño es la Ignorancia. Esta niña es la Miseria. Guardaos
de ambos y de toda su descendencia. pero sobre todo del niño, pues en su frente veo
escrita la sentencia, hasta que lo escrito sea borrado. ¡Niégalo! -gritó el Espíritu,
extendiendo una mano hacia la ciudad-. ¡Calumnia a los que te lo dicen! Eso favorecerá
tus designios abominables. ¡Pero el fin llegará!
-¿No tienen ningún refugio ni recurso? -exclamó Scrooge.
-¿No hay cárceles? -dijo el Espíritu, devolviéndole por última vez sus propias palabras-.
¿No hay casas de corrección?
La campana dio las doce.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Soledades

…no hay mejor refugio para volver a nosotros mismos que la soledad, el momento sabio de encontrar la verdad que alguien ha escondido dentro de nosotros, las palabras eternas que viven en la profundidad de nuestro ser, la experiencia de una humanidad ya cansada de cargar con una inmensa cantidad de memorias acumuladas, la sabiduría plena de lo que por siempre han de ser, paisajes celestiales que los ojos no pueden ver, fuentes de conocimiento que la mente deja de entender, no hay mejor lugar para escaparse de uno mismo que la soledad, vaciarse de todo lo que existe para escapar hacia las nadas más remotas, para así poder olvidar al mundo y sus habitantes, deshaciendo el tiempo con silencios fugaces, apagando los sentidos que se han vuelto voraces, jauría de pensamientos que nos hacen esclavos, de lo que nosotros entendemos como necesidades, no hay mejor momento que el de estar solos, pues en ellos aprendemos a sobrevivir cuando ya no lo estamos…


Yo, tú, él, ella, la totalidad de los vivientes constituimos archipiélagos de millones de islas sin puentes entre sí. Quizás algunos se agitan haciendo señas desde la playa, pero carecen de barquillas para cruzar la enormidad de las aguas que separan la ínsula de la ínsula. Estamos solos. Solos, aunque andemos en medio de la multitud, físicamente hacinada. A nadie le importa el dolor ni la alegría del otro. Cada quien atiende a si mismo. Cada cual, con su pena, con su lucha, con su esperanza, con su miedo, cada uno con su muerte a cuestas.

El secreto para amarEmma Godoy

sábado, 5 de diciembre de 2009

Un contigo sin ti

…vivo encerrado en un contigo sin ti, batallando tanto con este tiempo que se ha vuelto tan voluble, cuando estaba contigo los infinitos pronto encontraban su muerte, pero ahora que estas lejos muero de ti en cada infinito, reprograme mis ojos para que solo fueran siervos de ti, esclavos fervientes de tu belleza, esa que me condeno a olvidarme de admirar algo que no tuviera tu rostro, aquella que convirtió mi piel en un campo minado para cualquiera que no fueras tu, apague estrellas cuando jugaban a ser luciérnagas, no existe cielo sin ti, pero el sin ti siempre trae consigo un infierno, me aleje de todo como el calor se aleja del invierno, y así son mis días sin tus noches, un invierno frio que no me deja domir, una fila de recelos y reproches, un mar de nadas, un universo sin todo, un costal de esperanzas abandonadas, y ahora un amor huérfano de ti...


Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva.

Enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta a un árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio.

Por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar mas pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Mascaras

...desperté de aquella vida con una gran resaca, no sabía nada de recordar mas recordaba, pude contar más de mil mascaras frente a mí, por cada mascara una cicatriz, por cada cicatriz varios agujeros en el alma, por cada alma una vida, y por cada vida una existencia transfigurada, había mascaras de todos tipos, de todos colores, de todas formas, pero de todas no sabía cuál era la verdadera, la que se me había entregado antes de todo, la primera y la que debió haber sido la única a pesar de la vida, pero no estaba, en algún lugar la había extraviado, solo tenía aquellas mascaras que murmuraban entre ellas y parecían burlarse de mí, voces distintas, miradas diferentes, y una inmensa variedad de gestos, todos parecían ser yo pero ninguno lo era, incluso hasta me sentí tentado por conversar con aquellas mascaras, entendí que había dado muchos pasos en la vida sin mí mismo, cargue con muchas mascaras la adecuada para cada ocasión, y pocas veces hubo la ocasión de ser yo mismo, me entregue a la inercia de lo superfluo, de los conceptos que ahora ya no significaban nada, cargue con ellas toda la vida, casi todas tan pesadas como el tiempo, y tiempo ya no había para regresar...


Muchas veces me veo fingiendo,
fingiendo ante la gente, ante la vida, ante mi.
Diciendo cosas que no pienso,
y pensando cosas que no siento,
recordando momentos que no han sucedido,
y deseando sueños que no necesito.
Engañándome con miedos que no tienen sentido,
y protegiéndome con escudas mentiras,
de todo aquello que me hace ser distinto.
Es como si quisiera no defraudar a nadie,
como si me impusiera caer bien a todo el mundo,
como si tuviera mil máscaras,
con las que dar a cada uno de lo suyo.
Hay veces en las que no me atrevo a decir no,
en las que tengo miedo a expresar lo que pienso,
en las que algo me impide mostrar,
todo lo que aquí dentro tengo.
Y me escudo tras una afirmación o una sonrisa,
tras un guiño o un “ lo que tu digas”.
No me atrevo a expresar verdaderamente lo que siento,
me importa más lo que de mi digan,
que lo que yo les cuento,
me importa más ganarme por encima de todo su cariño,
que ser con orgullo yo mismo,
me importa más darles continuamente la razón,
que utilizar mi criterio aunque no me den su aprobación.
Finjo, finjo para no caer mal a la gente para ganarme de cada uno de ellos su respeto,para tener la irreal ilusión de que me quieren,
para sentirme protegido en un mundo que no comprendo.
Finjo, y cada vez me siento más perdido,
más alejado de lo que verdaderamente quiero,
aunque tal vez ahí esté el principio de todo,
que no sé muy bien qué es lo que deseo,
que no sé muy bien como soy,
que no sé cuál es el camino ni a donde voy.

Mil mascaras
Alfredo Cuervo Barrero

jueves, 26 de noviembre de 2009

Olvidarte fue

...antes de olvidarte en este instante en el que tu reloj de arena gasta sus últimos granos, quiero guardar un poco de esta experiencia en algún lado, esto con afán de tener algún registro palpable que sera solo un conjunto de letras ordenadas de forma extraña para cuando ya te haya olvidado, olvidarte no fue fácil, olvidarte fue una tarea quizás mas rutinaria que la acción de respirar, olvidarte fue llorar y poner vasijas para no inundarme con las goteras de mi alma, olvidarte fue tallar mi mente muchas veces en el lavadero, olvidarte fue una mutilación de momentos y una transfusión de nuevos sentimientos, olvidarte fueron varios viajes de ida y vuelta al purgatorio, olvidarte fue un exilio de mi alma, un huracán devastador en mi cama, un naufragio en mis mares mas oscuros, fue tener que derrivar varios muros, olvidarte fue una venta de garage de tus miradas, y tener que entregar tus besos a un limosnero, varios otoños de ojas vivas volando, un segundero que se quedaba estacionado, pero lo confieso lo mas dificil de olvidarte fui yo...

"A veces, uno cree que todo lo ha olvidado, que el óxido y el polvo de los años han destruído ya completamente lo que, a su voracidad, un día confiamos. Pero basta un sonido, un olor, un tacto repentino e inesperado, para que, de repente, el aluvión del tiempo caiga sin compasión sobre nosotros y la memoria se ilumine con el brillo y la rabia de un relámpago”.

“La lluvia amarilla”
Julio Llamazares

Tras cada hombre viviente se encuentran treinta fantasmas, pues tal es la proporción numérica con que los muertos superan a los vivos. Desde el alba de los tiempos, aproximadamente cien mil millones de seres humanos han transitado por el planeta Tierra. Y es en verdad un número interesante, pues por curiosa coincidencia hay aproximadamente cien mil millones de estrellas en nuestro universo local, la Vía Láctea. Así, por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo. Pero, cada una de esas estrellas es un sol, a menudo mucho más brillante y magnífico que la pequeña y cercana a la que denominamos el Sol. Y muchos, quizá la mayoríade esos soles lejanos, tienen planetas circundándolos. Así, casi con seguridad hay suelo suficiente en el firmamento para ofrecer a cada miembro de las especies humanas, desde el primer hombre-mono, su propio mundo particular: cielo… o infierno. No tenemos medio alguno de conjeturar cuántos de esos cielos e infiernos se encuentran habitados, y con qué clase de criaturas: el más cercano de ellos está millones de veces más lejos que Marte o Venus, esas metas remotas aún para la próxima generación. Mas las barreras de la distancia se están desmoronando, y día llegará en que daremos con nuestros iguales, o nuestros superiores, entre las estrellas. Los hombres han sido lentos en encararse con esta perspectiva; algunos esperan aún que nunca se convertirá en realidad. No obstante, aumenta el número de los que preguntan: ¿Por qué no han acontecido ya tales encuentros, puesto que nosotros mismos estamos a punto de aventurarnos en el espacio? ¿Por qué no, en efecto? Sólo hay una posible respuesta a esta muy razonable pregunta. Más recordad, por favor, que ésta es sólo una obra de ficción. La verdad, como siempre, será mucho más extraordinaria.

Una odisea espacial
Arthur C. Clarke

lunes, 23 de noviembre de 2009

Perdón

...hoy quiero pedir perdón, hoy me brota esta palabra del alma, hoy retumba en mi corazón, y mi mente vuelve a ver el alba, pido perdón al tiempo que perdí en algún momento, pido perdón al silencio que cambie por tanto ruido, pido perdón por lo que no he vivido, y también por lo que no he sentido, pido perdón al amigo que una vez decepcione, pido perdón a la persona que alguna vez traicione, pido perdón a mi sangre por las lágrimas que les cause, pido perdón a la gente de la que alguna vez abuse, pido perdón al pobre que no ayude, pido perdón al hambriento que no alimente, pido perdón al enfermo que no visite, pido perdón al mundo que no cuide, pido perdón al perro con el que no jugué, pido perdón a el niño del que me burle, pido perdón a la mujer que engañe, pido perdón a los sueños que no soné, pido perdón a Dios del que me olvide, lleno mi boca de perdón para perdonarme a mi mismo, por todo lo que no he sido yo pero que dentro de mi por mucho tiempo ha vivido...

Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce
después para que parezcan ligeras.

Bajo una pequeña estrella
Wislawa Szymborska

sábado, 21 de noviembre de 2009

¿Donde esta Dios?

...un día me dispuse a buscar a Dios con ahinco inmesurable, lo busque en muchos lugares, en iglesias y en hostales, caminando por los mares o en desiertos olvidados, en mezquitas y en garitas y en las mas bellas ciudades, al final del horizonte y en las tierras mas extrañas, lo busque hasta en las estrellas, y escondido en algun cielo, al final del arcoiris, o enterrado en algun cementerio, en el periodico, en la radio, en algun diccionario, al inicio y al final del abecedario, en algun armario, quizas un relicario pero no pude encontrarlo, regrese hasta aquel niño de la calle que tanto me habia intrigado ¿Donde estaba Dios? el me habia preguntado, ya derrotado regrese hasta aquel niño para darle mi resultado, pero al llegar al lugar donde esperaba encontrarlo, me dijeron los que estaban que el niño a Dios ya había encontrado...


Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de manos.Nos ha enviado algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo-, la vida, sea para siempre.
Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang....Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.
A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso, que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los antibióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, y mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.
Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de la luz, el manantial que soy.
A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

Jime Sabines

lunes, 16 de noviembre de 2009

Despues del naufragio

...ya después de escaparme del tiempo por un tiempo, de navegar entre silencios espinosos, de luchar contra pensamientos voraces que deambulaban por mi cabeza, por fin se han callado los gritos de mi conciencia, la luz ha regresado a lado mas oscuro de mi alma, mis sentidos han recobrado la calma, ya después de haberme hundido en varias nadas, de encontrar las miradas extraviadas, de andar errante en las noches ya cansadas, ya después de caminar por muchos mundos, atrapado entre sueños nauseabundos y recuerdos moribundos, he vuelto a brillar, mis alas otra vez saben volar, regreso del exilio al que me condene, una vez mas vuelvo a tener fe...


Es necesario correr algunos riesgos. Sólo entendemos adecuadamente el milagro de la vida cuando permitimos que lo inesperado se manifieste.

Todos los días, Dios nos da –junto con el Sol– un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días intentamos fingir que no vemos este momento, que no existe, que hoy es igual que ayer y mañana será igual que hoy. Pero el que presta atención descubre el instante mágico. Puede esconderse en el momento de meter la llave en la cerradura, ya por la mañana, o en el silencio que sigue a la cena, o en cualquiera de las mil y una cosas que nos parecen repetidas. Ese momento existe –un momento en el que toda la fuerza de las estrellas nos atraviesa y nos permite hacer milagros–.

La felicidad es a veces un don, pero generalmente es una conquista. El instante mágico nos ayuda a cambiar, nos empuja en la dirección de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a pasar por momentos difíciles, vamos a enfrentar muchas desilusiones, pero todo eso es pasajero, inevitable, y acabaremos enorgulleciéndonos de las marcas señaladas por todos los obstáculos. En el futuro podremos mirar hacia atrás con orgullo y fe.

Pobre del que tuvo miedo de correr riesgos. Porque tal vez no se decepcione nunca ni tenga desilusiones ni sufra como los que tienen un sueño que cumplir. Pero cuando mire hacia atrás –porque siempre se acaba mirando hacia atrás–, va a escuchar a su corazón diciendo: «¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró a lo largo de tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste bien hondo en una fosa, porque tenías miedo de perderlos. Por lo tanto, ésta es tu herencia: la certeza de que desperdiciaste tu vida».

Pobre del que llega a escuchar estas palabras. Porque entonces creerá en los milagros, pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado. Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día y que aún existe en nuestro interior. Este niño sabe de instantes mágicos. Podemos sofocar su llanto, pero no podremos acallar su voz.

Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, la vida deja de tener sentido.

Existen muchas maneras de suicidarse. Los que intentan asesinar su cuerpo ofenden la ley de Dios. Los que procuran matar su alma también ofenden la ley de Dios, aunque su crimen resulte menos visible a los ojos de los hombres.

Pongamos atención en lo que nos dice el niño que llevamos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por su causa. No debemos dejar que tenga miedo por estar solo o porque casi nunca lo escuchamos.

Vamos a permitir que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Este niño sabe bien que cada día es diferente del anterior.

Vamos a hacer que se sienta nuevamente querido. Vamos a agradarlo, aunque eso signifique actuar de forma algo insólita para nosotros mismos, aunque los demás consideren que estamos haciendo tonterías.

Recuerden que la sabiduría de los hombres Dios la ve como locura. Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestra mirada volverá a brillar. Si no perdemos el contacto con este niño, no perderemos el contacto con la vida.

¡Vivamos todos los instantes mágicos de este año!

El instante magico
Paulo Coelho

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Karma

...he escuchado tantas veces por ahí, que en la vida todo se regresa, que en algún momento el tiempo pacta con la justicia, y lo que hicimos cae en nuestras cabezas, he visto gente volar por el mas alto cielo y he visto a otros caer de su vuelo, es así como nos embriagamos de mentira, colmamos nuestra copa de cicuta, y convertimos a la vida en una puta, comploteamos en contra del destino, que herido se ha quedado en el camino, pero todo lo que sube en algun momento baja, y en este juego de cartas no tenemos la mejor baraja, es por eso que el bueno quiere ser bueno, aunque de intentos el infierno ya esta lleno, el pasado es un viejo usurero que nos cobra hasta un momento pasajero, el presente es un triste abonero que nos vende lo mejor del basurero, el futuro es un ave de mal aguero que al llegar a nuestras vidas deja un muy grande agujero...


Algunas veces vuelo
y otras veces
me arrastro demasiado a ras del suelo,
algunas madrugadas me desvelo
y ando como un gato en celo
patrullando la ciudad
en busca de una gatita,
a esa hora maldita
en que los bares a punto están de cerrar,
cuando el alma necesita
un cuerpo que acariciar.
Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón;
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión.
No quiero hacerte chantaje,
sólo quiero regalarte una canción.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.
Algunas veces gano
y otras veces
pongo un circo y me crecen los enanos;
algunas veces doy con un gusano
en la fruta del manzano
prohibido del padre Adán;
o duermo y dejo la puerta
de mi habitación abierta
por si acaso se te ocurre regresar;
más raro fue aquel verano
que no paró de nevar.
Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.

Que se llama soledad
Joaquin Sabina

sábado, 7 de noviembre de 2009

Cansado de tu ausencia

...ya estoy lleno de tu ausencia, hasta el hastió de tu vació, las esperanzas han muerto en el campo de batalla, mientras me propongo a esperar que este silencio se vaya, tu ausencia colma mi alma, ya todo ha acaecido, mas sin embargo tu no estas, me he inventado tantas historias, para poder entender la escasez de ti que vive mi cuerpo, la aridez con que has dejado mi piel, la ceguera que le has regalado a mis pupilas, he intentado beber mi propia hiel, hasta rente un oráculo particular, al que ya me canse de preguntar ¿Porque no estas? pero tu ausencia sigue rebosando mi alma, con esa paz que destruye mi calma, con esta voz que cada noche te clama, sabiendo que tu no llegaras, aun así sigo dejando abierta la ventana, por si una mañana se te ocurre regresar, le he rezado hasta la luna creyendo que es un Dios mas, pero creo que tal herejía te alejado de mi aun mas, me acabe las palomas mensajeras, de mi pueblo y de otro mas, y las cartas en botella y uno que otro mar, me monte sobre una hoja de otoño para alcanzarte en donde estas, pero no conté con que habría varios inviernos antes de poder llegar, y aquí sigo regresando a mi sin ti, durmiendo a lado del espacio en que no estas, tan cansado de tu ausencia como para volver a despertar una vez mas...



Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.

¡Se te va todo, se nos va todo!

Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.
Se van mis gestos que se devanaban,
en lanzaderas, debajo tus ojos.
Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.

Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.
Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.
Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor, y en tu boca de mosto.
Tu entraña fuese, y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche
como demencia de mares solos!

¡Se nos va todo, se nos va todo!

Ausencia
Gabriela Mistral

lunes, 2 de noviembre de 2009

Huecos del alma

...huecos que quedan al perder a alguien, pensamientos inquietos que entran y salen, conversasiones que ya nunca serán terminadas, palabras sin voces ni miradas, pedazos de vida que se pierden al perder, momentos que jamas han de volver, soles que no volverán a amanecer, perder a alguien sin querer, huecos del alma que nublan la vida, memorias presentes que apagan la alegría, abismos oscuros llenos de frió, puente que ha sido destruido, así son las ausencias cuando algo se ha perdido, asi es el destino cuando un hueco estara siempre vacio...



Necesito de alguien

Necesito de alguien, que me mire a los ojos cuándo hablo.

Que escuche mis tristezas y desiertos con paciencia y aún cuándo no comprenda, respete mis sentimientos.

Necesito de alguien, que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.

Alguien lo suficientemente amigo, cómo para decirme las verdades que no quiero oír, aún sabiendo que puedo irritarme.

Por eso, en este mundo de indiferentes, necesito de alguien que crea en esa cosa misteriosa, desacreditada y casi imposible: ¡ LA AMISTAD !

Que se obstine en ser leal, simple y justo.

Que no se vaya, si algún día pierdo mi oro y no pueda ser más la sensación de la fiesta.

Necesito de un amigo, que reciba con gratitud mi auxilio, mi mano extendida, aún cuándo eso sea muy poco para sus necesidades.

No pude elegir, a quienes me trajeron al mundo, pero puedo elegir a mi amigo.

En ésta búsqueda, empeño mi propia alma, pues con una amistad verdadera.

La vida se torna más simple, más rica y más bella.


Charles Chaplin

domingo, 1 de noviembre de 2009

Presente pasado

...tan diferentes, tan asonantes, tan divergentes, tan inconstantes, pasados que aun están presentes, y presentes que pasan rápidamente, un pedazo de tiempo varado, estancado en las arenas de un mar viejo, tan sencillo es ahora complejo, manecillas en sentido contrario, reloj cangrejo, sueños grabados en el viento, residuos de aliento en el alma, paz para perder la calma, suspiros del alba, días que ya no se viven, y vidas que ya no anochesen, eternidad interrumpida, cajón que guarda universos, pretextos para mirar atrás, y en el cielo la misma estrella fugaz, presente pasado y otra vez olvidar...


Ayer, pasado, mañana
digo quizás para no decir
ni si, ni no, ni fuego, ni bandera
ni te mato, ni me muero,
ni siquiera.

Tal vez el siglo que viene
te cantaré la canción que nunca terminé
ni llueve, ni ternura, ni te debo, ni me debes
ni me curas.

Lejos de ti
las pesadillas se parecen a los sueños,
los que perdí.
Ayer, pasado, mañana.

Ayer, pasado, mañana
Joaquin Sabina
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