...no puedo decirte adiós, pero esto ya parece un duelo, duelo de ausencia, duelo de brasas que se convierten en cenizas, duelo con ganas de caricias, duelo que teme a un adiós, duele tanto esta ceguera, que nos a hundido en un abismo, tan profundo, tan oscuro, tan cercano al dolor, no tenerte es mi delirio, no sentir ya tu suspiros, extraviarte en mis caminos, apagarte cuando te olvido, ¿donde esta el amor? ¿donde lo hemos perdido? ahora ya no somos dos, ni el uno que un día fuimos, se enfriaron nuestras almas, la distancia las acuchillo, hoy es tan difícil encontrarte, aunque se que de mi pecho no te has ido, aveces quisiera gritarte, y que contestaras con un "si yo también lo he sentido" pero el tiempo quizás atrás nos dejo, en el momento en el que nos conocimos sin nosotros mismos, hoy te extraño mas que a nada, este silencio nos ha confundido, yo quisiera que pasara, como pasa el viento de un suspiro, yo quisiera volver a ser tu aliento, y que estés conmigo cuando respiro, decirte otra vez lo mucho que sueño contigo, y decirte que sin ti estoy perdido, solo, triste y aburrido, varado en una nube en el cielo del olvido, nuestras manos quizás nunca debieron separarse, muchos menos nuestros corazones, ahora saben que aun sin nosotros pueden levantarse, aunque anden por la vida tan perdidos, hoy quisiera en mis sueños encontrarte, suponer que esto que pasa es un suspiro, una jugarreta quizás del destino, y que al despertar siguiéramos juntos por el mismo camino...
¡Adiós, fantasía mía!
¡Adiós, Fantasía mía!
¡Adiós, querida compañera, amor mío!
Me voy, no sé adónde
ni hacia qué azares, ni sé si te volveré a ver jamás.
¡Adiós, pues, Fantasía mía!
Déjame mirar atrás por última vez.
Siento en mí el leve y menguante tic tac del reloj.
Muerte, noche, y pronto se detendrá el latir de mi corazón.
Durante mucho tiempo hemos vivido, gozado, y acariciado juntos,
en deliquio.
Ahora hemos de separarnos. ¡Adiós, Fantasía mía!
Pero no nos apresuremos.
Largo tiempo, ciertamente, hemos vivido, dormido, nos hemos
mezclado el uno con el otro.
Si morimos, pues, moriremos juntos (sí, continuaremos
siendo uno),
si vamos a algún sitio, iremos juntos a afrontar lo que ocurra:
quizás seremos más libres y alegres, y aprenderemos algo,
quizás me estés ya guiando hacia las verdaderas canciones,
(¿quién lo sabe?),
quizás eres tú el mortal pomo de la puerta que deshace, gira...
Finalmente, pues, te digo:
ADIÓS! ¡SALUD, FANTASÍA MÍA!
¡Adiós fantasía mía!
Walt Whitman
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