Brasil
Un guerrero de la luz, antes de entrar en un combate importante, se pregunta a sí mismo: “¿Hasta qué punto desarrollé mi habilidad?”
Él sabe que las batallas que trabó en el pasado siempre terminan por enseñar algo. No obstante, muchas de estas enseñanzas le hicieron sufrir más de lo necesario. Más de una vez perdió su tiempo luchando por causa de una mentira. Y sufrió por personas que no estaban a la altura de su amor.
Los victoriosos no repiten el mismo error. Por eso el guerrero sólo arriesga su corazón por algo que vale la pena.
Había entre tanto dos granos de arena
como dos pirámides sublimes separadas por
la inmensidad del desierto rodaban sobre
las rutas del Tiempo el corazón en bandolera
como un bolso de viaje en la misma espalda
izquierda las manos cribadas de poemas
fuera de estación habían recorrido los meandros
de la tierra húmeda de los faraones y ellos
escribían el Egipto de arena en clave de sol sobre
sus pieles de sueños tatuado.
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