nadie ha podido cerrar su herida,
por dentro se desgarra,
brotando su sangre podrida
avanza mar adentro,
y en las playas encuentra salida,
llevándose en su encuentro,
a seres que guardan vida,
una mancha decora el mar,
y muerte oscura las bahías,
valdría la pena llorar,
por las especies extinguidas,
ni el azul ni el verde turquesa,
han podido vencer a lo oscuro,
de aquella mancha impresa,
que supera cualquier muro.
la culpa otra vez del hombre,
y de su tonta avaricia,
que sigue robando al pobre,
y no le importa a quien pisa,
Si los océanos de nuestra Tierra murieran —esto es, si, de algún modo, la vida de pronto desapareciera—, sería la más formidable, pero también la más definitiva, de las catástrofes en la historia atormentada del hombre y de los demás animales que con él comparten este planeta."
Jacques-Yves Cousteau
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